Mantener y cuidar una iglesia de este tamaño y dimensiones sale caro, pero lo bueno es que año tras año siempre se van haciendo cosas que mejoran su imagen. El año pasado se arregló la preciosa cúpula de la iglesia de Santo Domingo y se hicieron todos sus tejados -que es un "mar" de tejas-.
Ahora se ha pintado la Capilla de la Esperanza y parte de la Sacristía Conventual que han quedado dignas, relucientes y flamantes. Algunas fotos que demuestran lo que digo con imágenes que hablan más claro que las palabras.
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