jueves, 14 de septiembre de 2023

 



Por tu pasión dolorosa, perdona Señor mis pecados y los del mundo entero. 

Que apropiadas estas palabras de La Corona de la Misericordia para un día como hoy, donde recordamos de manera muy especial la exaltación de la Santa Cruz. Ese instrumento de muerte atroz, de sufrimiento infinito, de humillación y de pasión y terrible agonía.





Esta figura del Crucificado nos catequiza de manera sencilla y hasta simple del acontecimiento extraordinario y poderoso que es para nosotros participar de esa Pasión Redentora del Señor, pero, ¿cómo puedo participar de ella si sucedió hace más de dos mil años?, sencillo, en cada celebración de la Santa Misa, ahí revivimos este acontecimiento, ahí lo hacemos presente, ahí nos introducimos nosotros en el Misterio, ahí ponemos en esa poderosísima Cruz nuestra vida entera, con nuestras bondades y buenas acciones, nuestras virtudes y aportaciones de benevolencia. Pero también nuestras desobediencias al plan De Dios, nuestros fallos y pecados, nuestra vida entera, lo bueno para aportar a la redención de la humanidad y lo malo para clamar por nuestra propia redención, para ser dignos de ella, para alcanzar misericordia. Eso lo llamarían en estos tiempos modernos RECICLAR. Sí, reciclamos nuestro mal para en vez de sacar de él condenación, sirviéndonos de él y aprendiendo de nuestras miserias podamos sacar REDENCIÓN.


TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS, PORQUE POR TU Santa Cruz REDIMISTE AL MUNDO, AMÉN. 

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