¿Donde
ha quedado la figura del gran Patrono de España?, ¿dónde sus hazañas y sus
milagros?, ¿dónde sus apariciones orientando y guiando a los nobles y valientes
castellanos defendiéndoles contra los enemigos de España y de la
FE CATÖLICA?
Por
más que algunos emergentes politiqueros que están luchando con garras y dientes
contra la tradición y contra todo aquello que signifique la
UNIDAD DE ESPAÑA no podrán acallar la historia, muchas veces
cargada de gran fe, devoción, milagros y leyendas.
Ahí
tenemos a Santiago cabalgando junto a San Millán de la Cogolla, el gran santo de
la devoción del Conde Fernán Gonzáles,
el santo que ya en la batalla de Simancas, en el año 923, en la que San Millán aparece en defensa de los cristianos, es
nombrado patrón de Castilla, y se comprometen a pagar los Votos de San Millán. Tras la
imposición del patronato de Santiago con la unificación de Castilla y de León,
los castellanos seguirán invocando a San Millán como a su patrón, y en el siglo
XVII, al discutirse de nuevo el patronato de España, lo vuelven a confirmar
como patrón de Castilla y copatrón de España.
Al grito de “SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA” los valientes
CASTELLANOS llenos de fe y fervor sacaban valor y coraje para poco a poco ir
quitando terreno al moro que aplastaba su fe y arrancaba de cuajo su dignidad
con injustos impuestos y miles de vejaciones.
Pues no, no callarán las hazañas de nuestro Santo Patrón, no
apagarán su fervor, no lo arrancarán de nuestra memoria. Allí donde quede un
católico con devoción allí se contará la historia del Patrón de España, con
pelos y señales, con verdades como puños y con leyendas que no son tales, son
la manifestación del coraje del que tiene fe, que puede ver lo que el incrédulo
no es capaz de ver y sentir el valor que el cobarde no puede sentir y verse
acompañado de aquellos que vivieron sólo para Cristo y como Señor de nuestras
vidas nos manda a aquellos que con tanta fuerza le amaron y se entregaron por Él
para guiarnos y protegernos en las duras batallas de la vida, en las de antes y
en las de ahora, en las que iban contra el moro y en las que van en nuestros días
contra aquellos que quieren romper la unidad de España y ante ellos, ante los
que luchan contra la verdad y viven sin fe, yo, otros, muchos seguimos
gritando: “Santiago y cierra España”.
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