Envuelto
en leyenda, la fe del Apóstol de España siempre ha sido símbolo de unidad
nacional, que falta nos hace ahora en nuestro País la figura del Patrón que vele
por los intereses de una España unida dentro de la diversidad de pueblos
diferentes, pero eso sí, UNIDA. Ya que en la unión siempre ha estado la fuerza,
y la triste experiencia es que en este País tendemos más a las rencillas y
divisiones que a la unidad y el fortalecimiento de la Patria.
En
el Noroeste de España, en la céltica y verde Galicia, a la que los romanos
llamaron "Finis Terrae", por ser el extremo más occidental del mundo
hasta entonces conocido, cuenta la tradición que estuvo el Apóstol
Santiago, como llaman los
españoles a Jacob el hijo de Zebedeo y hermano de Juan el Evangelista.
Cuentan las confusas narraciones de los primeros años de la cristiandad que a él le fueron adjudicadas las tierras españolas para predicar el Evangelio, y que en esta tarea llegó hasta la desembocadura del río Ulla. Sin embargo con poco éxito y escaso número de discípulos, por lo que decidió volver a Jerusalén.
Cuando regresó a Palestina, en el año 44, fue torturado y decapitado por Herodes Agripa, y se prohibió que fuese enterrado. Sin embargo sus discípulos, en secreto, durante la noche trasladaron su cuerpo hasta la orilla del mar, donde encontraron una barca preparada para navegar pero sin tripulación. Allí depositaron en un sepulcro de mármol el cuerpo del apóstol que llegaría tras la travesía marítima, remontando el río Ulla hasta el puerto romano, en la costa Gallega, de Iria Flavia, la capital de la Galicia romana. Allí enterraron su cuerpo en un compostum o cementerio en el cercano bosque de Liberum Donum, donde levantaron un altar sobre el arca de mármol.
Cuentan las confusas narraciones de los primeros años de la cristiandad que a él le fueron adjudicadas las tierras españolas para predicar el Evangelio, y que en esta tarea llegó hasta la desembocadura del río Ulla. Sin embargo con poco éxito y escaso número de discípulos, por lo que decidió volver a Jerusalén.
Cuando regresó a Palestina, en el año 44, fue torturado y decapitado por Herodes Agripa, y se prohibió que fuese enterrado. Sin embargo sus discípulos, en secreto, durante la noche trasladaron su cuerpo hasta la orilla del mar, donde encontraron una barca preparada para navegar pero sin tripulación. Allí depositaron en un sepulcro de mármol el cuerpo del apóstol que llegaría tras la travesía marítima, remontando el río Ulla hasta el puerto romano, en la costa Gallega, de Iria Flavia, la capital de la Galicia romana. Allí enterraron su cuerpo en un compostum o cementerio en el cercano bosque de Liberum Donum, donde levantaron un altar sobre el arca de mármol.
Santiago
Apóstol, pese a quien le pese, siempre PATRONO DE ESPAÑA, ruega por este pueblo que tantas veces te
aclama como te da la espalda, para que bajo tu guía y patrocinio, los pueblos
de España sepan permanecer unidos y los hombres y mujeres de esta noble Nación
descubran los valores que proceden del Evangelio de Jesús y crezcan en amor y
bondad.
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