lunes, 10 de marzo de 2014

MEDITACIÓN DE LAS SIETE PALABRAS:

Cristo del Perdón de Santo Domingo de Málaga


1ª Palabra: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. (Lc. 23, 34.).

Clavado en la cruz y elevado hacia ese cielo que ya abre sus puertas para recibirte a Ti, el Hijo de Dios, has querido Señor, que tus primeras palabras sean de perdón, de amor y de misericordia para con tus verdugos, para con los que te abandonan, para con los pecadores. Oh hermosas palabras que tanta luz irradian en nuestras almas al recibir de Cristo desde el madero no reproches ni quejas, sino perdón y amor por la humanidad. Que yo sepa levantarme de mis miserias y con tu ejemplo pedir perdón a aquellos que pueda haber agraviado y perdonar con el mismo amor a los que a mí me agraviaron, para así un día poder alcanzar tu perdón y gozar de tu Paz.

2ª Palabra: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”. (Lc.23, 43.)

Señor que por los pecados de la humanidad agonizas en la Cruz, que gran consuelo es para nosotros, que somos pobres pecadores, saber que con el buen ladrón tuviste tanto amor y tanta misericordia. Que yo cuando me encuentre en ese trance al llegar mi hora de presentarme ante ti, tenga la habilidad del buen ladrón, para que a ti, que eres rico en compasión, pueda “robarte” como el buen ladrón la gracia de ser salvado por tu Pasión, muerte en la Cruz y Resurrección.

3ª Palabra: “He aquí a tu hijo, he aquí a tu Madre” (Jn, 19, 26.)

Antes de entregar tu vida al Padre, quisiste oh Señor, que tu santa Madre no quedara en el desamparo y desde el dolor de tu pasión previste que el joven y valiente Juan la recibiera, en su casa. Con este gesto viste desde la Cruz nuestro abandono y nos diste a tu Madre como madre nuestra, para que nunca pudiéramos sentirnos huérfanos. Oh Madre Dolorosa, que al píe de la Cruz aceptaste las palabras de tu Hijo y acogiste la hospitalidad del Discípulo Amado, acoge nuestra hospitalidad Madre de amor y ven siempre a nuestro pobre corazón y con tus ruegos e intercesión ayúdanos a permanecer siempre en la senda del Evangelio de tu Hijo para que un día podamos encontrarnos gozosos en el cielo.

4ª Palabra: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mt. 27, 46).

Oh mi buen Jesús, abandonado por todos, traicionado por el amigo, con tus seguidores escondidos por el miedo, sólo acompañado de Juan, tu Madre y unas pocas mujeres; si a los terribles dolores del suplicio de la Cruz, tuviste que vivir la experiencia de abandono que te hizo gritar estas palabras… Apiádate de mí, que yo no sea nunca causa de abandono, que permanezca siempre fiel al Evangelio, que sepa afrontar con valor y sufrir con paciencia las soledades de la vida, los abandonos de quienes me rodean, las traiciones si las hubiera, no con mis fuerzas, ni con mi valor, sino con tu intercesión y por el poder de tu Pasión salvadora. Para que así yo a su vez permanezca siempre cercano al que sufre, al que padece su pasión, al anciano que vive en soledad, al mendigo que está en la calle, que nuestro mundo sepa compartir en el amor y la caridad para lograr una humanidad más buena y más justa.

5ª Palabra: “Tengo sed” (Jn. 19, 28).

Señor y Dios mío, que por mi padeciste el suplicio de la Cruz, no permitas nunca que pase mi vida ajeno a tan infinita entrega por amor a la humanidad. Que yo mitigue tu sed de amor y de generosidad, tu sed de perdón y de misericordia, tu sed de bondad y consuelo para con todos, que a todos ame y que mis egoísmos y miserias no me permitan ir por la vida negándome a socorrer a quien de mí algo necesitara, que nunca olvide tus palabras: “Quien un baso de agua diera a uno de estos mis pequeños por amor a mí, no quedará sin recompensa”. Que sea capaz de apartar de mi pensamiento el deseo de saciar la sed de las cosas vanas y dame la gracia de tener hambre y sed de ti y de tu palabra mi Señor.

