DOMINGO DEL BAUTISMO DEL SEÑOR. CICLO C.
Tú
eres mi Hijo, el amado, el predilecto.
Sentimos como cierta nostalgia, ha pasado la Navidad y como siempre se
nos hace corta, especialmente a los niños que no ha tenido el tiempo necesario,
según ellos, para disfrutar como es debido con los regalos que los Magos de
Oriente les han traído.
Pero hoy celebramos ya a Jesús adulto, con
treinta años que acude al Jordán para ser bautizado por Juan el precursor,
acude no porque tenga necesidad de “purgar” ningún pecado, el no solamente está
en continua Gracia, el es la
Gracia, está limpio de pecado, pero acude por ti y por mí,
acude para que nosotros no nos quedemos enganchados a la maldad del pecado y
sepamos vivir en la Gracia
que él nos dio el día que recibimos nuestro propio bautismo.
La vida del cristiano es un continuo estar
con Dios, el vino a nosotros en el misterio de la Navidad, viene a nosotros
en cada Eucaristía, en cada acontecimiento de bondad del hombre, en nuestras
palabras cargadas de amabilidad, bondad, misericordia, piedad… pero ¿nosotros
estamos con él?. Estos días hemos hablado de él, se le ha llamado Enmanuel, que
quiere decir Dios con nosotros, pero eso no es suficiente para poder afirmar
que nosotros estamos con él, que acatamos sus mandamientos, que obedecemos sus
consignas, que permanecemos fieles a la Iglesia, encargada suya en enseñar y hacer
cumplir su voluntad. Él ya implantó su derecho en las naciones, nos corresponde
ahora a nosotros evangelizar, anunciar a todos la buena nueva, pero este
evangelizar ha de ser desde el amor, desde la bondad, desde la santidad, si no
es así no llegará a todos los que necesitan del conocimiento de Dios para
corregir y cambiar sus vidas.
Así como Pedro nos indica en la segunda
lectura que el Señor no hace distinción de personas y que pasó por la vida
haciendo el bien, así también nosotros tenemos que pasar por la vida siendo
mensajeros del amor y de la paz, fruto de la justicia y de la bondad del corazón,
de esta forma la Buena Noticias,
esa Palabra encarnada en nuestro mundo siempre será reconocida y aceptada, no,
no es tan necesario tener muchos Pastores sabios y muy inteligentes que además
dominen muchos idiomas, lo necesario es tener Pastores verdaderamente SANTOS
que dominen el idioma del amor, de la bondad, generosidad, compasión y
misericordia, ese idioma estés en el país que estés es apreciado y reconocido
por la gente de todos los continentes, en el idioma único y verdadero.
No olvidemos que hemos sido bautizados con “Espíritu
Santo y fuego” por aquel que ha sido señalado y presentado ante los hombres
como el Hijo de Dios, el Amado de Dios, el Predilecto de Dios al que nosotros
tenemos que prestar atención y escuchar y obedecer para poder seguir con
docilidad, él nos conduce hasta la
Vida plena, hasta la eternidad pues él es el Camino, la Verdad y la Vida, en él y con él todo,
sin él nada, el vacío, la oscuridad absoluta, la nada.
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