miércoles, 30 de marzo de 2016

DOMINGO II DE PASCUA. CICLO C





¿PORQUE ME HAS VISTO HAS CREÍDO? ¡DICHOSOS LOS QUE CREAN SIN HAVER VISTO!

Muchas gracias hemos de dar al Señor, pues eterna es su misericordia. No cesa de obrar prodigios en medio de su pueblo. Antes de su muerte en la Cruz obró grandes prodigios para acercar el corazón de Dios al pobre, al enfermo, el poseído, al impedido, a la viuda y al huérfano. Ahora Él sigue obrando en si Iglesia, su amor, su compasión, su misericordia no se agotaron con su muerte, VIVE y su presencia, aunque de forma distinta, no deja indiferente a nadie, en los tiempos de los Apóstoles y en nuestro tiempo, sigue manifestándose y se seguirá manifestando a aquellos que tengan un corazón limpio, sencillo, compasivo, lleno de amor.

Al leer la segunda lectura del Libro del Apocalipsis viene a nuestra mente y a nuestro corazón esa desazón que siempre ha estado presente en la Iglesia, desde el principio, esa profunda tristeza por las persecuciones, por las atrocidades del hombre para con el hombre. Y echamos de menos a un Juan que escriba para mantener viva la memoria de lo que acontece, como ahora recordamos lo que aconteció en otro tiempo. Pero el enemigo, siempre astuto, se ha filtrado e invadido en el corazón de aquellos, que uno supone que por vocación, tenían que ser los portadores de la verdad en medio de la abundante cadena de comunicación como es en nuestros días el periodismo tanto escrito como hablado en radio y televisión, pero la pequeñez y miseria humana hace posible que se SILENCIE EN NUESTROS DÍAS a la cantidad de mártires del Señor que mueren en tantos lugares del mundo por el único hecho de ser CRISTIANOS, de amar con el corazón de Jesús, de hacerle presente, vivo y victorioso sobre la muerte y el pecado. Pero esto siempre ha molestado a los portavoces de la maldad y quieren taparlo como sea, curiosamente en España, con profundas raíces cristianas, en estos días no solamente se tapan asesinatos aislados, también atroces masacres como la sucedida hace solamente unos días en Lahore, Pakistán, donde un terrorista suicida, estudiante de una escuela coránica, perpetró esta masacre cuyas víctimas eran muchos niños y sus familias que celebraban la Pascua del Señor.

Pero el Evangelio de hoy viene a poner las cosas en su sitio, a darnos seguridad, darnos esperanza, el Señor VIVE y se hace presente en medio de nosotros, se nos manifiesta cuando estamos más encerrados, más cobardes, más aislados, y viene a darnos su PAZ, nos indica sus heridas para que creamos, ahora nosotros tenemos que estar atentos a las heridas de la gente que es perseguida, de los CRISTOS VIVOS de nuestro siglo XXI, de nuestros días y apoyarnos mutuamente, hacernos sentir, que nadie sufra en soledad, que nadie llore sin un hombro amigo cercano que de apoyo y consuelo, que Cristo nos trae la libertad, la paz, la alegría, el perdón y la gloria.

No esperemos como Felipe a creer por “haber visto” afirmemos nuestra fe por amor al Señor, por amor a la Iglesia, por amor a este mundo nuestro, por un amor desbordante a esta gente, nuestra gente, en medio de dificultades y graves problemas que siempre están necesitadas de una VOZ PROFÉTICA, como la del Mesías, que llene sus corazones vacíos y encuentren la fortaleza ellos mismos para ser anunciadores de lo que experimentan, no nos quedemos callados si nuestro mundo quiere enmudecer al anuncio de la Pascua, no cerremos nuestros labios por cobardía. Cristo ha resucitado, ALELUYA, ALELUYA. AMÉN.



domingo, 27 de marzo de 2016

LA SEMANA SANTA




Queridos lectores: Como el trabajo pastoral esta semana abunda, he tenido un poco "olvidado" el Blog, pero me he acordado de vosotros. 
Hemos vivido una semana intensa, muchas procesiones, de Santo Domingo de Granada, donde vivo han salido: el Domingo de Ramos la Santa Cena y Nuestra Señora de la Victoria, el Martes Santo: El Señor de la Humildad y Nuestra Señora de la Soledad, el miércoles Santo El Cristo de las Tres Caídas y Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, éstos en Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral de la Ciudad.