6ª Palabra: “Todo se ha cumplido” (Jn. 19, 15).

Señor mío y Dios mío, que desde la altura y la generosidad de la Cruz proclamas que todo el encargo de Dios Padre para redimir a la humanidad lo has cumplido.
Que yo con mi vida, mis obras y mis palabras sea capaz de añadir siempre a este encargo tuyo como ayuda a la remisión de los pecados y la redención del mundo, que aporte al suplicio de tu muerte por nosotros, a tu Cruz mi vida entera, con mis fallos y pecados, para que crucificados contigo tu los borres y mi bondad y trabajo para hacer presente con mi vida tu constante redención. Por tu Cruz somos salvados.

7ª Palabra: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc. 23, 46).

Señor mío que por amor a la humanidad agonizaste en el leño de la Cruz, nunca árbol verde dio tanto fruto como el árbol seco del cual tu Iglesia se alimenta constantemente a través de los siglos y de la historia. Te agradezco que al poner tu Espíritu en manos del Padre, me dieras a mí la oportunidad de poner toda mi vida en sus manos, para que siguiéndote a ti, Señor de mi vida, aprenda con corazón humilde a servirte a ti, a confiar en ti y por ti, a poner remedio contra las tentaciones del enemigo y ofrecerte siempre toda mi vida, obras y trabajos en reparación de mis pecados para hacer en mí tu divina voluntad.

Cristo de la Expiración de de Santo Domingo de Granada


ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD:

Nuestra Señora de la Soledad de Santo Domingo de Granada.


Oh madre nuestra de la Soledad, que al contemplar la tristeza de tu mirada oigo que tu corazón inmaculado con fuerza desgarradora clama: “Vosotros todos, que pasáis por el camino, atended y mirad si hay dolor semejante al mío”.

Que mi vida sea bálsamo a tus dolores y la Iglesia continuación de la obra redentora en pro de la humanidad que tu Hijo nos dejó como tarea en su Evangelio, para que haciéndole presente a Él en medio del mundo, la humanidad luche contra el pecado y viva en la gracia que Dios nos da.

HERMANDAD DE LA CENA SACRAMENTAL Y NUESTRA SEÑORA DE LA VICTORIA DE GRANADA:



CULTOS CUARESMALES:

* Lunes 10, a las 16 comienzo del montaje de altar de cultos.

* El Martes, 11, a las 21, Traslado Solemne de Nuestros Titulares de la Capilla hasta el Altar Mayor.

* Jueves 13, Viernes 14 y Sábado 15 Triduo Cuaresmal a las 20:45 en la Iglesia de Santo Domingo, presidido por el Consiliatio de la Hermandad Fr. Francisco García, O:P.

* Domingo 16 de Marzo a las 13 horas, FUNCIÓN PRINCIPAL DE INSTITUTO, será Oficiada por Nuestro Consiliario, Fr. FRANCISCO GARCÍA O.P.


Este día será impuesta la medalla y jura de Reglas para los nuevos hermanos, teniendo que ser solicitada a la Secretaría de la Hermandad en la semana de Cultos.
Tendremos una convivencia después de la Función Principal, en nuestra casa de Hermandad.
Desde aquí haceros partícipe de nuestros Cultos, tan importantes para los hermanos de Nuestra Cofradía.


sábado, 8 de marzo de 2014

DÍA DE SOL, DÍA FELIZ


Afortunadamente después de vivir este crudo invierno de un frío poco común, y de un tiempo atípico en cuanto al oleaje, vientos y granizadas… llega el sol a toda España.

Necesitábamos el calorcito, toda la mañana en la habitación con la ventana abierta, cerrando un poco la contraventana por eso de que “el sol de Marzo hiere como un mazo”, y no se puede ir -faltaría más- contra la sabiduría popular. Pero que gustazo, que bendición de Dios gozar este día.


Un buen fin de semana para todos, y que a todos os alumbre el Sol de la Justicia, de la Vida, del Amor, que es el más importante para la vida de los hombres y mujeres, de los jóvenes y de los niños.

