PRIMERA LECTURA:
Pero a los que honran mi nombre
los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas.
Malaquías nos recuerda en esta
lectura que Dios es Justo con todos. Nuestro castigo o recompensa dependerá de
nuestros actos.
SEGUNDA LECTURA
Pues a esos les digo y les
recomiendo, por el Señor Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse
el pan.
Pablo en esta carta hace énfasis
en el trabajo, y nos da una sentencia muy clara: si no quieres trabajar, no
esperes recompensa.
EVANGELIO: Jesús
nos advierte que la fidelidad al evangelio incluye costos dolorosos. Incluso
los mismos familiares se convertirán en tus enemigos por el evangelio.
LECTURA
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 21, 5-19
En aquel tiempo, algunos
ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos.
Jesús les dijo:
--Esto que contempláis, llegará
un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.
Ellos le preguntaron:
--Maestro, ¿Cuándo va a ser eso?,
¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?
Él contestó:
--Cuidado con que nadie os
engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo
soy", o bien: "el momento está cerca"; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque
eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.
Luego les dijo:
--Se alzará pueblo contra
pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países
epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Pero
antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a los
tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por
causa de mi nombre: así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de
no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que
no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta
vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a
algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa de mi nombre. Pero ni un
cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis
vuestras almas.
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El Año Litúrgico
está a punto de terminar. Y en estos tiempos Jesús de Nazaret nos avisa sobre
los próximos tiempos difíciles que tendremos que vivir, pero nos habla de
esperanza, de futuro lleno de posibilidades. Eso es el Adviento que estamos
esperando y que dará paso a la
Natividad del Señor, inicio de una nueva era. Tiempo de
Esperanza par Según el relato de Lucas, los tiempos difíciles no han de ser
tiempos de lamentos y desaliento. No es tampoco la hora de la
resignación o la huida. La idea de Jesús es otra. Precisamente en
tiempos de crisis “tendréis ocasión de dar testimonio”. Es entonces cuando se
nos ofrece la mejor ocasión de dar testimonio de nuestra adhesión a Jesús y a
su proyecto.
(A continuación una reflexión de José Antonio Pagola)
“Llevamos ya cinco años sufriendo una crisis que está
golpeando duramente a muchos. Lo sucedido en este tiempo nos permite conocer ya
con realismo el daño social y el sufrimiento que está generando.
¿No ha llegado el momento de plantearnos cómo estamos reaccionando?
Tal vez, lo primero es revisar nuestra actitud de
fondo: ¿Nos hemos posicionado de manera responsable, despertando en nosotros un
sentido básico de solidaridad, o estamos viviendo de espaldas
a todo lo que puede turbar nuestra tranquilidad? ¿Qué hacemos desde nuestros
grupos y comunidades cristianas? ¿Nos hemos marcado una línea de actuación
generosa, o vivimos celebrando nuestra fe al margen de lo que está sucediendo?
La crisis está abriendo una fractura social injusta
entre quienes podemos vivir sin miedo al futuro y aquellos que están quedando
excluidos de la sociedad y privados de una salida digna. ¿No sentimos
la llamada a introducir algunos “recortes” en nuestra vida para poder vivir los
próximos años de manera más sobria y solidaria?”
Hoy: Jornada de la Iglesia Diocesana:
La Iglesia española celebra en este domingo XXXIII del Tiempo
Ordinario la Jornada
de la Iglesia
Diocesana. Hemos de tener muy presente a nuestras diócesis y
a los obispos que las gobierna. La diócesis reúne en torno a sí las parroquias
y otras instituciones de la
Iglesia dentro de un territorio. Y del obispo salen las
decisiones y la labor pastoral que busca el mejor seguimiento posible a Jesús
de Nazaret de nuestro fraternal rebaño. Sería conveniente que todos estuviéramos
más unidos a nuestros Pastores, pero que estos sean más humildes y vean la
riqueza que tienen al contar en sus Diócesis con los Monasterios de Vida
Contemplativa, Vida Consagrada, Religiosos trabajando en la Acción Pastoral, enriqueciendo
a la Iglesia Diocesana.
El
Pastor tiene que ser más del pueblo y para el pueblo, con los píes en la
tierra, y en los tiempos de crisis que vivimos escatimar en gastos para
favorecer Caritas y ser más ayuda para los necesitados, los pobres en la Iglesia son el Tesoro más
preciado de Cristo el señor. Es el tema de este Domingo, en tiempos de Crisis
tenemos que testificar, nuestro testimonio es vital para hacer creíble el
Evangelio de Jesús. Esta “falsedad” en la vida de muchos creyentes y dirigentes de la Iglesia es la causa de que
tantos cristianos de a píe abandonen la fe y busquen seguridades en otras
Iglesias, en otras religiones incluso muy distintas a la nuestra, lo veíamos
recientemente en un programa de la
Tv. muchos de los nuevos musulmanes en España no son los que
vienen de Marruecos y otros países africanos, son los descontentos católicos
que ante la apatía de sus pastores buscan seguridad en esa fe.
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