Mañana
viernes celebramos la fiesta de la
Virgen del Pilar, unida entrañablemente a la fe del pueblo
Español, cundo en el desánimo del Apóstol Santiago vino como confortadora para
que su fe no desfalleciera.
Pero
esta fe que comenzó con la predicación apostólica no solamente quedó como rocío
mañanero en todos los campos de España, sino que también llegó a los confines
de la tierra gracias a los misioneros, que con el Espíritu que impulsó a
Santiago llevaron el anuncio del Evangelio y el deseo de un mundo mejor por
todos los lugares de la tierra.
Es
por tanto una fiesta para introducirnos en el año de la Fe, y para vivir ese deseo del
crecimiento de nuestra propia fe de la mano de Aquella que con su maternidad
divina nos lleva a Cristo nuestro redentor.
En este tiempo donde la fe es escasa y la unidad de España está en peligro, que nuestra Madre del Pilar nos otorgue una fe radiante y una unidad sólida para hacer de nuestra Patria ese punto de referencia que siempre ha sido en la propagación de la fe en el mundo entero.
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