El Viernes Santo para estar en el Campo del Príncipe a las 3 de la tarde la Virgen de la Soledad, encuentro ya de muchísimos años con el Señor de los Favores, cuya imagen de piedra permanece ahí siempre bendiciendo y acogiendo a todo el que se acerca solicitando un favor.

El Domingo a las 10:30 con el Dulce Nombre de Jesús a la Misa de 12:30 del Señor Arzobispo en la Iglesia Catedral de Granada, esta procesión es ya muy típica y popular, la imagen del Niño Jesús con la Cruz en la mano es llevada por niños, es una gozada verles, mientras recorre su camino cientos de niños y no tan niños tocan campanas de barro en su recorrido, el Señor Arzobispo, que goza con tanto niño en su misa anima a los niños a tocar sus campanillas durante distintos momentos de la Celebración, así como haciéndoles preguntas durante su predicación, sobre las tres de la tarde se cierra la procesión en el templo de Santo Domingo.

Por otra parte, y esta es la más importante, los Santos Oficios de la Semana Santa yo los realizo en el Monasterio de las Madres Dominicas de la Calle Zafra de Granada, El Jueves Santo a las 18 horas, con la colaboración de dos jóvenes de la Archicofradía del Rosario que acolitan y acompañan al esplendor litúrgico, fueron Alejandro y Abraham. 

El Viernes Santo me acompañó Abraham y Alejandro que junto a mí leyeron la Pasión y participaron en la adoración de la Cruz y el rito de la Comunión.La Vigilia Pascual el Sábado Santo, que como todo quedó solemnísima me acompañaron Alejandro, Abraham, José Antonio y Pablo. Todos lo hicieron muy bien, José Antonio cantó el Pregón y lo hizo como en años anteriores, maravillosamente. Gracias a estos jóvenes siempre dispuestos a embellecer la Liturgia.

Lo importante para nosotros y vosotros es que vivamos con gozo esta resurrección del Señor, y esto se hace realidad si somos capaces de vivir con espíritu de resucitados, Él ya ha resucitado para que nosotros podamos participar de su resurrección, pero no esperemos a la muerte para hacerlo, vivamos ya de esta experiencia del Resucitado que de seguro transformará nuestras vidas.

Felices Pascuas de Resurrección para todos vosotros, un gran abrazo del Duende del Perchel desde Granada, España.

En el camino de regreso con el Dulce Nombre de Jesús de la Catedral a Santo Domingo de Granada.


miércoles, 16 de marzo de 2016

DOMINGO DE RAMOS. Ciclo C.


“Bendito el que viene en nombre del Señor”

 En este domingo damos inicio a  la Semana Santa en la que recordamos los últimos momentos de la vida de Jesús, su pasión, muerte y resurrección. Nosotros somos la familia de los seguidores de Jesús,  y como tal con esa familia nos reunirnos para revivir juntos la última cena de Jesús el día de Jueves Santo. Para escuchar su Palabra, su Pasión, orar por la Iglesia y recordar la muerte de Jesús besando la Cruz como signo de que acatamos su sacrificio y nos mostramos dóciles a asumir nuestra cruz el Viernes Santo. Y vivir su gloriosa resurrección, la gran fiesta madre de todas las demás fiestas en la Vigilia Pascual.

Con ramos y palmas en nuestras manos aclamamos a Jesús, diciendo: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!, y le acogemos con la intención de compartir con Él toda la Semana Santa. Toda nuestra vida.  Por desgracia no todos los cristianos vivirán esta Semana Grande con Cristo, unos porque toman estos días con otros fines, otros porque se pueden distraer en contemplar solamente lo espectacular que se vive en ciertas regiones en la calle, las procesiones y actividades relacionadas, pero no participan de los Cultos que ofrece con tanta riqueza la Iglesia en estos días.

