Foto tomada en Las Caldas con 17 años.
15 de junio de 1969 – 15 de junio de 2019.
En el Convento de Nuestra Señora de las Caldas (Cantabria), siendo prior el P. José Larínaga, quien me admitió como postulante con la autorización del Provincial P. Tacón. En aquel tiempo las Caldas era el Estudio de Filosofía de la Provincia de España, siendo maestro de estudiantes el P. Cándido Aniz.
La Divina Providencia ha querido que esta celebración de los cincuenta años la viva de nuevo en Las Caldas, desde que entré en la Orden a la fecha de este año nunca había regresado aquí de fraile.
Mi trayectoria:
Junio del 69 – Agosto del 70: Postulantado en las Caldas.
Agosto del 70 - Septiembre del 71: El año de noviciado en Caleruega.
71-74: en el Convento de San Valentín de Berrio Ochoa de Villava.
74-76: en San Pablo de Palencia.
76 – 78 en San Esteban de Salamanca.
Noviembre del 1978 a Junio del 1999 en Puerto Rico.
Lugares de Puerto Rico donde he estado:
Yauco – Pastoral con los Jóvenes de la JAC , ayudante del Sacristán y profesor en el Colegio del Santísimo Rosario.
Bayamón Estudiante en la Universidad central y en el Centro de Teología de los Dominicos del Caribe.
Toa Alta El último año de teología, mi ordenación de diacono y más adelante un año de Capellán de la Universidad Central de Bayamón.
Cataño: Mi Ordenación como presbítero y Vicario parroquial.
La mayor parte he vivido en Bayamón, donde fui Vicario parroquial de La Santa Cruz, párroco de Santo Domingo de Villa Rica y Santa Catalina de Hermanas Dávila.
Septiembre de 1999 asignación a la Provincia Bética y al Convento de Jerez de la Frontera.
2001 – 2007 Vicario Parroquial de Santa Escolástica de Granada.
2007 – 2012 Párroco de Santo Domingo de Málaga.
2013 – 1019 Granada, los tres últimos años, a la muerte del P. Álvaro fui nombrado Párroco.
El 5 de febrero de 2019 fui asignado al Convento de Nuestra Señora de las Caldas de Besaya, en mi tierra, Cantabria.
Estos son mis últimos 50 años, entré en las Caldas aquel 15 de junio, cumpleaños de mi hermana Mª Luisa que me rogaba que entrara otro día, y antes estudié en Santander en el Colegio de San Martín con los Hermanos de la Salle y trabajé en las oficinas de la Obra benéfica San Martín. Pertenecía a la Legión de María en los Franciscanos de Santander donde yo andaba como Pedro por su casa, el domingo cuando entré en la Orden, en todas las misas de los Franciscanos pidieron por mi vocación y perseverancia. Guardo con profundo afecto mi recuerdo de aquella Comunidad FRANCISCANA, casi todos ellos vascos, que siempre fueron tan buenos frailes y tan afectuosos. El Mismo Recuerdo tengo de D. Daniel, sacerdote diocesano que fundó la Obra Benéfica de San Martín, que tanto trabajó por los más pobres y necesitados, a causa de su muerte yo tuve que aplazar mi entrada en las Caldas, pues necesitaba de mi experiencia el también diocesano D. Miguel Manso que sustituyó a D. Daniel a su muerte.
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