Comenzamos
a caminar.
Un
año más, una nueva Cuaresma, nuevas ilusiones, -ellas que nunca falten-, para
nuestra vieja vida cristiana, viaja para mí, con el peso de los años, nuevas y
jóvenes para tantas personas que comienzan sus andaduras por los vericuetos de
mapas y trazados que nos regala con tanta generosidad el Evangelio, siempre
pendiente de que ningún cristiano pierda el camino.
Pero esto es la Cuaresma , volver al
camino, dejarnos de tonterías y de ofertas llamativas que el maléfico mundo nos
ofrece, de rutas y atajos alternativos con coloridos atrayentes, de engañosas
promesas que nunca se cumplen, no, no perdamos la calma, quizás resulte que el
camino ofrecido por Jesús sea más angosto, más doro al principio, pero luego en
cuanto empiezas a caminar te das cuenta que ese cansancio va desapareciendo, y
que desaparece con los miedos, con los temores, con las soledades, pues el que
quiere y camina por esta senda ya trazada que es la Iglesia se da
perfectamente cuenta que el camino nunca se hace solo, aunque solo te
encuentres en muchos momentos, pero si prestas atención, si te fijas bien,
aunque no le veas, verás junto a tus huellas las huellas de nuestro Redentor
que canina siempre a nuestro lado.
¿Pero
si miras y te desesperas, y estás agotado, si no puedes más, si la angustia te
aflige y ves que solamente hay unas huellas?. No desesperes, no seas cobarde, no
pienses mal, no creas ni por un momento que son tuyas, que eres tu caminando sólo,
triste y abandonado, no; es Cristo, son sus huellas, ¿ves?, son más profundas
porque Él carga contigo, carga con nosotros pues quiere que a toda costa
lleguemos a la meta, Él vino para que todos, digo TODOS, TODOS ALCANCEMOS LA SALVACIÓN.
¡Ah
el Camino!, sí, el CAMINO de Cristo tiene cruces, cruces que pesan, por eso la
cuaresma es tiempo de compartir pesos, cargas, males, tristezas y también alegrías,
es el tiempo de compartirlo todo, y cuanto más pesadas son nuestras cruces más
afortunados somos, nos servirán de “puente”, cruzaremos barrancos, ríos
impetuosos y estaremos seguros.
Confía
en Él que Él te sostiene, confía y no decaigas, Él es la Salvación. Vive
la Cuaresma
y llega a la PASCUA. ES
LA META.
Granada,
5 de Marzo de 2014.
Fr.
Francisco E. García Ortega, O.P.
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