Llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos
Como a los Doce a nosotros
también el Señor nos envía, pero ¿a que nos envía?. Somos enviados como copartícipes
de Dios en su plan creador y su plan redentor, que hoy nos habla con tan sabias
palabras el P. Lastra en su comentario a la Palabra de Dios de este domingo.
Este plan divino que se realiza por Cristo y
Cristo pasa a los Doce y estos al mundo entero, nos tiene que motivar a ser
creadores cada día, como hormiguitas laborar sin descanso por la causa del
Mundo, ya que el Mundo necesita de nuestro trabajo para ser enteramente
renovado y no destrozado, esto es una cadena en la que el hombre participa solamente
de unos eslabones lo mismo que participan a su manera el resto de los animales,
como nosotros obra creadora de Dios.
Este trabajo creador está unido al trabajo
redentor, es nuestro anuncio, si no lo hacemos bien, si no es creíble por
aquellos que nos leen o nos escuchan tendrán motivos ellos más que suficientes
de sacudirse el polvo de sus zapatos ante nosotros, no está la razón solamente en
un bando, en el de los enviados ni están considerados monos los otros, los que
escuchan el mensaje. No podemos interpretar el Evangelio que solamente nosotros
tenemos derecho a sacudir el polvo de nuestros zapatos si no somos acogidos y
escuchados, tenemos que saber presentar bien nuestro “producto” y saberlo hacer
asequible para las personas a las que va dirigido, no despreciemos al “pueblo”
que escucha, ese pueblo no es ni más ni
menos que el Pueblo de Dios, por eso mucho respeto a la hora de presentarnos
ante él, pues si bien es cierto que vamos como los Apóstoles a predicarles y a
transmitirles los valores fundamentales de la CREACIÖN Y LA SALVACIÖN, y si no nos tratan como merecen nuestros
sacrificios y esfuerzos tenemos motivos para sacudir el polvo de los píes,
alguna vez tendríamos que pensar de quien es la culpa, el por qué de los
rechazos. No siempre la
Iglesia ha sabido llevar la verdad del Evangelio, la
envoltura humana en la que en ocasiones ha llevado esta verdad evangélica no
siempre ha sido la más adecuada y la más creíble. La Palabra de Dios siempre
nos tiene que hacer pensar.
A mi, me inspira,fiarme de Dios,marcdhar por la vida con mis sandalios y mi palo,sin acumular cosas que nos entretengan y ocupen,por los apegos lugares de Dios y de los hermanos.Ponerme en sus manos y en su PRESENCIA y.....¡ANDANDO ! No faltará ayuda ,ni nadie,que aunque sea una sonrisa,necesite de nosotros,A disposicion del prójimo.
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