viernes, 26 de febrero de 2016

TIEMPOS REVUELTOS

Virgen de la Esperanza de Santo Domingo de Granada



Vivimos en un tiempo lleno de ansiedades, tiempo complicado, difícil. No sabemos que sucederá mañana, algunos viven una situación de desesperanza.


No nos dejemos abatir, no perdamos LA ESPERANZA.



Estamos entrando ya en la tercera semana de la Cuaresma, pronto llegaremos a lo más profundo del misterio de la Redención. Lo viviremos muy especialmente en la Semana Santa y luego LA PASCUA.

miércoles, 24 de febrero de 2016

DOMINGO III DE CUARESMA. Ciclo C.











¿HASTA CUANDO SEÑOR TENDRÁS PACIENCIA CON TU VIÑA?

Vamos día a día adentrándonos en este tiempo de Misericordia que es la Cuaresma, además con este marco incomparable para nosotros, como Comunidad, como Iglesia, que es el año de la MISERICORDIA, año de gracia que nos ofrece dos aspectos importantes para tener en cuenta, el primero: que Dios es misericordioso con nosotros y segundo: que nosotros tenemos que ser misericordiosos con el prójimo.

La primera lectura nos tiene que hacer pensar: ¿quién es Dios para mí?, ¿qué quiero yo de Dios, que espero de Él?.

Moisés, muy en la línea del A.T. quiere saber el nombre de Dios, ¿Quién eres, para poder decir a tu pueblo quien me envía?, recuerda ese pasaje de la Creación donde es el hombre el que pone el nombre a Eva y a todo lo creado por Dios, este “poner el nombre” es claramente un signo de pertenencia, esta pertenencia es signo de dominio y si cabe la posibilidad de manipulación, pero en este dialogo de Dios con Moisés lo que menos quiere Dios es dejarse manipular por el hombre, por tanto le contesta Dios: “yo soy el que soy” sin nombre no hay dominio del hombre, no hay manipulación.

Pero nos hace pensar. ¿Cuántas veces no queremos “dominar” a Dios, manipularlo, traerlo a nuestro corralito, a nuestra parcela, a nuestra Iglesia?. Nuestro, sólo nuestro, de nadie más. Queremos  apoderarnos de Él. Nos ponemos celosos si escuchamos a otros de otra religión hablar de Dios e incluso decimos, ese no es Dios, Dios es solamente el nuestro. No, no podemos manipular a Dios, ni encasillar su amor infinito dirigido no solamente al hombre, también a toda su obra, toda su creación, ni coartarle su libertad, ni impedir que sea bueno con otros distintos a nosotros, de otras religiones, de otras razas, de otros colores… Dios es Dios de todos, todos somos hijos de Dios y él es nuestro Padre amoroso y misericordioso. (Nos lo dice con toda claridad el Salmo 102 que hoy escuchamos en la Santa Misa).

La segunda lectura es también una advertencia, no es extraño, estamos en ese tiempo de Gracia, de Misericordia, y hemos de utilizar bien tanto la Palabra como los “signos” que Dios nos da. Para eso precisamente es la Cuaresma, nos “sacude” para que lleguemos a la Pascua renovados, nuevos, rejuvenecidos.


Esta lectura que hace Pablo en su carta a los Corintios nos indica que todo lo acontecido en el Éxodo nos tiene que llevar a mirarnos cada uno de nosotros en de “desierto” de nuestra vida. Es bueno tener puntos de referencia y saber que otros pasaron por este desierto, otros vencieron nuestras propias tentaciones, otros lograron ser fieles, aunque muchos fracasaron.

Lo que no debemos olvidar es que Dios  no abandonó a los judíos en el desierto, como tampoco nos abandona a nosotros, Él nos da la FORTALEZA necesaria para recorrer nuestro desierto, esa fortaleza está en los SACRAMENTOS, es el nuevo Maná, es la nueva bebida, no ya el agua de la roca, no ya el maná del desierto, ahora es el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, Él es nuestro Camino, con Él no podemos perdernos, no necesitamos estar 40 años errantes por el desierto; Él es la Verdad plena, unidos a Él no hay engaño, ni falsedad, ni duda; el es la Vida, la VIDA EN PLENITUD, no la caduca del mundo, es la vida que no acaba, la vida que transciende, que llega a la eternidad dichosa y feliz.

