domingo, 23 de octubre de 2016

ESCALADA


La vida del ser humano es siempre un querer subir y subir, algunos hacen bien su escalada, otros, por el contrario, realizan la suya a base de empujones, atropellos y pisotones de aquellos que ascienden al mismo tiempo, camino de la cima.

La vida de la santidad es lo mismo, es realizar su escalada sólamente con la diferencia marcada en no llegar el primero o a lo más alto y sí en pararte por el camino para ser "cirineo" de aquel que apenas tiene fuerza para trepar.

El sábado día 22 celebramos la fiesta de San Juan Pablo II, Él supo hacer muy bien esa escalada, se preocupó de todos, amó a todos, perdonó, acompañó, fue ejemplo y empuje para la juventud, trajo "aires nuevos" a la Iglesia. Supo guardar un difícil y complicado equilibrio, ni a la derecha ni a la izquierda; que triste es nuestra humanidad, nos gusta encasillar a la gente, ponerles a un lado y si pueden a un extremo mucho mejor. Él
se colocó en el lado de Cristo, en el lado de la santidad. Desde el cielo sigue ayudando a la Iglesia que tanto amó y por la que se entregó y derramó su sangre, y lo hizo hasta que las fuerzas de su cuerpo ya le abandonaron.

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