El Papa Francisco con los hechos y con las palabras nos invita a vivir la religión de otra manera, de encaminar nuestros pasos por otro camino, de mostrar al mundo que otro tipo de Iglesia es posible, que tenemos que hacerlo posible. Cristo es quién nos ha revelado que Dios es un Padre, lleno de ternura y de misericordia. El Año de la fe que inauguró el Papa Benedicto y ahora continuará el Papa Francisco es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, conversión de corazón, desde dentro de uno, pues Él es el único Salvador del mundo. Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado la plenitud del Amor que salva y llama a los hombres a la conversión de vida mediante la remisión de los pecados. La “fe que actúa por el amor se convierte en un nuevo criterio de pensamiento y de acción que cambia toda la vida del hombre”.
Por todo lo dicho, la celebración del domingo de ramos y nuestra confesión de fe, nos tendría que llevar a dar una verdadera respuesta a la pregunta de Jesús ¿Quien soy yo? y como Pedro, aunque después lo neguemos, responder: “Tú eres el Mesías”. O afirmar como lo hizo el centurión y sus hombres: “Realmente este era Hijo de Dios”.
Nuestra adoración a Cristo en la Cruz el Viernes Santo nos ha de poner siempre mirando hacia quienes, cerca o lejos de nosotros, viven sufriendo. A los crucificados por el paro, por las injusticias, por el abandono de los políticos, por las desgracias de las guerras, los odios, las envidias, los rencores. Por aquellos crucificados por las desgracias naturales, terremotos, huracanes, inundaciones…  Este es el deseo del Papa Francisco para la cristiandad y para el mundo y es el mensaje del Evangelio de Jesús.
Aprendamos cada uno de nosotros a rebosar ternura y misericordia en nuestras acciones cotidianas. “No tengáis miedo a la ternura”, nos recuerda el Papa Francisco. 
 El relato de la Pasión del Evangelio de Lucas que leemos en este ciclo “C” resalta la confianza en el Padre y la petición de misericordia para los “que no saben lo que hacen” para cada uno de nosotros cuando anteponemos nuestros propios criterios al Evangelio de Jesús o al hermano, o las palabras de Jesús desde la Cruz para el buen ladrón “hoy estará conmigo en el Paraíso”, que nos muestran la gratuidad de nuestra propia redención, de nuestra salvación, ¡Es tan fácil robarle el corazón a Cristo!, sólo tenemos que CREER EN ËL, manifestarle nuestra adhesión. “Señor, yo creo, pero aumenta mi fe"

Nosotros los cristianos hombres y mujeres que vivimos en este siglo XXI somos muy ilustrados, pero, con frecuencia, somos ignorantes en cosas de la fe. Tenemos una cultura de “costumbres religiosas”, pero que no nos ayuda a tener una vivencia profunda de nuestra fe.¿Seremos capaces de reconocer en Jesús a ese hombre que cambió la imagen que tenían los judíos de Dios? Somos conscientes de la riqueza del Evangelio cuando se nos dice: “nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. ¿Hasta donde llega nuestro amor y hasta donde llegará nuestra generosidad?.

viernes, 11 de marzo de 2016

DOMINGO V DE CUARESMA. CICLO C.



“TAMPOCO YO TE CONDENO, ANDA, NO PEQUE MÁS”.

En la primera lectura Isaías nos habla de esperanza, esperanza en Dios, pero esperanza en un mundo nuevo, un mundo más justo, más humano.

Ciertamente que todos queremos que nuestro mundo cambie, que vivamos esa anhelada experiencia de conversión, pero ¿qué hacemos?, por lo general esperar que otros cambien, cambien los gobiernos, cambien los políticos, cambie la Iglesia… ¿y yo?, yo tengo que cambiar, no tengo que esperar a ver que hacen los demás, que hace el otro, mi actitud ante la vida ha de ser la del facilitados que abre caminos por los corazones desiertos y sin esperanza, llevándoles amor y comprensión. Tengo que ser el que pone el agua en el terreno seco, para apagar la sed del que está cansado y abatido, tengo que darme a los demás sin reservarme nada para mí, el Señor nos llama a la entrega y generosidad absoluta, pues sabemos que llegando al afligido estamos llegando a Él.