San Juan de Dios: Co patrono de Granada



Fiesta solemne en Granada, donde reposan sus restos. Se celebra el 8 de marzo. Es un santo portugués, y el fundador de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Su nombre de pila era João Cidade Duarte ('Juan Ciudad Duarte' en español). Pero vivió gran parte de su vida en Granada. Él dijo: “Granada será mi Cruz”.

Los Hermanos Hospitalarios realizan una gran labor en todo el mundo, su trabajo, amor a los pobres y enfermos y dedicación es mundialmente reconocido.

Ruega siempre por este tu Reino de Granada gran protector nuestro.




Tres retratos del santo, el primero corresponde a un detalle de la imagen de la Iglesia Imperial de San Matías de Granada, escultura de José Risueño.




El segundo, el verdadero rosto de San Juan de Dios, de Pedro Raxis del Museo de la Casa de los Pisa de Granada.



El tercero: el verdadero rostro de San Juan de Dios de Juan de Sevilla
s. XVII del Museo de la Casa de los Pisa de Granada.

FELICIDADES A TODAS LAS MUJERES.


Y en estos tremendos tiempos, donde sus derechos son pisoteados, donde vivimos tantas desgracias por machismo y violencia, que la sociedad de nuestro mundo recapacite y cambie; la igualdad es el camino de la paz y de terminar con este tiempo de violencia que arrasa nuestra ya de por sí marchita sociedad.

Como diría el Seráfico San Francisco de Asís: "PAZ Y AMOR" PUES SOLAMENTE DESDE EL AMOR SE PODRÁ TRANSFORMAR NUESTRO MUNDO, Y DESDE EL AMOR PODREMOS VIVIR Y CONVIVIR EN paz.

jueves, 6 de marzo de 2014

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA. CICLO A




Lectura del santo evangelio según san Mateo 4,1-11:

En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. 
El tentador se le acercó y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.»
Pero él le contestó, diciendo: «Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."» 
Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras."»
Jesús le dijo: «También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios."» 
Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras.»
Entonces le dijo Jesús: «Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto."» 
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.


Este domingo 1º de cuaresma nos presenta las tentaciones de Jesús. Tentaciones que no nos sorprenden en absoluto, pues por desgracia son las nuestras, son las tentaciones de nuestra triste humanidad.
Ansiamos de manera desordenada en la vida lo fácil, lo gratuito, lo que menos nos cuesta, y luchamos por ello. Nos gusta el aplauso, el reconocimiento, el ser admirados y también anhelamos con locura lo que nos puede llevar al poder y a la gloria del mundo.
Pero Jesús nos llama a adentrarnos en el desierto de nuestra alma y examinarnos, hacer un buen examen de conciencia y cambiar nuestra vida.
Recuerdo haber escuchado esta historia: “Unos niños caminan por un bosque muy alto, y encuentran junto a un gran árbol un huevo. No sabiendo que hacer con él uno de los niños coloca el huevo en la puesta que está calentando una de las gallinas del corral. Pasado el tiempo rompen los huevos y nacen los polluelos.
Todos son iguales menos uno, que es muy raro, muy diferente… este crece triste toda su vida por verse distinto y feo comparado a sus hermanos. En ocasiones ve el vuelo del águila y envidia su majestuosidad, su poder, su grandeza, pero es un pollo raro. Así transcurre su vida, sin saber que era un águila que por cobardía, por timidez nunca fue capaz de alzar el vuelo”.
Cristo nos invita a alzar el vuelo, a ser valientes, a no tener miedo. No somos lo que somos, somos lo que podemos llegar a ser, no nacimos para el mundo, nacimos para otra vida, otro mundo, otro cielo, no nos quedemos aquí por no atrevernos a lanzarnos a volar.

Que el lastre de las tentaciones fallidas no nos impida aprender a romper las cadenas que nos esclavizan y alzar el vuelo hacia Dios que siempre espera con los brazos abiertos nuestro regreso a la Casa del Padre.

EJERCICIO DEL SANTO VÍA CRUCIS.







Primera Estación:
JESÚS CONDENADO A MUERTE:



Sentado en el tribunal,
De Pilatos la sentencia,
Condenando a la Inocencia,
Y absolviendo al criminal.

Si por respetos humanos
En la tentación consiento,
Le doy a Jesús tormento
aunque me lave las manos.

