El Espíritu Santo es el que tiene
que mover el corazón del Presbítero para que su trabajo y su misión no sea otra
cosa que SERVICIO sincero a la
Comunidad , sin esperar aplausos, sin esperar paga alguna,
trabajamos para el Señor, cuando nos llame a su Casa nos dará el digno salario
merecido, somos obreros de su viña, pastores de su rebaño, por lo demás,
peregrinos en tierra extraña, allí donde su fuerza nos envíe, donde la Iglesia nos sitúe, sin límites,
sin fronteras, el mundo es nuestro hogar, allí estaremos felices dando todo lo
que tenemos y somos para la
Gloria de Dios y el bien de las almas. No es retórica, es
respuesta a una llamada, es la vocación a la que hemos respondido con un sí, es
el servicio, es la entrega, es la generosidad; de estas materias se “funde” el
servidor de la Palabra
y de la Eucaristía ,
el ministro de la
Reconciliación y de la unción de los enfermos, el que prepara
a los niños y vela por la
Catequesis , el que trabaja con los jóvenes y les acompaña en
su despertar vocacional, el que anima a las parejas a vivir los principios del
matrimonio cristiano, el que no abandona a los ancianitos y los visita cuando
ya no pueden salir de su casa y los “amigos” e incluso la familia les han ido dejado
solos. Sí, sólo el Espíritu Santo con su gracia y su fuego puede forjar un buen
sacerdote, y sólo el sacerdote será bueno en la medida que se deje forjar por la Gracia del Espíritu Santo.
Cuando hay intereses por medio se rompe este místico encanto, o este milagro de
amor y de entrega.
Os agradezco vuestras palabras
animándome en este 27 aniversario de mi Ordenación que han sido muchas, me
gustan todas, me siguen emocionando las que llegan de América, de Puerto rico,
de esa islita del encanto. 22 años, los años de la juventud son muchos años y
los recuerdos se mantienen. Una cosa curiosa. Aún es el día, después que han
pasado 15 años desde que regresé a España, vine a finales del 1999, que en mis
sueños sigo, en muchas ocasiones, en Puerto Rico, en los lugares que viví, con
la gente que compartí, principalmente con los jóvenes. Aquellas eran
comunidades de mucha juventud.
No se olviden de mí, oren por mí
y por que el pobre ministerio que realizo sea de provecho espiritual, que el
Espíritu me inspire para que el Evangelio llegue a cada corazón, como en Puerto
Rico, nunca celebro una Santa Misa sin predicar aunque sea 5 o 10 minutos. Es creo
que lo propio en un Dominico, ¿no?.
Recen por mí. Yo lo hago por
ustedes.
Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V./ Envía tu Espíritu y todo
será creado.
R./ Y repuebla la faz de la tierra.
R./ Y repuebla la faz de la tierra.
Oremos:
Oh Dios, que has iluminado
los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo;
haznos dóciles a sus inspiraciones,
para gustar siempre el bien
y gozar de su consuelo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo;
haznos dóciles a sus inspiraciones,
para gustar siempre el bien
y gozar de su consuelo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Secuencia:
Ven, Espíritu
divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquecernos.
Mira el vacío del hombre
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
divina luz, y enriquecernos.
Mira el vacío del hombre
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Amén.
La celebración Eucarística de las 20 horas resultó muy bonita, media hora antes se rezó -como siempre- el Santo Rosario y la Sabatina a nuestra Madre del Cielo la Virgen del Rosario, y a continuación la Misa, que cantaron José Antonio, Alejandro y Nico. Aunque no dije nada de mis 27 años, no se trata de buscar ni la felicitación ni el aplauso, interiormente viví profundamente el acontecimiento con espíritu de acción de Gracias al Señor por su llamado y por poder un año más ser agradecido por el don del servicio que es el presbiterado.
Unos fotos de antes de la Misa frete al retablo de la Virgen del Rosario y concluida esta en la sacristía como muestra de presencia y recuerdo.
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Amén.
La celebración Eucarística de las 20 horas resultó muy bonita, media hora antes se rezó -como siempre- el Santo Rosario y la Sabatina a nuestra Madre del Cielo la Virgen del Rosario, y a continuación la Misa, que cantaron José Antonio, Alejandro y Nico. Aunque no dije nada de mis 27 años, no se trata de buscar ni la felicitación ni el aplauso, interiormente viví profundamente el acontecimiento con espíritu de acción de Gracias al Señor por su llamado y por poder un año más ser agradecido por el don del servicio que es el presbiterado.
Unos fotos de antes de la Misa frete al retablo de la Virgen del Rosario y concluida esta en la sacristía como muestra de presencia y recuerdo.
Ante el retablo de nuestra Madre la Virgen del Rosario. |
En la sacristía, ante la puerta que da a la iglesia y los escudos de Isabel la Católica y Fernando. |
Claustro del Colegio Mayor y Convento, adornado por la fiesta anual de los colegiales. |
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