domingo, 5 de mayo de 2013

EN EL DÍA DE LA MADRE:




 
Mi madre con mi padre (q.d.e.p.) mi hermano mayor Jose Ramón y yo.
Dice el refrán:

Pan es pan
piña es piña
amor que se quiere
nunca se olvida.
Nunca se olvida el amor, y más si ese amor es el amor dado, regalado, donado de una madre a sus hijos, por eso los hijos nunca han de olvidar, mermar o perder el amor a sus madres, y este amor para que sea AMOR AGRADECIDO ha de estar limpio de impurezas, de egoísmos, de caprichos; ha de ser amor verdadero, pues si no fuera así vano sería nuestro amor, y más que vano pudiera llegar a ser un amor miserable.
Si del amor de Dios, el Sumo Amor, quisiéramos hablar, para hacerlo más entendible tendríamos que acudir al amor de una MADRE a sus hijos, que es el amor, aunque a una distancia infinita, el más parecido, el de mejor referencia.
Por eso madre mía, en este tu día ¡Muchas felicidades!



Y a todas las MADRES en su día, las madres que han traído a sus hijos a este mundo, aquellas madres que sin tener hijos propios han hecho con su gran amor propios a sus hijos, las otras madres, que sacrificando el gran don de la fecundidad se han consagrado a Cristo para hacer fecundo en amor a Dios en el amor del prójimo, haciendo hijos suyos a toda la Cristiandad, a todo el mundo, por quien viven, oran, se sacrifican, aman…
¡¡¡FELICIDADES MADRES!!!

Una rosa para las MADRES


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