LA PARROQUIA
Poco a poco, poquito a poco, y gracias a la incansable labor de nuestro párroco, (en otra vida debió ser constructor), nuestra parroquia, la olvidada parroquia perchelera de Santo Domingo, otrora cuna y germen de incontables misioneros de allende los mares y centro de atención de intereses extemporáneos en otro tiempo, va cambiando su cara.
Siendo justos, la cosa empezó, aunque tímidamente, con anteriores párrocos. Francisco Sánchez Hermosilla, logró convencer a nuestro anterior hermano mayor, para que colaborara en la pintura y decoración de los techos. Y se decidió a picar los paramentos de la capilla del Rosario para de una vez, ¡setenta años más tarde! eliminar los vestigios de la infortunada jornada de mayo del 31, así como comenzar los trabajos de eliminación de termitas de la estructura de dicha capilla.
La verdad, es que nuestro querido pastor, Fr. Francisco García Ortega, O.P., para todos Pachi, no ha parado, en la medida de sus posibilidades, que en nuestra sede, son realmente pobres. En Navidad del 2008, se estrena la remozada capilla de la Virgen del Rosario, bellísima, que se convierte en capilla sacramental. Un acierto. Igualmente, se consigue un Niño del Dulce Nombre, tradicional devoción dominicana. Posteriormente, se remoza y se pinta la nave del Evangelio, consiguiendo, mediante una donación, la instalación de una cristalera artística que le da luz.
Pero las necesidades seguían vigentes. Y le echó valor. Con la ayuda inestimable de fieles colaboradores de la parroquia, entre los que no se puede olvidar a Paco, Pepe Herrera y al inquieto “Juanillo”, en dos meses de duro trabajo, sin ayuda alguna, convirtió el triste y desangelado salón de actos, -de tantos recuerdos cofrades de mi niñez-, en un precioso salón de actos, donde se imparten, a diario, las catequesis y reuniones formativas. Adosado al mismo, dos salas menores para reuniones menos multitudinarias, conforman un conjunto, insuficiente todavía, pero que al menos da un servicio algo más digno. Se ha hecho “a pelo”, como digo, casi sin ayudas, y la consecuencia es que hay un pequeño “hueco financiero” que deberíamos tapar. Se admiten ayudas. Razón: Pachi.
A nadie gustaba la distribución del presbiterio, con el altar mayor al fondo, -preparado para la liturgia antigua-, y uno nuevo, bello cajón labrado, pero que no concordaba con nada. Ha costado trabajillo, pero al fin lo hemos conseguido: Durante una mañana de experiencia inolvidable, con la ayuda inestimable de Rafa Galán y su hijo y colaboradores, congregantes y portadores de nuestra Señora, con un mecanismo de cerrajería parecido al de los “grandes inventos del TBO”, se trasladó la pesadísima mesa del altar mayor al centro del presbiterio, donde queda dignísima, y trasladamos la mesa de madera a su lugar de origen. Esto no le ha supuesto carga a la parroquia, porque lo ha sufragado nuestra Congregación.
Por otro lado, MENA rehabilita nuestra Capilla y la antecapilla; Dolores del Puente hace lo mismo con el altar de “La Estrellita ”, y su antecapilla correspondiente. Falta solamente que La Humillación pinte su antecapilla, y la nave derecha… lista.
¿Qué nos falta?. Mucho. Lo más urgente, con serio peligro de ruina, es cortar cuanto antes la humedad proveniente de la cúpula, bajo el campanario, roto por quienes colocaron la campana. Es trabajo de un solo día, pero hay que subirse al campanario, aunque no reviste ningún peligro. (Quien esto escribe lo ha comprobado). Las molduras del lateral izquierdo del presbiterio corren serio peligro de caer. También, el traslado de la pila bautismal y el del púlpito, que tiene cierta dificultad, debido a su valor artístico y antigüedad.
Y que Dolores del Puente defina su Casa Hermandad, para saber qué superficie queda de la parroquia para terminar la reconstrucción de una iglesia que en Málaga fue pionera en cuna de hermandades, misioneros y buen hacer.
Ah, y el ansiado retablo…. ¿Lo veremos alguna vez?
R. Gómez.
Delegado para relaciones con la Parroquia
No hay comentarios:
Publicar un comentario