¡CONVERTÍOS,
PORQUE ESTÁ CERCA EL REINO DE LOS CIELOS!
“Aquel
día brotará un renuevo del tronco de Jesé y de su raíz brotará un vástago. Sobre
él se posará el Espíritu del Señor…” La palabra que proclamamos viene a
llenarnos de luz y esperanza, a animar nuestras vidas tantas veces cansadas,
somos, por desgracia, parte de una sociedad cansada, agobiada, que vive
demasiado de prisa, sin buscar momentos para mirar a nuestro alrededor, para
pensar, para contemplar las maravillas de la creación que nos hablan de un Dios
creador Padre lleno de ternura y misericordioso que ha querido en verdad
colocar al hombre en el centro de una creación siempre sorprendente y por
nuestra apatía siempre amenazada, por eso, por las prisas, por querer llegar más
lejos, por querer tener más y ser más.
Pero
a pesar de nuestros pecados y abandonos el Señor nos colma de promesas, nos
dibuja un mundo que no es utópico, un mundo que puede ser real, donde la paz,
el amor, la justicia, la alegría, la hermandad, el consuelo pueden ser el
centro del corazón del hombre, esto parece que está muy lejos de nosotros, sin
embargo está en nosotros, como un tronco que amenaza muerte, desolación, tristeza
se vitaliza con el nacimiento de un retoño, de la VIDA , así nosotros nos
fortalecemos de nuestras miserias y de nuestra misma muerte con la VIDA plena que nos viene a
dar Jesús, que ya está en camino hacia nuestros corazones para nacer en nosotros,
para morar en la casita-Belén de nuestro interior.
En
la segunda lectura, el apóstol nos da la clave para llegar a la meta, la
paciencia y el consuelo que dan las Escrituras. No podemos dejar de leer las
Sagradas Escrituras, no podemos vivir pensando que lo sabemos todo y
desconocemos lo más importante, al Señor, quien no conoce de verdad tampoco
puede amar de verdad, la ignorancia nos aparta de Dios, mucha gente que
manifiestan en nuestros días su apatía hacia lo religioso, incluso su negación
de Dios no lo hacen por maldad, por desprecio, por ir contra Dios, lo hacen por
simple ignorancia, muchos de estos tales si conocieran un poquito más de las
Escrituras buscarían a Dios con todo su corazón.
En
cuanto al Evangelio se nos dice que el Bautista se presenta en el desierto para
predicar la conversión, y es hermanos que si no nos adentramos en el desierto
de nuestra vida difícilmente podremos convertirnos. ¿Qué hay en el desierto?
NADA, está vacío de todo, de lujos, de comodidades, de VIDA, si nosotros no
somos capaces de vaciarnos, si nos mantenemos “llenos” de TODO, si estamos
siempre saciados, difícilmente buscaremos una auténtica conversión, y sin ella
nuestra vida espiritual será simplemente al ras de la piel, sin profundidad,
sin esperanza.
Alegrémonos
y mucho pues la Palabra
proclamada en este segundo domingo de adviento nos llena de esperanza y nos da
muchas claves para vivir plenamente el encuentro lleno de luz con Jesús que
viene a nosotros, que camina a nuestro encuentro para llenarnos de su paz y de
su amor.
Que
paséis un feliz domingo, día del Señor, y que de Él recibáis toda clase de
bendiciones, que de verdad Él esté con vosotros, esté en vosotros.
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