IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B
Ese hablar con autoridad es nuevo. Cristo vino y viene a
cada uno de nosotros, y nos enseña un modo distinto de anunciar la Buena Noticia, es ese hablar
con autoridad, esa certeza de saber que todo lo que procede de Dios es correcto,
que en Él no hay engaño ni mentira, que dice siempre la verdad, pero ¿a que
verdad nos llama?. Nos llama al amor, a la unidad, a la confianza, a vivir
unidos a Él, corazón con corazón, no siguiendo nuestros caprichos y criterios,
no predicando “nuestros mensajes” y sí el Evangelio, el anuncio de la Buena Nueva, que es siempre
novedad, es Palabra actualizada, es seguimiento para cada uno de nosotros.
A
aquellos que se centran en sí mismos, que se pastorean a sí mismos, que se
olvidan del rebaño del Señor, Él los pedirá cuentas. El Señor nunca se olvida
de nadie, todos estamos acogidos en sus brazos, pero mucho menos se olvida de
los que el hombre se olvida. No abandona a los que el hombre abandona, no rechaza
nunca a aquellos que el poder, el orgullo, la vanidad rechazan porque no son de
los suyos, no piensan como ellos o no participan de su manera de obrar o de
vivir.
No
se trata de ponernos a pensar quien está más cerca del Señor o quien sirve
mejor a sus planes o deseos, si el que está soltero y tiene más tiempo libre o
el casado, tantas veces abrumado por llevar adelante el peso de la familia, esa
diferencia no la marca la condición social de la persona, es más bien la
actitud tanto de los solteros o de las familias. Lo que si es necesario es que la FAMILIA encuentre su lugar
dentro de la Iglesia
y su responsabilidad, que no pierda nunca su unidad, pues una familia que se
rompe es una familia que se desmorona, y ha de ser desde esa unidad que de esa
respuesta al Señor, que manifieste con la vida de familia la actitud de ESCUCHA
de la Palabra
para que el corazón no se convierta nunca en corazón de piedra y sea siempre un
corazón de carne, un corazón que ame, que permanezca es esa actitud de amar
pues en el amor llegamos a Dios, con el amor nos identificamos con Él.
Por
último, hoy celebra la Iglesia
local de Granada la fiesta de nuestro Santo Patrón San Cecilio, él que se
entregó por amor hasta derramar su sangre por Cristo nos ayude con su poderosa
intercesión y nos inspire sentimientos de amor, entrega y generosidad, tan
necesarios en nuestros días, en nuestra sociedad y en nuestro mundo.
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