RUEGA POR NOSOTROS,
POR LA IGLESIA,
POR LA HERMANDAD Y AMOR ENTRE DISTINTAS RAZAS Y CREDOS.
Para celebrar la fiesta del Santo de la humildad, la bondad, la generosidad, la entrega sin limitaciones, la confianza en nuestra Madre la Virgen del Rosario y del Señor Crucificado, la confianza en un Dios de AMOR PARA TODOS SIN DIFERENCIAS NI DISTINCIONES, un Dios de blancos y negros un Dios que nos une, no nos divide.
San Martín con su vida trajo muchos cambios a la Iglesia y a la sociedad de su tiempo, y nuestra Orden fue valiente al apostar por la persona, sin fijarse en el color de la piel de aquel que como todos nosotros nos acercamos a Ella pidiendo la Misericordia de Dios y la de la Orden.
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