Este modo de ser y de vivir lo podemos lograr si en verdad estamos en COMUNIÓN CON EL SEÑOR, este estar en comunión, que nos dice San Pablo en la segunda lectura es vivir la vida de Jesús, pero no los momentos bonitos, los que me llenan de alegría, esos momentos que admiro por sus milagros, por su poder, por su transfiguración que muestran su gloria. Vivir en Jesús es abrazar la pasión, la muerte en Cruz, el aparente fracaso, los azotes, las burlas, el desprecio… sin cruz no hay resurrección, sin muerte no hay gloria.

El P. Lastra en un breve comentario del Evangelio de este domingo nos dice: “lo que el evangelio del domingo pasado (el Hijo Pródigo) fue una parábola ahora, en este evangelio de hoy (la mujer adúltera) es una realidad. Los protagonistas más o menos los mismos, y es que se trata del mismo tema, la MISERICORDIA.

Antes un hijo menor, hoy la mujer adúltera. Un hijo mayor, hoy los fariseos, Un Padre Misericordioso, hoy Jesús que perdona. En este evangelio de hoy hay ausencia de la fiesta, pero sabemos por Jesús que en el cielo hay gran fiesta por un solo pecador que se convierte”.


¿Qué será de nuestra vida si no somos misericordiosos? Tenemos que ser buenos, bueno es quien tiene un corazón cargado de bondad, quien sabe amar, quien perdona aunque le duelan las ofensas, quien se entrega al prójimo aún sabiendo que no va a ser recompensado por ello, o que incluso va a ser despreciado por los enemigos que perdona. Estas palabras de Jesús a la mujer sorprendida en adulterio: “Tampoco yo te condeno, anda, no peques más” tendrían que estar siempre resonando en nuestra cabeza, pues somos muy dados a guardar en el corazón el rencor, el odio, sabiendo que si buscamos el perdón y el amor de Dios tenemos que actuar como Él actúa con nosotros. Lo decimos cada día en la oración del Padre Nuestro: “Perdónanos nuestras ofensas como nosotros PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN”, no podemos ser ni sordos para no oír al Señor, ni ciegos para no ver como fue su vida, no tendremos excusa cuando nos presentemos ante el juicio de Dios para decir que no sabíamos que había que amar de esta manera, que teníamos que perdonar siempre, que teníamos que ser como Jesús. Ser buenos. 

martes, 8 de marzo de 2016

HOY CELEBRA NUESTRA CIUDAD DE GRANADA LA SOLEMNIDAD DE SAN JUAN DE DIOS.





Hombre al estilo de la Madre Teresa de Calcuta que nosotros hemos conocido bien, supo acercarse a Cristo Eucaristía para luego poder identificar el rostro de Cristo en el afligido, el pobre, el enfermo, el lleno de peste, el leproso, el olvidado por todos, el abandonado, el despreciado, el mal visto, en definitiva, el ellos supo ver el ROSTRO DEL SEÑOR.

Examinando nuestras conciencias podemos llegar a la clara conclusión que en el siglo XXI hacen falta hombres y mujeres que sean como este santo, como la ya pronto Santa Teresa de Calcuta, como las Misioneras de la Caridad, sus hijas, como tantas y tatos religiosos que no solamente dan, SE DAN ellos a beneficio de los más necesitados.

No entiendo y me cuesta creer que punto de todo esto son incapaces de ver Pedro Sánchez, muchos de IU o los tan populares entre los jóvenes Podemos al tener tanta inquina a la Iglesia Católica, al querer poner trabas y dificultades para que podamos seguir con nuestra asistencia a los más necesitados. A ponernos impuestos incluso a nuestros centros de acogida y caridad. ¿Qué hacen ellos en sus elegantes sedes de sus partidos políticos?, ¿Qué hacen los sindicatos además de enriquecerse ellos mismos con los impuestos de todos?...

Sí, ciertamente hacen falta hombres como San Juan de Dios, es más, hace mucha falta simplemente en nuestra sociedad hombres y mujeres que sean eso, personas humanas, capaces de usar ese DON dado por Dios, por más que les moleste a muchos, que es LA “RAZÓN”, sin usar la razón el hombre se bestializa, PIERDE LA HUMANIDAD, DEJA DE SER HOMBRE.


Muchas felicidades a quienes hoy celebráis la fiesta de vuestro santo, con un recuerdo particular a Juan de Dios Morillas, de nuestra Archicofradía del Rosario de Granada.

sábado, 5 de marzo de 2016

XXXIV PREGÓN DE LA JUVENTUD -2016-



Por el joven Alfonso Campos García.

