sábado, 23 de junio de 2018

SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA:






“Estaba yo en el vientre y el Señor me llamó”

Las palabras del Profeta Isaías se hacen realidad en la vida de Juan el Bautista, en la VIDA que comienza desde la concepción, no la vida que comienza con el nacimiento, ya que la llamada de Dios al Bautista comienza con dos mujeres que todavía no han dado a luz a sus hijos.

El Ángel del Señor se presentó a María y ésta concibió por obra del Espíritu Santo. Entre las palabras del Ángel estaba: “Ahí tienes a tu pariente Isabel, que siendo ya mayor ha concebido en su vientre y ya está de seis meses la que llamaban estéril”

Atenta a todo lo que el Ángel del Señor dice, terminada la aparición del Ángel, María, sabiendo que su prime estaba embarazada y por tanto torpe para realizar los trabajos de la casa, acude presurosa a ayudar hasta que nazca el niño y ya la madre pueda atender los asuntos del hogar.

Es en este encuentro, cuando la Virgen llama a la puerta de Isabel y ésta se percata del brinco de júbilo que su hijo da dentro de su vientre, este brinco no es otra cosa la aceptación de Juan, que aún no ha nacido, de la presencia de Jesús, ya en su comienzo de embarazo en el vientre de la purísima Virgen María. Ante esta presencia de Jesús sin nacer aún ciertamente Juan puede clamar dentro del vientre de la madre: “Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente”, son las palabras que nosotros repetiremos en el Salmo Responsorial.

San pablo, en la segunda lectura nos hace ver en pocas líneas como Dios tenía un buen plan para la salvación del mundo. Desde David hasta Jesús, que es de su propia casa y familia, por los profetas y principalmente por Juan el Bautista anuncia a todo Israel esta Salvación. Juan es el Profeta escogido por Dios para preparar el camino al Señor.

El Evangelista Lucas nos muestra lo que sucedió a los ocho días del nacimiento de Juan, en el rito de la circuncisión, que es cuando se le da el nombre a la criatura, pero que a la vez nos anima a recordar el episodio completo que comienza con la Anunciación y la Visitación y que significó para los lugareños que ese niño que ponen por nombre Juan estaba llamado por Dios para ser alguien muy importante y esa importancia radica en ser el Precursor, la voz que anuncia la llegada del Mesías, el que prepara el camino al Señor y lo presentará unos treinta años más tarde.

Que San Juan Bautista, el hombre más grande nacido de mujer, nos anime a preparar nuestros corazones cada domingo para recibir al Señor con respeto, con fe y con dignidad y a mostrárselo también, como hizo él, a los demás con las acciones cotidianas de nuestro diario vivir. Que paséis un feliz domingo, día del Señor.



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