miércoles, 21 de diciembre de 2016

25 DE DICIEMBRE: NAVIDAD Y DOMINGO. DÍA 1 DE ENERO: AÑO NUEVO Y DOMINGO:



En la misa de Gallo Isaías comienza hablándonos que “el pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tinieblas de sombra y una luz les brilló”.
Todo tiempo tiene sus luces y sus sombras y aún más nuestro tiempo, donde encontramos tanta gente que se aparta de Dios, que deja, voluntariamente apagar la luz que brillaba en su corazón, sí, es un tiempo en cierta medida triste, descorazonado, oscuro, apático, desanimado, sin valores, sin iniciativas, sin saber. Pues ciertamente que quien se aparta voluntariamente de Dios es que opta por la ceguera, es el que NO quiere ver lo que está claramente definido ante sus ojos, no quiere escuchar la PALABRA que transmite VIDA, AMOR, ILUSIÓN, ESPERANZA.

Pero en medio de este mundo oscuro hay grandes lumbreras que indican cambios, indican esperanza, es la luz de la Iglesia, pequeño resto de Israel que siembra esa ilusión en los corazones de buena voluntad, no todo está perdido, no todo el mundo es malo, no todos son incrédulos, aunque nos parezca mentira hay más gente buena que mala, de lo contrario no se podría vivir en este mundo nuestro.

Lo mismo que los ángeles anunciaron a los pastores el Misterio de la Salvación en el Niño que nace en el pesebre, nosotros, ahora en este tiempo podíamos decir final, tenemos que anunciar con esperanza el misterio que se hace perenne en el tiempo, Cristo sigue naciendo en el pesebre del corazón del hombre que AMA, que ESPERA que CREE, nace en los hombres y mujeres que Dios ama y que ellos aman a Dios.

Por eso tenemos que saber, y es el mensaje del último Domingo del año, somos mensajeros de la Navidad, llamados por Dios a anunciarle, a hacerle presente en medio de nuestro mundo, Él es la LUZ.. Ya no precisa de los profetas para comunicarse con nosotros, ya ha venido CRISTO que nos habla, nos comunica lo que el Padre quiere para nosotros y lo que nosotros tenemos que pedirle al Padre, como diría Santo Domingo, Jesús nos enseña a hablar a Dios de los demás y a los demás hablar de Dios.

El Evangelio del Prólogo de San Juan nos habla del Misterio hecho luz desde el principio, pero una luz que vino a esta su casa y los que habitaban esta su casa no la quisieron, prefirieron las tinieblas a la luz, pero NO TODOS, los pobres, los necesitados, los enfermos, los marginados, aquellos que siempre buscaron y esperaron ayuda ven en esta Luz la esperanza, y desde entonces el que tiene un corazón sencillo, en todo tiempo se deja iluminar por esta LUZ SANTA Y DIVINA y recibe tanta fuerza que se ve capacitado para querer transformar el mundo. Esta Luz marca la diferencia, vivamos en ella, con ella y por ella para alcanzar la felicidad ya en nuestros días y luego, al atardecer de la vida lleguemos a la luz de la eternidad gozosa como gozosos han llegado los mejores hijos de la Iglesia.



Viernes día 30 de Diciembre Sagrada Familia: Por caer la Navidad y el primero de año en Domingo cambian un poco las fiestas, tenemos que abarcar mucho en menos tiempo, lo importante es que lo vivamos con intensidad.

La Sagrada Familia: José, María y Jesús son modelo para nuestra vida, pero nuestro tiempo presente tiene que meditar mucho en el “estilo” de familia que predomina, no es halagüeño, no es el mejor estilo, las familias muchas están rotas, divididas, demasiado atareadas en buscar como fin último los bienes materiales abandonando otros bienes que son más importantes, como el manifestarse ese amor, esa entrega, esa generosidad y el unirse en la vida familiar, dialogar en las comidas en familia, saber desconectarse TODOS en los momentos de vida familia de la tele, el ordenador, el móvil o celular, no discutir delante de los niños, no escuchar solamente a los niños y cargar las iras de los fracasos de los hijos en los maestros, como si estos fueran los únicos responsables de la educación de los niños, los primeros educadores y los más importantes son los padres, y esto en familia.

Analicemos, pues, a la luz de la Sagrada Familia nuestras familias, que veamos lo que está mal para poner soluciones, que miremos un poco hacia los mayores, que vivieron y se esforzaron por darnos un mundo mejor y ahora se sienten apartados de casa, de la sociedad, de los gobernantes, mirados muchas veces más como una carga que como alguien sumamente necesario para ese equilibrio que tiene que haber en la sociedad para que todos aprendamos de todos, principalmente de la experiencia, la historia escrita en el corazón de los abuelos.



Domingo día 1 de Enero: Santa María, madre de Dios: También el día de la Paz: Que bien podemos comenzar este nuevo año teniendo a la Madre cercana a nosotros, ella nos ha traído la PAZ, esa Paz que Lucas, 2, 14, desea para esta Tierra, para los hombres de “Buena voluntad”, la paz que necesita nuestro mundo que ya vive aterrorizado por la violencia, esto no es una guerra al estilo antiguo, pero donde azota el terrorismo es la situación de guerra continua, es la ausencia de paz, es tener el miedo metido en el cuerpo como si de una suerte nefasta dependiera nuestra vida, si me tocará a mí mañana. Más, mucho más tenemos que orar, hacer, luchar por la PAZ en el MUNDO, no es problema de otros, de los gobiernos, es de todos. Y lo primero que tenemos que hacer es luchar por tener PAZ en nuestro propio corazón, somos nosotros muchas veces irascibles, violentos, saltamos por cualquier cosa, peleamos por tonterías, tenemos que arrancar esa “corriente” de violencia que vive nuestra sociedad, ese odio que lleva a la muerte a tantas mujeres en nuestra “civilizada” sociedad, la violencia en los hogares, entre los jóvenes que se apuñalan en las discotecas cuando se dejan embrutecer por el alcohol y las drogas, para evitar esta violencia de nuestro tiempo tenemos que empezar por erradicar las causas, ya citadas, el alcohol y las drogas que tanto mal siembran y tantos hogares destruyen.

Que María que es la Madre del Príncipe de la Paz siembre en nuestros corazones rayitos de paciencia para alcanzar la paz, de amor para luchar contra la violencia, de caridad para tratar a los demás como queremos que los demás nos traten a nosotros. Que así sea.


Hermanos y hermanas lectores del Duende del Perchel, que paséis una Navidad llena de PAZ y que el año 2017 sea para todos un buen año, construido por la bondad y el amor, donde derrotemos entre todos la violencia y el pecado y logremos los frutos tan anhelados:  Una paz duradera, un mundo sin guerras, el fin del terrorismo y la violencia de género y todo tipo de violencia y una convivencia pacífica. ¡Felices fiestas con Cristo siempre en nuestro corazón!.

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