Jesús ama y perdona siempre. ¿Tú amas y perdonas? |
<<UNA
MIRADA DIFERENTE>>
Dice en un comentario al respecto José Antonio Pagola :
“La mujer pecadora se dirige directamente
a Jesús. No dice nada. Está conmovida. Sus lágrimas riegan los pies de Jesús.
Olvidándose de los presentes, se suelta la cabellera y se los seca. Besa una y
otra vez aquellos pies queridos, y, abriendo un pequeño frasco que lleva
colgando de su cuello, se los unge con perfume.
El fariseo contempla la escena
horrorizado. Su mirada de hombre experto en la ley sólo ve en aquella mujer una
«pecadora» indigna que está contaminando la pureza de los comensales. No
repara en sus lágrimas. Sólo ve en ella los gestos de una mujer de su oficio
que sólo sabe soltarse el cabello, besar, acariciar y seducir con sus perfumes.
Su mirada de desprecio le impide, al
mismo tiempo, reconocer en Jesús al profeta de la compasión de Dios. Su acogida
y su ternura hacia esta mujer lo desconciertan. No puede ser un profeta.
La mirada de Jesús es diferente. En aquel
comportamiento que tanto escandaliza al «moralista» Simón, él sólo ve el amor y
el agradecimiento grande de una mujer que se sabe muy querida y perdonada por
Dios. Por eso se deja tocar y querer por ella. Le ofrece el perdón de Dios. Le
ayuda a descubrir dentro de sí misma una fe que la está salvando y le anima a
vivir en paz.
Jesús no fue
visto nunca como representante de la norma sino como profeta de la compasión de
Dios. Por eso, en el movimiento de los que hoy tratamos de seguirle, no
necesitamos «maestros» que desprecien a los pecadores y descalifiquen a
los «profetas» de la compasión de Dios. Necesitamos cristianos que miren
a los marginados morales, los desviados y los indeseables con los ojos con que
los miraba Jesús. Dichosos los que están junto a ellos y ellas sosteniendo su
dignidad humana y despertando su fe en ese Dios que los ama, entiende y perdona
como nosotros no sabemos hacerlo.”
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