El Evangelio de Lucas, 13, 1-9 nos habla de CONVERSIÓN, pero también de que la paciencia de Dios puede tener un límite, no limitada por Él, limitada por nuestra condición caduca, somos sabedores de que los años de nuestra vida pasan rápido, Dios nos ofrece cientos de oportunidades, espera que seamos conscientes de reconocer nuestros pecados, nos ofrece un Sacramento maravilloso de la Reconciliación que con tanto desprecio muchas veces  abandonamos por ignorancia, por pensar que somos demasiado buenos y todo lo que hacemos está bien, que no cometemos pecado, o por que el tentador ha metido en nuestras cabezas esa peligrosísima idea de que ya nada es pecado, que tenemos mano libre para hacer y deshacer a nuestro antojo, esto sería terrible.

Pero Dios  espera con paciencia infinita que demos frutos y que esos frutos sean abundantes, pero esa espera no es eterna, repito, no la limita Dios, no sabemos cuando será nuestro fin, no sabemos si estaremos produciendo esos frutos cuando nos llegue la hora de rendir cuentas a Nuestro Padre del cielo, por eso urge estar siempre en gracia de Dios, estar bien preparados “antes de que llegue el hacha y corte la higuera”.


CUARESMA: TIEMPO DE PEREGRINAJE





Somos Iglesia y la Iglesia es Comunidad de fe, pero esta comunidad está siempre peregrinando hacia Dios. Estamos siempre en camino, no estamos quietos, no somos una comunidad de parados. Este peregrinaje nos ayuda a permanecer unidos, el estar siempre en camino nos hace ser solidarios, podemos compartir, el caminante siempre comparte, así vivimos cada momento fuerte de nuestro ciclo litúrgico, lo hacemos vida y esta vida nos vivifica pues nos identifica con el Señor que aguardamos, sabiendo que cuando vuelva al final de los tiempos nuestro peregrinaje terminará.

Esto es así, ha sido así y será así siempre.  La Iglesia ha vivido inmersa en cada etapa de la historia, con sus más y sus menos, pero siempre ha permanecido unida a los hombres en su momento, acompañando en sus angustias y en sus esperanzas, en sus fracasos y en sus triunfos, siempre ha estado cercana, presente, atenta, pues ella misma siempre ha sido y es Comunidad.

Que la Fuerza del Espíritu esté siempre con nosotros para que en medio de nuestros aciertos y también de nuestros fallos seamos capaces de conocer más y más el Evangelio de Jesús y poder transmitirlo con palabras de humildad a las generaciones presentes y estos a las generaciones futuras.

sábado, 20 de febrero de 2016

LOS DERECHOS:





Yo tengo derechos, tú tienes derechos, él tiene derechos,  nosotros tenemos derechos, vosotros tenéis derechos, ellos tienen derechos.

Y todos los que tienen derechos también tienen obligaciones. Una de ellas, quizás la más importante, la de respetar los derechos del otro.

Ya está bien de pisotear los derechos de los que tenemos FE, de los que creemos en Dios. Ya está bien de decir que avasallan nuestros derechos porque hacen uso de sus libertades, ¿dónde empieza y termina tu libertad?, mi libertad no puede quebrantar, oprimir, quitar la libertad de otro, eso ya no es libertad, y mucho menos derecho.

Si son muchos los que aquí en España quebrantan impugnes en estos días los derechos de los creyentes –casos como el de Pamplona, los titiriteros de Madrid, el famoso caso de la Capilla universitaria con la pobre e inocente Rita… Ahora viene el bueno e infeliz Miguel Bosé –que parece quiere meterse en política y salir con los de Podemos-  y sale  de nuestras fronteras y en sus conciertos de Quito y Guayaquil profana el rostro de la Madre de Dios y Madre nuestra, la Santísima Virgen María, poniendo su espantosa cara en el rostro de la Virgen

Ya está bien.

viernes, 19 de febrero de 2016

SAN ÁLVARO DE CORDOBA.