Cristo está en las periferias, en el pobre, el oprimido, en el marginado. La crueldad del hombre de nuestro tiempo sigue condenando a este “CRISTI” viviente de nuestros días. No a las guerras, los odios, los rencores, los males y pecados que llevan al hombre a ser destructor del hombre. Solo en Cristo encontraremos fuerza y paz para vivir la gracia que Él nos da y amarle y reconocerle en el otro.

Segunda Estación:
JESÚS  CARGA CON LA CRUZ:



Pecador, mira a Jesús
Con la cruz que le has cargado,
Que te dice lastimado
tus pecados son mi cruz.

Que en mí no haya voluntad
Hacia lo que el mundo admira.
Porque en él todo es mentira
Y sólo amarte es verdad.

Los dolores de la vida son numerosos, estos no marginan, son pesados para ricos y pobres. Hoy puedes estar tranquilo, sin penas, lleno de vida y alegría y mañana con una cruz tan pesada que no puedes con ella, El amor de Dios nos llama a la solidaridad, ser solidarios con aquellos que portan cruces demasiado pesadas, recuerda: hoy por ti, mañana por mí. Todos somos Cristos con cruces y todos hemos de ser bálsamo para las heridas de los demás.

Tercera Estación:
JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ:



La Cruz mucho ha de pesar,
Y mucho más mi pecado,
Que en tierra con Cristo ha dado,
Y no lo puede llevar.

Abraza, Jesús querido,
A este pródigo segundo,
Desengañado del mundo,
Roto de vida y vestido.

Si no contemplas la pasión de Cristo, ¿cómo podemos contemplar la pasión del mundo?, si no ves que Cristo ha caído, ¿cómo podemos ver a la humanidad caída?. Cristo nos lleva al hombre y el hombre nos lleva a Cristo.
Que seamos la mano que se extiende generosa, amable, cristiana hacia tantos caídos en las orillas del camino que peregrinamos en la viva caduca, para que tengamos fuerza y esperanza de llegar a la meta que Él nos ofrece.

Cuarta Estación:
JESÚS ENCUENTRA A SU SANTÍSIMA MADRE:



Aquí Jesús vio a María,
De tantos dolores llena,
Que le causó mayor pena
Que la Cruz que le oprimía.

Yo contigo, madre buena,
Quiero a tu hijo seguir,
Y padecer o morir,
Compartiendo vuestra pena.

…Y una espada de dolor traspasará tu alma. Sí, pero ella valiente recorre el calvario hasta quedar al píe de la cruz. En ella están representadas tantas madres que sufren por las pesadas cruces de sus hijos, las cruces de la violencia, la droga, el desapego, el paro, y tantas cruces más que desgarran sus maternales corazones. Madre nuestra del cielo, ayúdanos a tener tu valor y a saber amar con la intensidad del amor de tu traspasado corazón.

Quinta Estación:
JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRENEO A LLEVAR LA CRUZ:



Viendo a Jesús sin aliento,
Le buscan un cirineo
Para saciar el deseo
De que muera en el tormento.

¿Es posible Vída mía,
Que tanto mal te causé,
Lo solo que te dejé
Cuando ya tu amor sabía?

El Papa Francisco nos llama una y otra vez a ser los cirineos de los marginados de las periferias, de caminar a donde está el dolor, el sufrimiento, la pena, las miserias humanas. Que no nos conformemos en ser unos católicos de iglesia, de templo, de sacristía, que llevemos la iglesia a la calle, que hagamos lío, que nos dejemos notar para que el mundo sepa que Cristo está vivo en nosotros y nosotros vivimos en Cristo.

Sexta Estación:
LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS:



Una intrépida mujer,
Hasta Cristo se acercó,
Y el santo rostro limpió,
Frente a todos, sin temer.

Cuántas veces sentí afán
De acercarme más a Ti
Y ha podido más en mí
El temor al qué dirán.

