“VOSOTROS
SOIS LA SAL DE LA TIERRA …”
Aquí
en Granada, tierra muy fría en invierno, tenemos a cuatro pasos la preciosa
Sierra Nevada que su blancura nos llena de frío principalmente en las noches,
estas noches que para el que tiene casa son apacibles, tranquilas, llevaderas,
pero para el sin techo, el abandonado, el pobre de solemnidad son noches terroríficas,
gélidas, desagradables.
Con
esta actitud caritativa entonamos perfectamente en la primera lectura de hoy: “Parte
tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo…”
San
pablo nos anima en la carta a los Corintios a mirar la vida no con sabiduría
humana, que vemos en la realidad de la vida lleva al puro egoísmo, a mirarnos a
nosotros mismos sin mirar a los demás ni a Dios y sí a buscar la sabiduría que
da el Espíritu a aquel que le busca a Él y se quiere llenar de Él para darle a
los demás esa paz y esa sensación de estar en el buen camino que solamente Dios
nos sabe dar.
Vemos
como el egocentrismo, la avaricia, la gula, la envidia, la lujuria, los males
de nuestros días pudren nuestra
sociedad. Para estos males el señor te señala a ti, no busques
soluciones milagrosas, mágicas, espectaculares, la solución eres tú, el Señor
te dice, Tú eres la sal de la tierra,
tú eres esa sal que impide la podredumbre, esa sal que sazona, da gusto, da
sabor a la vida de los hombres, de la sociedad, del mundo, está en ti y en mí
evitar el mal haciendo el bien.
Pero
también el Señor te dice hoy en el Evangelio: Tú eres la luz del Mundo. Ese faro tan necesario para evitar
que los barcos de los hombres y mujeres de nuestra sociedad no se estrellen
contra el acantilado en las noches de tormenta, que alegría tiene que inundar
nuestra alma al sabernos tan necesitados por Dios, tan llenos de su amor y de
su confianza, Él quiere hacer las cosas hoy como las hizo ayer y las hará
mañana, contando con el hombre, haciendo al hombre instrumento de su acción
misericordiosa. Quizás como mensaje para guardar en nuestro corazón en este
Domingo, día del Señor es este, que el Señor te llama, espera por ti, cuenta
contigo, te da una misión, pone en tus manos su luz para que alumbres el mundo,
para que ilumines en medio de las tinieblas, para que conduzcas, como un nuevo
Moisés al Resto de Israel por el camino sencillo del Evangelio hacia la Patria definitiva que es el
Cielo. Hermoso mensaje y hermoso acometido el que cada uno de nosotros tenemos,
el Señor nos invita, confía, espera de nosotros, espera por nosotros. Que el
Señor te bendiga.
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