Dominico, parece ser que nació en Zamora. Entró en nuestra Orden supuestamente en el año 1368. Profesor de Teología en San Pablo de Valladolid y en la Universidad de Salamanca. Pero destacó principalmente por sus grandes dotes como Predicador itinerante.
Viajó y vivió en Tierra Santa, de allí regresó a España con un gran deseo de vivir la observancia de la Regla de Santo Domingo y para ello, con un grupo de frailes con la misma idea funda es Córdoba, en la sierra, el Convento de Santo Domingo de “Scala Coeli”.
Además de impulsar esa reforma espiritual dentro de la Orden, al llegar a la Sierra cordobesa encontró un lugar que le recordó mucho a Tierra Santa, Scala Coeli, y allí hizo el Vía Crucis con cruces de piedra, siendo él quien implantó esta costumbre que tanto fervor ha dado a la Iglesia con la meditación de los pasos de Cristo hacia el Calvario. El vía Crucis.
Murió el día 19 de Febrero de 1420, su cuerpo reposa en Scala Coeli, la foto corresponde al retablo de Santo Domingo, es famoso por su Cristo de Scala Coeli que tiene una preciosa historia. Encontró un día que bajó a la ciudad de Córdoba, en el camino hacia la sierra, a un mendigo todo maltrecho y herido y decidió llevarlo al Convento para darle posada y atención, alarmando con su tardanza a la Comunidad, salieron al camino, al encontrarse les habló del mendigo que portaba tapado con su capa, al mostrar al mendigo a sus frailes lo que cargaba era ese famoso Cristo llamado de San Álvaro.
Oficialmente el Papa Benedicto XIV aprobó su culto en el 1741, es Beato, pero el pueblo devoto y creyente a lo largo de los siglos siempre le ha llamado San Álvaro.


jueves, 18 de febrero de 2016

DOMINGO II DE CUARESMA. CICLO C.



ESTE ES MI HIJO, EL ELEGIDO.



Vamos adentrándonos en el tiempo de la Cuaresma, tiempo verdaderamente santo, nos purifica, nos transforma, nos hace recapacitar, pensar, cambiar, en una palabra, nos facilita la conversión, el volver nuestro rostro al rostro Misericordioso de Dios nuestro Padre.

Como a Abrán, en la primera lectura, a nosotros el Señor también nos ofrece una tierra nueva, pero ¿dónde está esa tierra?, no se trata de una nueva nación, o un lugar concreto, esa tierra nueva es nuestra tierra, nuestro mundo, nuestro viejo planeta, que nosotros, con la fuerza de Dios, tenemos que hacer nuevo, de eso se trata, hacer nuevas todas las cosas, pero para lograrlo nosotros mismos tenemos que rejuvenecer, dejar lo viejo, dejar lo nuestro, eso que es mío, dejar de pensar en mí mismo, mis problemas, mis males, mis situaciones, mis achaques, mis gustos y pensar más en los demás, en sus necesidades, sus situaciones.

Abrán logra todo lo que anhela cuando es capaz de “SALIR” de su tierra, nosotros logramos vencer lo malo y negativo de nosotros mismos cuando somos capaces de salir de nosotros mismos y centrarnos en los demás, principalmente en los pobres y abandonados, pues siendo misericordiosos nos unimos al Señor y de esta manera nuestros trabajos se hacen fecundos.

La segunda lectura nos tiene que hacer pensar sobre nuestra sociedad, el tiempo presente que nos toca vivir: “Hay muchos que andan como enemigos de la Cruz de Cristo. Su paradero es la perdición; su Dios el vientre; su gloria, sus vergüenzas. Sólo aspiran a cosas terrenas,”

El apóstol nos indica que nosotros no tenemos que ser así, pues aguardamos a nuestro Salvador, el Señor, pero ¿realmente somos distintos?, desgraciadamente estamos muy contaminados con las cosas malas del mundo, somos de Dios, sí, pero demasiado apegados a las cosas de aquí abajo, a lo material, a todo lo terrenal. Tenemos que aprender a ser consecuentes con las cosas de Dios, con nuestra fe.

