El día 2 de
Enero de 1951 asumimos la dirección de la Parroquia los Padres Dominicos, que retornamos a
Granada tras la exclaustración de Mendizábal del 25 de Julio de
1835, y que el Arzobispado, para mantener el templo de Santo Domingo lo hizo
Parroquia con clero diocesano, su último párroco fue D. José María Martín,
posteriormente Canónigo de la
Santa Iglesia Catedral, y su Vicario Parroquial fue D. José
Alonso, muy querido y recordado por toda la feligresía, que a su muerte quiso
ser enterrado como Donado Dominico vistiendo el hábito de la Orden y en la Capilla de la Virgen de la Esperanza de nuestro
templo de Santo Domingo.
Los párrocos
dominicos desde esa fecha han sido:
Fr. Manuel
Crespo 1951 - 1969
Fr.
Herminio de Paz 1969 - 1978
Fr.
Norberto Samblas 1978 - 1979
Fr. José
Ramón Fidalgo 1979 - 1989
Fr. Pedro
Riesco 1989 - 1997
Fr. Álvaro
Rodado 1997 - 2016
Fr.
Francisco García 2016....
En este
periodo, en cuanto al trabajo pastoral hay dos personas que tienen una gran
importancia en la vida parroquial, el P. Anastasio Carmona que fue vicario
parroquial durante 40 años, de 1951 al 1991. Y el P. Gonzalo Pérez Lobato, que
aunque no ocupó cargos en la
Parroquia , trabajó como un párroco, visitó y asistió a
cantidad de enfermos llevando asiduamente la Santa Comunión , el
Sacramento de la Confesión
y el de la Unción
de los enfermos. Asistiendo a los necesitados desde CARITAS y
llevando la comida sobrante del Colegio Mayor a familias necesitadas,
repartiendo cada domingo por la mañana pesadas bolsas de bocadillos a pisos hacinados
de emigrantes en nuestro barrio del Realejo, atendiendo espiritualmente y con
sus sabios y bondadosos consejos a la Archicofradía del Rosario, a la Hermandad de la Humildad , haciendo
pacientemente todo el Camino Neocatecumenal y asistiendo a este movimiento de la Iglesia en sus Misas,
confesiones, convivencias y celebraciones de la Palabra.
Para aquellos que hemos tenido la suerte de conocerle el P.
Gonzalo ha sido un chispazo, una luz que ha prendido en nuestros corazones y
nos ha irradiado de su paz, de su gran amor, de esa bondad que contagiaba. No
ha sido, es y será por siempre un ejemplo a seguir y una manera de vivir el
Evangelio encarnado en la realidad de nuestro tiempo, de nuestro barrio, de
nuestra gente.
Con el P. Álvaro, tomó posesión el mismo día en el Obispado Fr.
José Domingo como Vicario Parroquial, luego yo vine a Granada para trabajar
como Vicario Parroquial por seis años, de aquí marché a Málaga como Párroco de
Santo Domingo de esa ciudad, a mi marcha ocupó el puesto Fr. Antonio Praena
Segura que ha desempeñado su labor como Vicario Parroquial hasta la fecha.
Otros más
han trabajado anteriormente en la
Parroquia , y desde la llegada de los Dominicos nunca faltó un
Hermano Cooperador como Sacristán, atendiendo las necesidades de los feligreses
y siendo ayuda y parte de tantos equipos pastorales, el último en ejercer ese
cargo fue Fr. Villarreal, que de aquí marchó a Almería como Sacristán de la Patrona , la Virgen del Mar y a su
fallecimiento fue enterrado en nuestro panteón del Cementerio de San José de
Granada.
Son y han sido años de presencia, de trabajo muchas veces
silencioso, de Evangelio, que ahora, en este año, con motivo de los 800 años de
la fundación de nuestra Orden por Santo Domingo de Guzmán se revisten de traje
de fiesta para agradecer a Dios nuestro Padre la vida y el ejemplo de tanta
gente buena que han vivido en Granada, como la Madre Teresa Titos, que tanto
luchó para que los Dominicos regresáramos al Realejo, que fundó una Congregación
para llevar este espíritu por el mundo, que se acercó a los más pequeños para
enseñarles a hablar con Dios y a superarse en la vida.
Tiempo de agradecer, pero tiempo también de lucha contra la
injusticia, la miseria y cualquier tipo de opresión que se vive en estos días,
está en nuestros genes, lo hemos visto en Vitoria, en Las Casas, en Montesinos
y en tantos otros.
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