"YO SOY EL BUEN PASTOR"
Ante
los acontecimientos acaecidos en nuestra comunidad con el fallecimiento del Párroco,
no he tenido tiempo de ponerme a escribir y hacer, como es mi costumbre, un
comentario para cada domingo, día del Señor.
Por
eso, aunque tarde si quiero hacer una muy breve reflexión de esta Palabra de
Dios proclamada en este día.
Si
hacemos un poco de historia en la narración de los Hechos de los Apóstoles,
vemos como una cadena de desgracias vienen a ocasionar algo bueno y positivo.
En
primer lugar, aquel grupo grande de creyentes que estaban en torno al Señor,
una vez que reciben la fuerza del Espíritu se afianzan en la fe y crecen, pero
las graves persecuciones les obliga a huir, y es en esta dispersión de
creyentes que llegan a diversos pueblos, ciudades e incluso algunos a países
como Grecia o Roma. En ellos van creciendo en su fe y va creciendo por su
palabra y su testimonio rápidamente la fe en Cristo el Señor.
Incluso
hoy se nos habla de que también Pablo es perseguido por los judíos que luchan
contra estos, según ellos “sectarios” que surgen ya por todas partes. Vemos que
incluso esta persecución es buena para nosotros, pues al ver que los judíos no
parecen querer convencerse los predicadores se dedican a los gentiles, y
gracias a ello a nosotros nos ha llegado la fe en Cristo. Demos gracias a Dios,
y veamos como los planes de los hombres no son los planes de Dios y lo que en
un momento podríamos catalogar como malo luego resulta ser bueno.
Por
esto tenemos que estar bien atentos a los acontecimientos de nuestro tiempo,
entre nosotros y en todo el mundo, que Dios nos sigue hablando y comunicándose
con nosotros a través de lo que acontece a nuestro alrededor y en nuestra
sociedad y por encima de todo buscar ser siempre fieles al Señor y preocuparnos
de dar buen testimonio de nuestra fe, ser coherentes con la fe que profesamos y
con la vida que llevamos, para que nuestra palabra tenga peso, pues en los días
que vivimos, con tanto medio a nuestro alcance ¿Quién puede engañar a nadie?,
tampoco tiene sentido que nos queramos engañar a nosotros mismos.
El
Señor es nuestro Pastor, nuestro BUEN PASTOR que nos conoce y que nosotros
tenemos que conocerle a él, Él camina delante de nosotros, nos ha dejado su
huella para no perder el camino. Nosotros a la vez hemos de ser buenos pastores
que hemos –como el Señor- caminar delante del rebaño, no detrás con el palo
dando golpes, delante, las ovejas nos siguen no por miedo, por temor, y sí por
amor, siguen nuestros pasos, siguen nuestro ejemplo, siguen la estela de
nuestras buenas obras, siguen la luz no de nuestra voz, la de la voz de Cristo
que nosotros proclamamos, nos siguen por confianza, por amor al Señor, por amor
a la Iglesia.
Que
confiemos plenamente en él, como hemos de confiar en el Papa Francisco, orar mucho
por él, dejar de criticar todo lo que hace, aquellos que no hacen otra cosa de
compararle con otros papas y estar descontentos de todo y por todo, ser
consecuentes con la fuerza del Espíritu Santo que actúa, como ha actuado en el
pasado y como seguirá actuando en el futuro, Él está con nosotros, en nosotros
para confirmar nuestra fe y seguir dándonos fuerza y esperanza.
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