Por último, el Evangelio de este domingo 2º de Cuaresma nos habla de la transfiguración del Señor, y nos recuerda tres  cosas de suma importancia, lo mismo que hace el Señor con Pedro, Santiago y Juan, también nosotros tenemos que acostumbrarnos a hacer, retirarnos de vez en cuando para orar con el Señor, para dialogar con él. La segunda, recordarnos que la resurrección pasa por la Cruz, sin Cruz no hay Gloria y todos tenemos que adherirnos a la Cruz victoriosa de Jesús y cargar con las nuestras propias, además de ser cirineos para con aquellos que la vida les carga con cruces demasiado pesadas. Por último recordar que en esa voz misteriosa que se escucha en la nube Dios también a nosotros nos dice que Jesús es su Hijo y nos pide que le prestemos atención, que le escuchemos, que estemos atentos a su Palabra, esa Palabra que nos salva, nos transforma, nos hace nuevos, sin su Palabra imposible renovarnos, imposible cambiar.

Feliz Domingo, día del Señor. Día de descanso, de Iglesia y de meditación, de estar a la escucha y hablar con Él.

A VOSOTROS LOS ARTISTAS…





En la fiesta del Beato Angélico. Fragmento de la Carta Apostólica del 3 de Octubre de 1982 del Papa San Juan Pablo II.

“…Es, por tanto, evidente que Fr. Juan poniendo al servicio del arte los dones privilegiados que le dio la naturaleza, consiguió y consigue aún ahora una enorme utilidad espiritual y pastoral en el pueblo de Dios, facilitándole su caminar hacia Dios. A esta finalidad está ordenado el arte con motivos religiosos según el Vaticano II, que en la constitución sobre la liturgia afirma: “Entre las actividades más notables del ingenio humano se cuenta, con razón, las bellas artes, principalmente el arte religioso y su cumbre, que es el arte sacro. Éstos, por su naturaleza, están relacionados con la infinita belleza de Dios, que intentan expresar de alguna manera por medio de obras humanas. Y tanto más pueden dedicarse a Dios y contribuir a su alabanza y a su gloria cuanto más lejos están de todo propósito que no sea colaborar lo más posible con sus obras para orientar santamente los hombres a Dios”.

Verdaderamente Fr. Juan (Beato Angélico) hombre excepcional por su espiritualidad y por su arte, ha siempre atraído muchísimo nuestra simpatía; por tanto, juzgamos que ha llegado el momento de proponerlo a la contemplación destacada en la Iglesia de Dios, a la que todavía hoy habla con su arte celestial”

Que el Beato Angélico, este sencillo y a la vez gran Dominico inspire a tanto artista vinculado hoy en día a nuestra Orden, a las Asociaciones y Archicofradía del Rosario y otras Hermandades que trabajan o han trabajado en sus orígenes con la Orden de Predicadores y al pasar de los años llevan con orgullo nuestro escudo es sus pasos o tronos  así como en sus estandartes y guiones.

Potenciar el Arte religioso y el Arte sacro es potenciar la catequesis, es decir, por medio de la belleza, la mirada, en ocasiones “pasmada” ante lo que contempla te llena de gozo y te acerca a ese Dios infinito que es el creador de todo lo bello y que sin duda inspira a tantos artistas para que a través de esta belleza el alma humana pueda llegar un día a contemplar la Belleza Absoluta: DIOS:

En la foto una de las muchas obras de Fra Angélico que muestran esa belleza.

viernes, 12 de febrero de 2016

DOMINGO PRIMERO DE CUARESMA. CICLO C.





"NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE..."

La primera lectura tomada del libro del Deuteronomio 26, 4-10, nos habla de la liberación de Israel por Dios de la opresión y la esclavitud, ante este gesto misericordioso de Dios el hombre tiene que tener un corazón agradecido a Dios Padre y Liberador y tiene que aprender a ofrecerle las primicias ya no del fruto de la tierra, también las del corazón, es decir, darle a Dios lo bueno que hay en nosotros, darle de lo que somos y tenemos, pero este “darle a Dios” él no lo quiere para él, claro que quiere nuestro amor, pero no acepta nuestro amor para él si somos incapaces de dar amor al pobre, al afligido, al necesitado, si no somos capaces de amar y compartir entre nosotros ¿cómo vamos a ser capaces de mostrar a Dios que lo amamos y le damos lo mejor de nosotros mismos?.

La segunda lectura está tomada de la Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos, 10, 8-13.

