jueves, 23 de febrero de 2017

Mirad los pájaros del cielo, no siembran y sin embargo nos les falta comida. Y los lirios del campo, tampoco les falta belleza y no se afanan por conseguirla, se lo da todo el Padre del cielo.




"NADIE PUEDE ESTAR AL SERVICIO DE DOS AMOS".

Semana a semana van transcurriendo los días y pasan muy rápidamente, ya, terminado este domingo haremos una pauta en la celebración del tiempo ordinario para celebrar el miércoles de ceniza día 1 de Marzo el inicio de la Santa Cuaresma, tiempo de conversión y preparación profunda para vivir la Pasión, Muerte y RESURRECCIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.

Comenzamos meditando esta semana con una muy breve lectura de Isaías, 49, 14-15, donde nos anima el Profeta a tener confianza y esperanza en nuestro Dios que siempre vela por nosotros y NUNCA SE OLVIDA, estamos en su memoria, estamos en su corazón, es el Padre o la Madre que no falla, que no abandona, que no olvida, que está siempre con cada uno de nosotros en las buenas y en las malas, es quien carga con nosotros cuando las fuerzas nos abandonan, esa imagen de Jesús como el Buen Pastor nos enseña perfectamente quien es el Padre de amor, ternura y compasión que nos ha traído a la VIDA y aquí cuida de nosotros y pone a nuestra disposición todo lo necesario para poder subsistir, otra cosa muy distinta es el comportamiento humano, cuando muchos se aprovechan del pobre y desvalido y le quitan sus cosas, sus derechos, su dignidad, pero que estos tengan presentes que Dios se lo hará pagar y con creces, pues arrinconar en una esquina de la lona –en las luchas de la vida- a un hermano está mal, pero arrinconar a un desvalido, un pobre, eso se pagará pues entre otras cosas Dios es JUSTO, y si aquí vemos que no hay justicia o esta no es igual para pobres y poderosos allá, en el cielo la justicia es igual para todos y a los más débiles los favorece el Señor.

En la Carta de San Pablo a los Corintios se nos piden dos cosas que son imprescindibles para ser ciertamente fieles a Dios, la primera que seamos fieles, la fidelidad, sin tapujos, sin apaños y sin engaños, o somos o no somos, no hay término medio. La segunda, tan complicada en el ser humano: NO JUZGAR, sólo el Señor es Juez, a Él le corresponde el juicio, nosotros solamente hemos de esforzarnos por ser buenos unos con otros, perdonar y no juzgar.

El Evangelio nos habla de un tema muy arraigado en cada uno de nosotros: “El agobio de la vida”, vivimos la existencia afligidos y agobiados por lo que necesitamos. Tantas necesidades nos frustran, nos agobian, nos llenan de inquietudes. El Evangelio es un canto de Jesús a la confianza, pero CONFIANZA con mayúscula, confiar con ilusión y con esperanza, Él nos habla de la belleza de los lirios, de la “libertad” en su actuar de los pájaros, nadie puede competir con las bellezas que encontramos en la naturaleza y esta no se agobia por lucir más bonita, ningún pájaro se agobia por un año de escasez en la cosecha de los hombres, no les faltará donde picotear. El hombre tiene que aprender a confiar, CONFIAR EN EL SEÑOR, poner en Él su corazón y su esperanza, dejar a un lado las preocupaciones vanas y servir en todo al Señor, que nos ofrece el mejor tesoro, el tesoro de la SALVACIÓN. Recordemos que Él nos dijo que allí donde esté nuestro tesoro estará también nuestro corazón, si ponemos el valor en lo material no podremos aspirar más que a cosas materiales, si ponemos el corazón en Dios aspiramos a los bienes de allá arriba, donde está nuestro gozo eterno.


Hermanos y hermanas lectores, que paséis un feliz domingo, y una dichosa entrada en este tiempo de la Santa Cuaresma, que enderecemos nuestra vida para caminar por la senda del amor y de la paz que el la invitación de Jesús para vivir el tiempo litúrgico que se aproxima, que nuestra gran dicha es estar siempre con el Señor y compartir con generosidad con nuestro prójimo, así viviremos con acierto la Cuaresma.

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