Qué decir del Pregón de este año, maravilloso, emocionante, en todos los aspectos. No solamente hablaba Alfonso, hablaban sus gestos, hablaban sus manos, pero sobre todo hablaba su corazón y dijo muchas cosas, sí, pero todas ellas muy interesante. Que pena que no estuvieran presentes todos los jóvenes cofrades de Granada y todos los Hermanos Mayores de nuestra Granada cofrade, que alguna idea provechosa seguro que sacarían de tu pregón para sus respectivas hermandades.

Yo me quedo con lo que considero más importante. Que las Hermandades son un semillero de buenos cristianos, sí, por más que muchos critiquen a los jóvenes de nuestro tiempo. Son inteligentes,  vienen detrás “arreando” y haciendo que muchos que ya están instalados en sus “comodidades” espabilen y trabajen para que la juventud no se malogre por falta de confianza en ellos y para que todos juntos, en estos tiempos confusos, nos unamos con amor y esperanza para hacer Iglesia, ella, la Iglesia, será lo que nosotros queramos que sea. Gracias a Dios que contamos con jóvenes como Alfonso, que saben lo que quieren, quieren lo que hacen y hacen con ilusión lo que deben, es decir, prestar su voz, sus manos, sus píes y su corazón a un Señor Jesús que quiere llegar a todos los rincones y que ellos saben hacerle presente.


Felicidades Alfonso, has estado maravilloso. Gracias a ti, a Nacho, a Pablo pregonero del año pasado y que te presentó y a todos los Hermanos del Señor de la Humildad, Nuestra Señora de la Soledad y Dulce Nombre de Jesús, y a todos los Cofrades de distintas Hermandades que te arroparon, y por supuesto, a la Banda del Dulce Nombre de Jesús, que al terminar el acto nos amenizó con sus sones, demostrando como vienen demostrando en los últimos años que van creciendo, creciendo en dominio, sabiduría y acierto, que también son maravillosos.

PREGÓN DE LA JUVENTUD COFRADE, HOY A LAS 8



Este gran artista, Alfonso Campos García, lleno siempre de alegría y que transmite mucha paz, nos dará hoy a las 8 de la tarde en el salón de actos de las Mercedarias el Pregón de la Juventud cofrade. El Realejo siempre presente para resaltar la Semana Santa, y como siempre, la juventud nunca se queda atrás.

UNIDOS EN LA ORACIÓN:



Como Comunidad cristiana nos unimos en oración por las cuatro hermanas de la Caridad, de la Beata Madre Teresa de Calcuta martirizadas ayer en Yemen.
La "SINRAZÓN" QUE VIVE NUESTRO MUNDO.
No es de recibo contemplar muertes de personas que hacen lo que nadie quiere hacer, que viven entregadas en el más puro amor al recoger de las cunetas a los pobres más pobres de nuestro mundo, como tampoco se entiende que esos terroristas maten a médicos y enfermeras que están lejos de su familia, de sus amigos, de su patria por ese noble deseo de hacerse presente allí donde hay necesidad de su bondadosa, necesaria y útil profesión. ¡Oh Señor, cuando cambiarán los corazones de los hombres para caminar por un mundo de amor, justicia y paz, como tú, por Jesús nos quisiste traer para poder ser en verdad felices!.
Que por la misericordia de Dios estas Hermanas de la Caridad descansen en tu Paz.

jueves, 3 de marzo de 2016

DOMINGO IV DE CUARESMA. Ciclo C.




“Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido, estaba perdido, y lo hemos encontrado”

En la primera lectura del Libro de Josué, 5, el Señor dice: “Hoy os he despojado del oprobio de Egipto”, este no es un anuncio solamente dirigido a los israelitas liberados de la esclavitud y errantes durante cuarenta años por el desierto, es un anuncio para nosotros, que por el gran amor que Dios nos tiene nos despoja, por Jesucristo, su Hijo,  del oprobio del pecado y nos alimenta, no con maná, con su propio Cuerpo y Sangre, para que libres del pecado podamos caminar nuestro propio peregrinaje con una cabeza bien alta, no agachados y avergonzados por nuestros pecados, y sí sintiéndonos salvados por aquel que no vaciló un instante en abrazar el leño de la Cruz para rescatarnos a precio de Sangre, vida por vida, para manifestar su AMOR y su MISERICORDIA.