Ante la cobardía de tantos hombres siempre es bueno resaltar el valor de esta mujer, en ella todas las mujeres valientes que quieren acercar su vida a Cristo y las capacita para no temer ante los problemas y las dificultades. En ella recordamos a las mujeres valientes que optan por la VIDA y no dan su aprobación al aborto, a ellas también el Señor las bendice como a la Verónica estampando el rostro de Cristo no ya en un lienzo, en algo mejor, en la criaturita que traen al mundo, el Rostro viviente de Cristo en otro Cristo para nuestro mundo.

Séptima Estación:
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ:



Otra vez está caído
Junto a ti, tu Redentor;
Mírale bien, pecador,
Con el polvo confundido.

Hombre, si no quieres ver
A tu Dios más ultrajado,
Confiesa bien tu pecado
Sin volverlo a cometer.

El cansancio, los azotes, los empujones y el peso de la Cruz hacen caer a Jesús por segunda vez. Pidamos con fe siempre viva al Señor, que los cansancios de nuestra vida, las tentaciones y el pecado no nos tiren por tierra, pero si caemos, pues condición humana es el caer, que tengamos fe para mirar hacia Cristo con los ojos de nuestra fe y pedirle fuerza para levantarnos de nuevo y seguir caminando el camino de nuestra peregrinación, pues en definitiva eso es nuestra vida, una larga peregrinación por caminos en ocasiones demasiado escabrosos.

Octava Estación:
JESÚS HABLA A LAS HIJAS DE JERUSALÉN:



Llorad vuestra perdición,
Dice Jesús con dulzura,
A quienes con amargura
Lloraban por su pasión.

Jesús, de inmensa piedad,
Me llamas a que te quiera
Como si de mi tuviera
Hoy tu amor necesidad.

Él, el árbol verde, sufre los horrores del calvario, pero ¿Qué sucederá con nosotros, tantas veces árboles secos?, es una llamada de atención de Jesús a nosotros pobres pecadores, no es amenaza, es llamada de atención, advertencia. Si me llega la muerte, seco, sin la sabia de la Gracia de Dios, del Amor, de la Compasión, de la Misericordia, imitando a Jesús, el hacha cortará este árbol seco y lo destinarán al fuego que nunca acaba. Por eso Jesús nos llama a estar siempre en vela, despiertos, vigilantes ante el enemigo, el tentador.


Novena Estación:
JESÚS CAE POR TERCERA VEZ:



Pecador, anda advertido
Pues, llevando tu pecado
Mira como le has cargado
Que tres veces ha caído.

Sí, Jesús, yo he repetido
Tus caídas con las mías,
Pero ya todos los días
Las lloraré arrepentido.

Jesús me dice con esta tercera caída: -Yo he caído para que aprendas a levantarte, para que pongas tu fuerza y tu confianza en mí-. Pero yo veo que me pesan los años, cada vez tengo menos fuerza, y para tantas cosas me siento incapaz. Por eso dame Señor la gracia de imitarte en esta tercera caída y haz que mis flaquezas, mis miedos, mis desfallecimientos al menos sirvan en beneficio de otros porque ponco en tus manos y en tu corazón mi vida tal como está, tal como tu la ves.

Décima Estación:
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS:



A la misma honestidad
Los verdugos desnudaron,
Y las llagas renovaron
Con deshonra y crueldad.

Siempre que yo, sin recato,
En mí profano tu templo,
Sigo, Señor, el ejemplo
De quien te dio tan mal trato.

Así nos lo mostró el Profeta Isaías, maltratado, sin apariencia humana, sin encontrar en Él aspecto ni hermosura, varón de dolores… y todo por nuestros pecados, por nuestra arrogancia, por nuestra vanidad.
Nosotros nos vestimos con trajes y vestiduras de vanidad mientras que a Él, el Justo le despojamos de todo. ¿Dónde nuestra cordura?, ¿dónde nuestra honradez?. Haz Señor que aprendamos de ti a despojarnos del pecado y vestir el traje de tu Gracia para que desde nuestra fidelidad a tu Evangelio guardemos la blancura del vestido para la Vida Eterna.

Undécima Estación:
JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ:



Con martillos inhumanos,
Modo atroz, cruel acero,
A Jesús en un madero
Le clavan de píes y manos.

Cuando peques, pensarás
Que estás a Cristo clavando,
Y que te dice llorando:
Hijo, ya no peques más.

