sábado, 19 de febrero de 2011

La vida tiene riesgos, pero hay que vivirla




Ojo, peligro:

A la vuelta de la esquina te puede acechar el peligro, pero no te vas a quedar toda tu vida encerrado en una burbuja. Lo triste de nuestra existencia humana es que son muchos los que viven así, encerrados en su burbuja, o caparazón, o se construyen un torreón con grandes muros, para que nadie les pueda atacar, llegar a ellos.
Pero estos pobres infelices pasan su existencia encerrados en si mismos y privados de el gran placer que da la vida al compartir, sí, la vida es un eterno compartir, así fue y así será siempre, y el que no comparte se queda fuera, es de otro planeta, pero de este ni hablar, en este se vive en racimo para poder ser, para poder existir.
El egoísta es una especie de usurero que no ve, es como el topo, ciego, ciego de alma y de corazón, es un pobre desgraciado.
No te escondas amigo lector, lucha, que sí, es cierto, la vida es lucha, pero el gran gozo que da la vida es la victoria, así que lucha para ser libre, para quitarte y quitar caparazones, para que nuestro mundo goce, pero que goce con igualdad de condiciones, no unos pocos gozando y aplastando a otros, sino velando por los derechos de todos los hombres, y esto aún es egoísmo, no de los hombres y mujeres de nuestro planeta, sino más bien luchar por los derechos de todos los seres que poblamos este planeta.
Hay que gritar, hay que buscar la forma de presionar a los gobiernos para hacerles ver que si no se preocupan de solucionar los problemas que hay en nuestro mundo no son dignos de gobernarnos, y entonces tenemos que votar a otros, hasta dar con las personas adecuadas para hacer el gran cambio, el de la libertad que Cristo trajo a nuestro mundo.
Qué peligro, sí, pero que gozada participar en esta lucha si tenemos a Jesús  capitaneándonos.
Un abrazo de vuestro amigo,
El Duende del Perchel.

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