jueves, 27 de julio de 2017

DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO DEL CICLO A.

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“DIOS NOS HA DADO UNA GRAN CAPACIDAD, SABER ELEGIR. SABER OPTAR ENTRE ALGO BUENO Y ALGO MALO”

En la primera lectura del libro de los Reyes, Salomón agradece a Dios haber sido elegido por Él para suceder a su padre el Rey David, la actitud suplicante y el corazón agradecido de Salomón agradó a Dios, lo mismo que le agrada cada vez que nosotros le reconocemos como Dios, le damos la importancia que tiene y se merece, acudimos a él, somos capaces de renunciar a algo malo para no desagradarle, o simplemente obramos el bien pues lo hacemos por amor a nuestro Dios que nosotros siempre es compasivo y misericordioso, no tenemos que amarle por ser quien es, o por obrar como obra con nosotros, le amamos como respuesta de su gran amor. Ojala, como Salomón, cuando invocamos a Dios no nos llenemos la boca de peticiones y le pidamos cosas sencillas que nos sean útiles para vivir sencillamente la vida, ser prácticos como lo fue Salomón.

Dios nos ha creado en total libertad, por esa razón bendice y santifica con intensidad al corazón que sabe elegir, que elige bien. No olvidemos nunca que de nuestra elección dependemos nosotros y dependen aquellos que comparten la vida con nosotros.

Los que aman a Dios todo les sirve para el bien, son las palabras de San Pablo a los Romanos que escuchamos hoy, es la realidad de la vida, el amor procede de Dios, y el amor no defrauda, nos hace sen más aceptables unos a otros, más valerosos para los demás, particularmente para aquellos más desfavorecidos, si no hay auténtico amor poco valor tenemos, poco que aportar, poco o muy poco para dar.

El evangelio recoge un poco el espíritu de estas dos primeras lecturas y nos lo muestra con las parábolas del tesoro en el campo  o la del comerciante en perlas finas. Son parte de este discurso central de San Mateo y que nos quiere hacer pensar sobre la importancia de ganar el Reino de Dios, ofrecido a nosotros por Jesús y que conlleva adherirnos a él. Así como este hombre del campo que encuentra el tesoro o de este otro comerciante en piedras finas se encuentran con algo de un valor insospechado y no vacilan en desprenderse de todo lo que tienen para adquirirlo, nosotros hemos de pensar seriamente si el apegamiento a tanta pequeña minucia realmente puede llenar nuestra vida, sobre todo cuando tenemos al Señor que nos ofrece algo de gran valor, que supera los años de nuestra vida en este mundo, que va más allá de lo meramente material, nos ofrece el Reino, el cielo y caminar hacia ese Reino de Dios conlleva estar ya inmerso en el mismo Reino.

Jesús habla a un pueblo que está sumergido en la antigua tradición judía, y ofrece la novedad de su reino, por eso nos anima a sacar del arcón de lo nuevo y de lo antiguo.

No podemos quedarnos anclados en un pasado, en lo tradicional, en lo antiguo, tenemos que renovarnos y aportar lo nuevo para que nos sirva de salvación, pero siempre desde el amor, echar mano de ese amor que Dios nos tiene y de ese amor que nosotros le tenemos a Él, para así aumentar nuestro amor a la Iglesia, a la familia, a la Comunidad donde vivimos y experimentamos cotidianamente la fe; principalmente ese amor que tenemos que mostrar hacia el que está solo, afligido, enfermo, impedido.

Para conseguirlo y acertar en este empeño no olvidemos que somos LIBRES, y desde esta libertad tenemos que acertar en las opciones que tomemos en el caminar de la vida para no perder la senda que nos lleva a Dios Padre.

Que paséis un feliz Domingo, día del Señor y que Él os colme de paz y bendiciones. 

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