LA INMACULADA CONCEPCIÓN:
PATRONA DE ESPAÑA
Grande España, grade su fe, grande su libertad para creer, esperar en Dios, esperar en esa mujer que fue capaz desde su corazón humilde en traer la ESPERANZA al MUNDO, el Salvador, el Señor.
Cuando el Papa Pío IX decretó el Dogma de la Inmaculada Concepción, esta creencia vivía con fuerza en el corazón de los españoles. Muchos siglos atrás, un puñado de soldados de los Tercios, en un islote perdido, rodeados de barcos holandeses, aguardaban la muerte como valientes, antes morir que rendirse, pero un soldado, intentando con las manos hacer una trinchera para defenderse encontró algo y tiró de ello, era un cuadro de la Inmaculada Concepción, todos lo vieron como una señal de amparo divino y sucedió lo inimaginable, cambió el tiempo, pero de tal manera que se congeló todo el agua dejando atrapados a los barcos enemigos. Los españoles salieron de su pobre fortaleza y caminando por las aguas heladas fueron barco a barco destruyendo al enemigo.
Hoy, Ella, nuestra bendita Madre del Cielo sigue acudiendo en nuestro socorro en cada una de las tormentas grandes y espantosas que vivimos, políticamente, socialmente, personalmente, enseñándonos a luchar con acierto hasta que salimos vencedores de todos los peligros que el enemigo pone a nuestro alrededor, no importa qué sea, lo que importa es que Ella está cerca, y si miras hacia el cielo la verás como una ESTRELLA siempre dispuesta a encaminarte en una dirección, siempre nos lleva a Jesús.
Las Caldas, 13 de Diciembre de 2025
Fr. Pachi, OP

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