-Pueblo mío, ¿qué te he hecho o en qué te he ofendido? Dímelo. ¿Por cuál de los beneficios que te hice has preparado una Cruz a tu Salvador?. Y a pesar de todo ahí estás, clavado en la cruz y amando, a punto de morir y perdonando, sufriendo el azote del tormento de los clavos y pensando en el tormento que puedan acarrearnos nuestros pecados, nuestras divisiones, nuestros egoísmos. Ayúdanos a amar oh buen Jesús, para que no caigamos por nuestro corazón tozudo en la trampa del maligno y volvamos a ti con generosidad nuestro corazón arrepentido, ciertamente arrepentidos.

Duodécima Estación:
JESÚS MUERE EN LA CRUZ:



Ni los clavos ni el madero
Me tienen aquí clavado,
Sino sólo tu pecado
Y lo mucho que te quiero.
Sí, Jesús, muera yo aquí
De amor, vergüenza y tristeza.

Víendote con tal firmeza
Dar hoy tu sangre por mí.
Y el sol esconde su luz,
De horror la tierra suspira,
Cuando el Creador expira
Enclavado en una Cruz.

Solamente si somos ayudados por tu gracia podremos responder a tu AMOR con amor, para aliviar así nuestras miserias humanas, para hacernos dignos de tanto derroche de ternura y de mimo hacia una humanidad que entonces y ahora te volvió la cara, te dio la espalda, te dejó solo en esa Cruz de nuestras miserias y pecados.
Señor Jesús, que nuestra redención sea mérito de nuestro amor por el prójimo y nuestros desvelos por la humanidad caída. Que nuestra lucha sea contra el mal, principalmente a favor de los pobres pecadores, para que por tu sacrificio encuentren la Paz que sólo tu das a aquellos que encuentran el camino de tu Evangelio.

Decimotercera Estación:
JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ:



De Cristo el cadáver yerto
Entre sus brazos mirando,
Dice María llorando:
Hijo mío, quien te ha matado.

Yo he causado tu aflicción,
Yo fui quien te dio la muerte,
Pero ante su cuerpo inerte
No me niegues tu perdón.

María, oh Madre atormentada, que el pecado del hombre te ha causado tanto dolor, no nos abandones, que aunque pecadores y causantes de tanta desdicha, hijos tuyos somos. Mira nuestra miseria y tu que del Hijo toda gracia alcanza, haz que por tus ruegos y no por nuestros méritos seamos capaces de acercarnos a esa Cruz, que ahora contemplamos como leño seco y sin fruto, podamos clavar en ella esas miserias y pecados para que así su Pasión y su Gloria nos alcance a todos nosotros la Salvación.

Decimocuarta Estación:
JESÚS ES SEPULTADO:



En un sepulcro profundo
Custodiada la  salida
Yace el Señor de la Vida
Que vendrá a juzgar al mundo.
Jamás nueva recaída
En el pecado mortal.

Que es mal sobre todo mal
Pues de la muerte a la vida
Muerto, Señor, os conduelo;
Sacramento os venero
Por vuestra pasión espero
La gracia, la paz y el cielo.

Así, con su muerte, Jesús es el verdadero grano de trigo, que al ser enterrado da muchos frutos, así ha de fructificar gloriosamente, así queda claro para nosotros que el auténtico camino para llegar a la VIDA no es otro que el camino de la muerte. Así también entenderemos el anuncio de los profetas cuando nos decían que Cristo, por la humillación llegaría a la exaltación. Y así nos deja para nosotros el mensaje que nunca hemos de olvidar: Por la Cruz a la LUZ:
Y por último, así aprendemos que ya está obrada la Redención del Hombre por Dios.

Decimoquinta Estación:
LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR:


Oración final:

Te suplicamos, Señor,
que nos concedas por intercesión de tu Madre la Santísima Virgen María,
que cada vez que meditemos tu pasión,
quede gravado en nosotros,
con marca de actualidad constante,
durante toda nuestra vida,
un agradecimiento inmenso a tu bondad.
Amén



Granada, 6 de Marzo de 2014


Fr. Francisco E. García Ortega, O.P.

Cristo de la Buena Muerte de Málaga