jueves, 8 de febrero de 2018

DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO DEL CICLO B.



“JESÚS NOS ENSEÑA A QUE LO IMPURO NO ES ACERCARSE AL NECESITADO, ABRAZAR AL QUE SUFRE, CURAR AL ENFERMO”.

La lectura del Levítico quizás nos suene demasiado fuerte, pero en un tiempo donde las enfermedades contagiosas eran una gran amenaza, tomar precauciones, aún tan radicales, era prioritario. Hoy en día con todos los adelantos que tenemos ya no apartamos a los enfermos de esta forma tan cruel y radical, pero sin embargo “apartamos” a los que son de otra raza, otra religión, otro color, otra condición social… nuestra sociedad es más cruel que aquella, pues a ellos les ampara la ignorancia de la medicina que tenían, el miedo a la enfermedad, pero a nosotros nada nos puede amparar, pues nuestras razones no son otras que el puro clasismo o el mero desprecio a los que no son como nosotros.

San Pablo, en su carta a los Corintios, nos anima a vivir una vida en orden y tranquilidad, siendo prudentes y sin escandalizar a nadie. Sabemos por la triste experiencia de nuestros tiempos que los escándalos hacen mucho daño a la Iglesia, a las personas, a nuestro mundo. Por eso bastante desgracia tenemos con aquellos que provocan escándalos cuanto más con aquellos que levantan falsos testimonios e inventan con tal de perjudicar a algunos o de hacer daño a la misma Iglesia. Seamos prudentes, para que viviendo una vida en orden y siendo consecuentes con la fe que profesamos, sepamos ganar gente para Jesús y no apartar de Jesús a la gente por no saber llevar una vida según su voluntad. Como el Apóstol no buscando nuestro propio bien y sí la salvación de todos, o al menos de muchos.

Una curación como la que nos relata el Evangelio de Marcos hoy no puede quedar oculta, el Señor es demasiado arriesgado en su obrar como para pasar desapercibido. Si impuro era el leproso por la desgracia de ser leproso impuro quedaba quien se acercara a uno de ellos y lo tocase. El Señor tiene todo el poder de Dios, podía decir al leproso, guardando las distancias, queda limpio, pero ese no es su estilo, el busca la persona, la cercanía, el tú a tú, por eso te toca, para desobedecer una ley injusta, para demostrar como él mismo nos dijo esta semana en uno de los Evangelios que no hace al hombre impuro lo que entra en él, le hace impuro lo que sale de su corazón, las malas acciones, la codicia, la envidia, el odio, la fornicación, y tantos pecados que muchos de los puritanos de todos los tiempos cometen a diario y luego se fijan en pequeñeces sin importancia y se escandalizan por tonterías. Por eso quizás en todos los tiempos la hipocresía siempre ha sido considerada despreciable.

Hermanos, el próximo domingo día 18 estaremos ya en la Santa Cuaresma, que verdaderamente arranquemos de nuestros corazones toda impureza y vivamos en el camino de la santidad, para que así lleguemos a la salvación que Jesús con su pasión y su Cruz nos ha regalado y espera seamos merecedores de tan santo SACRIFICIO. El que lo dio todo por nosotros espera que nosotros seamos igualmente generosos y lo demos todo por Él que es nuestro Salvador.
Que paséis un feliz domingo, día del Señor.


Fr. Francisco García, O.P.

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