Comentando esta foto un joven afirma: “Si mi vista no me falla Benedicto lleva
zapatos negros y no rojos”. Pero lo
preocupante para mi entender, después de leer tanto comentario que va en esta
misma dirección en Internet es la contestación que otro afirma: “A Benedicto se le prohibió seguir usando zapatos rojos desde que
renunció al Papado, tampoco puede usar la clavelina, ni el anillo de San Pedro
que acostumbraba a usar” Y si esto ya de por sí es grave otro concluye con estas lapidarias
palabras: “El Papa Benedicto debería ser
el Papa Reinante”. Rechazando implícitamente al Papa Francisco. Y luego
afirman su catolicidad….
Y yo comento: Cuando el Papa Emérito
renunció, antes de renunciar, como no había costumbre, él –y solo él- puso en
que condiciones quedaba el que renunciara, nadie le prohibió nada, ni zapatos,
ni esclavina o clavelina, él puso las normas. Cuando el Papa Francisco le
visitó la primera vez en Castel Gandolfo el ya estaba vestido
como lo hace ahora. Ningún Cardenal va a atreverse a poner condiciones a un
Papa que dimita. Él es quien puso incluso el lugar de residencia y todos
aceptaron de buen grado todo cuanto decidió.
En un asunto tan serio no podemos
decir que se le prohibió pues es
mentira, y esas mentiras
hacen mucho daño a la
Iglesia. Y si se le quiere se le respeta, él tomó la decisión
de renunciar y el papa reinante es el Papa Francisco. Creo que tenemos que
aprender más de la humildad de Benedicto. Al
Papa Emérito Benedicto XVI se le hace daño al no aceptar al Papa Francisco.
Quien no acepta al Papa no puede decir que está con la Iglesia ni en la Iglesia , es un cismático.
Papa solo puede haber UNO. Todos los que hacen estos comentarios no son católicos
de corazón y mucho menos pueden dárselas de “amigos” o “seguidores” del Papa
Benedicto, pues demuestran el desconocimiento del pensamiento de Benedicto y el
amor a la Iglesia
y a la verdad que con su humilde gesto ha manifestado. Yo amo profundamente al
Papa Bednedicto, reconozco en él a un gran Pontífice, a un gran hombre de fe,
de oración, de sabiduría muy por encima de lo normal. Pero eso no quita, que
respetando su decisión ahora no ame al Papa Francisco, a su manera de ser, a su
manera de llevar a la Iglesia
por caminos humildes, con ello sigue el ejemplo de su predecesor. Cuantas
personas de menos importancia se aferran a sus puestos y son incapaces de
renunciar a ellos aunque vean que ya no pueden por edad o por enfermedad, hace
falta tener mucha humildad y santidad para hacer lo que el Papa Emérito hizo y
eso le engrandece aún más si es que es posible engrandecer a uno tan grande.
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