"DIOS HA ESCONDIDO LA VERDADERA SABIDURÍA A LOS SABIOS Y SE LA HA REVELADO A LA GENTE SENCILLA, ASÍ LE HA PARECIDO BIEN".
En la primera lectura de Zacarías Dios, como hace siempre, nos habla al corazón, nos habla de su cercanía, su pronta respuesta de amor hacia los hombres, nos invita al canto de júbilo pues él viene a nosotros como REY victorioso.
Este reino que nos trae Dios es un reino de paz, amor, justicia, libertad, nada parecido a la experiencia de los hombres y mujeres que intentan gobernar esclavizando al hombre, muchas veces con leyes injustas, explotando al humilde con impuestos pesados y viviendo ellos como señores sirviéndose del sudor del pobre y del afligido.
Es lamentable la situación de corrupción que vivimos en este siglo XXI por parte de los gobernantes y políticos, todos muy listos legislando leyes que les favorecen y así escapan de las penas que tendrían que pagar por su mal hacer. Pero ciertamente, cuando lleguen ante el JUEZ JUSTO ya rendirán cuentas de sus malas acciones y su mal obrar, este Rey que viene en rescate nuestro dominará de mar a mar, nadie escapará de él, ninguna tribulación causada por la injusticia quedará sin su castigo.
Por eso es natural que para el Apóstol San Pablo nosotros vivamos de otra manera, no estando sujetos a la carne, a lo material, no siendo esclavos de lo terrenal y sí libres de espíritu pues el el Señor quien nos ha liberado y dado nueva vida.
Esta manera de vivir no es limitada a los años de la vida mortal, va mucho más lejos, es un vivir en Cristo Jesús para toda la eternidad, pues al ser vivificados por cristo, con su sangre, hemos muerto con él al pecado y todas sus manifestaciones para surgir de la muerte a la VIDA PLENA, una vida que sólamente es posible estando en Cristo nuestro Señor y viviendo en él y dejando que él viva en cada uno de nosotros.
En el Evangelio tomado de Mateo, 11,25-30 Cristo agradece al Padre el hecho de que sólamente el que es pobre, sencillo, humilde, bondadoso; del que no es engreído, prepotente, orgulloso puede encontrar el camino que Dios nos señala en el Evangelio para ir al cielo, para llegar al Padre.
Ese conocimiento del Hijo que nos lleva al conocimiento del Padre se da en nosotros en la medida que nos vaciamos del mundo, que nos abajamos del encumbramiento de los hombres sabiondos y endiosados, que se creen tanto que prescinden de Dios pues creen no necesitarlo, acostumbrados a conseguirlo todo o con dinero o sobornos o a base de poder y maldad. Pero estos tales ya conocerán el látigo que les conduzca al lugar donde el fuego no se apaga que es el lugar del hombre orgulloso que se cree Dios y obra en la vida como tal.
Las lecturas de este domingo 14 son un cántico a la humildad, vivamos pues de esta manera que el Señor nos señala a través de su Palabra para que alcancemos la felicidad ya aquí en esta vida y como añadidura en la vida eterna.
Queridos lectores, que tengáis un feliz Domingo día del Señor y que seamos conscientes del poder que Dios nos da, lo pone todo, se pone Él mismo en nuestra manos, a nuestra disposición, pues somos sabedores por boca de Jesús, que sin Él nada somos. ¡Feliz Domingo!.
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