viernes, 30 de enero de 2015

Ojalá escuchéis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón



IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B



Ese hablar con autoridad es nuevo. Cristo vino y viene a cada uno de nosotros, y nos enseña un modo distinto de anunciar la Buena Noticia, es ese hablar con autoridad, esa certeza de saber que todo lo que procede de Dios es correcto, que en Él no hay engaño ni mentira, que dice siempre la verdad, pero ¿a que verdad nos llama?. Nos llama al amor, a la unidad, a la confianza, a vivir unidos a Él, corazón con corazón, no siguiendo nuestros caprichos y criterios, no predicando “nuestros mensajes” y sí el Evangelio, el anuncio de la Buena Nueva, que es siempre novedad, es Palabra actualizada, es seguimiento para cada uno de nosotros.

A aquellos que se centran en sí mismos, que se pastorean a sí mismos, que se olvidan del rebaño del Señor, Él los pedirá cuentas. El Señor nunca se olvida de nadie, todos estamos acogidos en sus brazos, pero mucho menos se olvida de los que el hombre se olvida. No abandona a los que el hombre abandona, no rechaza nunca a aquellos que el poder, el orgullo, la vanidad rechazan porque no son de los suyos, no piensan como ellos o no participan de su manera de obrar o de vivir.

No se trata de ponernos a pensar quien está más cerca del Señor o quien sirve mejor a sus planes o deseos, si el que está soltero y tiene más tiempo libre o el casado, tantas veces abrumado por llevar adelante el peso de la familia, esa diferencia no la marca la condición social de la persona, es más bien la actitud tanto de los solteros o de las familias. Lo que si es necesario es que la FAMILIA encuentre su lugar dentro de la Iglesia y su responsabilidad, que no pierda nunca su unidad, pues una familia que se rompe es una familia que se desmorona, y ha de ser desde esa unidad que de esa respuesta al Señor, que manifieste con la vida de familia la actitud de ESCUCHA de la Palabra para que el corazón no se convierta nunca en corazón de piedra y sea siempre un corazón de carne, un corazón que ame, que permanezca es esa actitud de amar pues en el amor llegamos a Dios, con el amor nos identificamos con Él.

Por último, hoy celebra la Iglesia local de Granada la fiesta de nuestro Santo Patrón San Cecilio, él que se entregó por amor hasta derramar su sangre por Cristo nos ayude con su poderosa intercesión y nos inspire sentimientos de amor, entrega y generosidad, tan necesarios en nuestros días, en nuestra sociedad y en nuestro mundo.


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