El Señor nos da una Palabra, -él es la Palabra encarnada- para que esté en nosotros, en nuestros labios y en nuestro corazón, en los labios para que no se quede sólo en el corazón y sea hablada, proclamada, compartida. En el corazón para que sea amada, querida, aceptada, valorada por ti. Esta Palabra nos dice que nadie que crea quedará defraudado porque no hay distinción entre unos y otros, es para todos, todos somos iguales.

El Señor no puede admitir que existan otros Señores absolutos de nuestras vidas, ni siquiera acepta distinciones entre los hombres, creados por él todos igualmente,  pues “uno mismo y único es el Señor”.

El Evangelio de este Domingo tomado de Lucas, 4, 1-13, nos muestra las tentaciones. Son bien conocidas por todos nosotros. El diablo le ofrece a Jesús que está retirado en el desierto por 40 días, en su cuaresma, y tiene hambre: La 1ª “di que estas piedras se conviertan en pan”. La 2ª “Te daré el poder y la gloria de todo el mundo”. La 3ª “Tírate de aquí abajo”. Es decir, el diablo le tienta al Señor con la carne, el poder y el orgullo, tentaciones que el supo rechazar pero que nosotros con mucha frecuencia caemos y somos derrotados al ser vencidos por el tentador.

Todos los día cuando rezamos la oración que el Señor nos enseñó pedimos al Padre que nos libre de las tentaciones, no significa esto que no seamos tentados, si no somos tentados no sabremos nunca cual es nuestra valía, lo que necesitamos es aprender a vencer las tentaciones, a librarnos nosotros, por nuestra voluntad de ellas, el Señor nos da muchos medios para salir vencedores de las pruebas.

“Nuestra vida, en medio de esta peregrinación, no puede estar sin tentaciones, ya que nuestro progreso se realiza precisamente a través de la tentación, y nadie se conoce a sí mismo si no es tentado, ni puede ser coronado si no ha vencido, ni vencer si no ha combatido, ni combatir si carece de enemigo y de tentaciones.

¡Cristo tentado por el demonio! Pero en cristo estabas siendo tentado tú, porque Cristo tenía de ti la carne y de él procedía para ti la salvación; de ti procedía la muerte para él, y de él para ti la vida; de ti para él los ultrajes, y de él para tí los honores; en definitiva, de ti para él la tentación, y de él para ti la victoria.

¿Te fijas en que Cristo fue tentado, y no te fijas en que venció?”.


(De los comentarios sobre los Salmos de San Agustín).

miércoles, 10 de febrero de 2016

MIERCOLES DE CENIZA




¡Comenzamos el camino cuaresmal!

El Señor, que siempre está pendiente de nosotros, no para vigilarnos si somos malos, está pendiente por amor, nos da remedios para nuestros males.

Estos remedios están muy marcados en este tiempo en nuestra manera de ser, en como comportarnos, en que tipo de acciones y de actitudes tenemos que tener para alcanzar la auténtica conversión que nos garantice de alguna manera esa salvación que anhelamos.

En este año de la misericordia tenemos que fomentar el PERDÓN, saber pedir perdón y saber perdonar, para ser misericordiosos como Dios es misericordioso con nosotros. Igualmente tenemos que esforzarnos en conseguir una auténtica CONVERSIÓN, pero eso, que sea auténtica, que de verdad queramos renunciar a nosotros mismos para ser del Señor, que busquemos, si es necesario, cada día, volver nuestros pasos hacia Dios. Y por último se nos ofrece la RECONCILIACIÓN, no podemos “estar” con Dios si no pasamos por el Sacramento de la Penitencia, por el confesionario, es vital que reconozcamos nuestros pecados, que seguro que sí los tenemos y que salgamos de ellos, pero este salir de ellos solamente puede ser confesándose, no hay otro camino.