Este es el mismo mensaje que nos deja la segunda lectura de San Pablo a los Corintios, 5,17, nos dice algo que siempre hemos de recordar: “Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo” y nos deja una misión: RECONCILIAR.

Cada uno de nosotros tenemos que reconciliarnos con Cristo, pero también tenemos el mandato divino de vivir reconciliados con el hermano. Aquí se marca perfectamente estas dos dimensiones de la vida cristiana (+) una horizontal: hombre-Dios y  otra vertical: hombre-hombre. Curiosamente algunos creen muy importante esa dimensión Hombre-Dios, pensando que si están bien con Dios, personalmente, Él está contento con nosotros y no se preocupará tanto de cómo actúo yo con mi prójimo, pero la realidad es que si yo en las relaciones con el hermano, con el prójimo, abandono esta misión de ser MISERICORDIOSO, ROMPO automáticamente mis relaciones con Dios, pues actuamos como enviados de Cristo y no podemos actuar en la vida desprestigiando ni el plan de Dios para los hombres ni el Evangelio del Señor, no el Evangelio escrito, el que anunciamos a los demás con nuestro comportamiento, con las acciones cotidianas, con nuestra manera de actuar desde el amor, desde la compasión y la MISERICORDIA.

También está entrelazado el Evangelio  de San Lucas, 15, 1-3, 11-32; con la hermosa parábola del Señor que estamos acostumbrados a llamar la del “hijo pródigo”, pero que se asemeja quizás más aún a la del “Padre misericordioso” sin olvidarnos de lo que puede ser una trampa para cada uno de nosotros cuando nos sentimos como el hijo cumplidor y obediente que tenemos como asegurada ya “pertenencia” a la Casa del Padre, aquí, en esta parábola, como en la vida misma ni el malo es tan malo ni el bueno es tan bueno, lo único seguro es que el Padre está lleno de AMOR, así, con mayúsculas, un amor esperanzado, compasivo, alegre, lleno de vida, un amor que lo cambia todo, lo transforma, lo hace nuevo, ese amor que nosotros necesitamos para nosotros mismos, para nuestras Comunidades, para la Iglesia, que nos convierta, nos haga nuevos cada día y nos de la certeza que Él y solo Él es capaz de vestirnos con el auténtico traje de fiesta para poder pasar a su banquete.


En este año de la Misericordia es importante que leamos y releamos muy bien esta parábola para que nos motive a vivir la experiencia del cambio, la conversión, y busquemos par ello, para alcanzarlo plenamente del Sacramento de la Reconciliación. No hay otra manera, nadie puede inventarse otra forma, solamente a través de él, con un corazón contrito, seremos capaces de revestirnos de nuevo, dejando a un lado los harapos, consecuencia de nuestros pecados, y vivir en el amor de Dios, sabiéndonos de verdad, todos, cada uno de nosotros, predicadores de la MISERICORDIA.

martes, 1 de marzo de 2016

ORACIÓN, AYUNO, MISERICORDIA.



En la maravillosa lectura del Oficio de esta mañana se nos habla de estos tres temas. Curiosamente nos advierte que los tres tienen que estar y practicarse como si fueran UNO, de lo contrario, cada uno de ellos, de por sí solo, carecería de fuerza e importancia.


La oración sola, sin más propósito que pedir y pedir a Dios por uno mismo es de poco sentido, no somos seres aislados, nuestra obligación es pedir los unos por los otros. Así mostramos que nos preocupamos por las situaciones adversas de nuestro entorno y nuestro mundo. Lo mismo pasa con el ayuno, ayuno ¿para qué?, para poder compartir, para dar de lo mío a aquel que tiene necesidad, para ser generoso con los demás. Esto es ser misericordioso, pero uno alcanza ese grado de misericordia cuando está acostumbrado a una vida de oración, esa oración te da el sentido de vivir en familia y ese sentido te ayuda a ser misericordioso con los demás como tú quieres y pides normalmente a Dios que sea misericordioso contigo.