En todos los rincones de España los
colores de la Bandera Nacional ondea al viento como alegre mañana
dominguera que amanece dispues a vivir la esperiencia de un sueño.
Sueño, según lo visto en el partido
de Italia – Alemania arto difícil, pero un sueño es un sueño, y
quien sabe si este sueño de tantos españoles se pueda hacer
realidad.
De no realizarse tampoco pasa nada,
España ha llegado hasta donde ha llegado, sin los fantasmas del
pasado y con la alegría y la unión que solamente nos da el deporte
cuando éste mueve multitudes.
Quiás habría que poner a “La Rija”
al frente del Gobierno de España, peor que la experiencia tan
lamentable de los últimos lustros de esta incierta democracia no
creoque nadie pueda hacerlo, y digo lo de lamentable democracia pues
por mucho que la queramos y la deseemos no la tenemos, no.
Europa vive sumergida en la cruel
dictadura del capitalismo, donde los políticos están dominados por
los bancos, en definitiva. Una lamentable dictadura donde en ella
solamente viven ellos, políticos y banqueros, los demás sobreviven,
y esto no puede seguir así pues algún dia tendrá que terminar, y
ese día será lamentable.
Ya no se trata de la eterna dos
ESPAÑAS, ahora se trata de los españoles, pocos, ricos, que cada
día son más ricos gracias a la crisis, y los otros, cada día más,
pobres, que cada día son más pobres.
Afortunados
nuestros políticos, que tienen a LA ROJA para entretener a los
españoles ciegos por el deporte y así no se quejan de los abusos y
subidas de todo tipo en estos nefastos días.
Desde
la paz que da el retiro en el campo, en la absoluta tranquilidad y
ausencia de todo ruido, la súplica al Señor en esta mañana es
para que ganemos, si es que el equipo lo lucha y nos lo merecemos. Y
para que el otro equipo, el de los políticos, el de los políticos de turno, luchen mejor en su
campo porque nos están metiendo goles tras goles, ¿será que el
equipo de Alemania se dopa? Tendré que preguntar a los franceses,
ellos están pareceser al corriente de esos dopajes, pero algo raro está pasando. No podemos seguir caminando tan a mal.
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