Para conseguir estar en la línea del EVANGELIO de Jesús, el tiempo de cuaresma nos ofrece ciertas ACTITUDES  que no pueden faltarnos para lograr el perdón, la conversión y la reconciliación, estas actitudes están marcadas profundamente en la lectura del Evangelio que escuchamos hoy miércoles de ceniza y son: la ORACIÓN, el entrar en nuestro aposento, en nuestro cuarto y buscar la soledad para que podamos hablar con Dios y muy importante, podamos también escuchar a Dios. El AYUNO CUARESMAL, que cobra su sentido, lo mismo que la abstinencia, cuando está reflejado en el otro, cuando dejo de comer para compartir mi comida, cuando dejo un plato más costoso y sacio mi hambre con otro mas liviano para que así me alcance para dar otro plato, aunque sea liviano a aquel que no tiene que comer. Flaco favor se hace quien deja de comer un Viernes Santo u otro día de cuaresma un muslo de pollo y se come una langosta porque esta no está prohibida, es esto mucho peor que comer carne todos los días. Y todo esto para poder llegar a la tercera actitud necesaria de Cuaresma que es la LIMOSNA, que ya ha quedado claro lo que significa, dar de lo que tenemos reservado para nosotros, no dar la calderilla que molesta, ni las sobras, es privarme yo para que otro tenga la misma oportunidad que yo tengo para vivir y saciar mis necesidades.

sábado, 6 de febrero de 2016

DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C.






¡AQUÍ ESTOY, MÁNDAME!

Esta es la actitud ante el señor que nos apremia a ir al mundo para anunciar su Evangelio. ¿Pero yo?, ¿y por qué no?, él se ha fijado en ti, te ha llamado por tu nombre, te ha elegido, ha perdonado tus pecados, te ha tratado con amor, ha sido misericordioso contigo, ha puesto un carbón encendido en tus labios cuando te ha dado a conocer su Palabra, estás de sobra preparado para IR, para ser PROCLAMADOR DE SU BUENA NUEVA.

Esta misión del Señor nos la recuerda y confirma San Pablo en la segunda lectura, estamos fundados en Cristo el Señor, hemos aceptado su Evangelio y lo hacemos VIDA en nosotros, y este Evangelio no es para guardarlo en caja fuerte, está destinado para darlo a los demás, compartimos algo grande, la gran noticia de la Salvación, esa noticia no es otra que el Señor que ama y por amor muere en una cruz, pero que no se queda en el sepulcro frío, resucita para que nosotros seamos capaces de morir al pecado y vivir en la GRACIA de DIOS. Esta GRACIA nos hace libres. Y una noticia así no puede quedar callada, hay que proclamarla, anunciarla con nuestra voz pero también con nuestra propia vida.

La cuestión que nos presenta el Evangelio dominical es si nosotros nos conocemos realmente, si nos esforzamos lo suficiente en nuestra vida por adquirir el conocimiento que Dios nos da, si aceptamos su Palabra liberadora o nos conformamos como “pasotas” sin sacrificio, sin deseo, sin ilusión por crecer, por triunfar, por encontrar esa “pesca abundante que el Señor nos ofrece”.

Para lograrlo tenemos que “REMAR MAR ADENTRO”, eso significa esfuerzo, trabajo, dedicación, deseo de superación, volver a intentarlo cuando pasamos una noche oscura de decepción y de fracaso. Solamente con el Señor podemos adquirir esa sensación de acierto y de seguridad, solamente con el Señor podemos lograr esa pesca milagrosa que sacie nuestras expectativas, que sacie nuestra vida. No, no podemos conformarnos con poco o con nada, no podemos ser mediocres cuando lo podemos tener TODO. El Señor no nos ofrece migajas, nos lo ofrece todo, tan abundantemente que necesitaremos de otros para arrastrar nuestras redes repletas hasta la orilla sin que nos hundamos o las reventemos por el camino, necesitamos a los otros. La salvación no es un juego en solitario, es participación de muchos.

Hace poco hemos terminado las fiestas de la Navidad y hemos vivido cinco semanas de este tiempo ordinario de la liturgia, ya este miércoles daremos inicio a la CUARESMA, tiempo fuerte, tiempo de preparación para la gran fiesta del creyente: LA PASCUA DEL SEÑOR RESUCITADO, vivamos con ilusión y esperanza, en este año de la Misericordia, este tiempo que vamos a comenzar el día 10 de Febrero, y para vivir el año de la Misericordia no olvides que hay que pasar por el confesionario, no hay otra manera de arrancar el pecado de nuestro corazón, y no podemos dejar que este anide en nosotros y vivamos con él como si fuere un huésped que no molesta, que no hace daño, que puede pasar inadvertido, no, cuando está él en nosotros echamos fuera a Dios, echamos fuera su Gracia y su amor, con el pecado deja de tener sentido nuestra vida y todas nuestras acciones. No malogremos la vida que Dios nos da.