sábado, 3 de diciembre de 2016

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO, CICLO A

¡CONVERTÍOS, PORQUE ESTÁ CERCA EL REINO DE LOS CIELOS!



“Aquel día brotará un renuevo del tronco de Jesé y de su raíz brotará un vástago. Sobre él se posará el Espíritu del Señor…” La palabra que proclamamos viene a llenarnos de luz y esperanza, a animar nuestras vidas tantas veces cansadas, somos, por desgracia, parte de una sociedad cansada, agobiada, que vive demasiado de prisa, sin buscar momentos para mirar a nuestro alrededor, para pensar, para contemplar las maravillas de la creación que nos hablan de un Dios creador Padre lleno de ternura y misericordioso que ha querido en verdad colocar al hombre en el centro de una creación siempre sorprendente y por nuestra apatía siempre amenazada, por eso, por las prisas, por querer llegar más lejos, por querer tener más y ser más.

Pero a pesar de nuestros pecados y abandonos el Señor nos colma de promesas, nos dibuja un mundo que no es utópico, un mundo que puede ser real, donde la paz, el amor, la justicia, la alegría, la hermandad, el consuelo pueden ser el centro del corazón del hombre, esto parece que está muy lejos de nosotros, sin embargo está en nosotros, como un tronco que amenaza muerte, desolación, tristeza se vitaliza con el nacimiento de un retoño, de la VIDA, así nosotros nos fortalecemos de nuestras miserias y de nuestra misma muerte con la VIDA plena que nos viene a dar Jesús, que ya está en camino hacia nuestros corazones para nacer en nosotros, para morar en la casita-Belén de nuestro interior.

En la segunda lectura, el apóstol nos da la clave para llegar a la meta, la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras. No podemos dejar de leer las Sagradas Escrituras, no podemos vivir pensando que lo sabemos todo y desconocemos lo más importante, al Señor, quien no conoce de verdad tampoco puede amar de verdad, la ignorancia nos aparta de Dios, mucha gente que manifiestan en nuestros días su apatía hacia lo religioso, incluso su negación de Dios no lo hacen por maldad, por desprecio, por ir contra Dios, lo hacen por simple ignorancia, muchos de estos tales si conocieran un poquito más de las Escrituras buscarían a Dios con todo su corazón.

En cuanto al Evangelio se nos dice que el Bautista se presenta en el desierto para predicar la conversión, y es hermanos que si no nos adentramos en el desierto de nuestra vida difícilmente podremos convertirnos. ¿Qué hay en el desierto? NADA, está vacío de todo, de lujos, de comodidades, de VIDA, si nosotros no somos capaces de vaciarnos, si nos mantenemos “llenos” de TODO, si estamos siempre saciados, difícilmente buscaremos una auténtica conversión, y sin ella nuestra vida espiritual será simplemente al ras de la piel, sin profundidad, sin esperanza.

Alegrémonos y mucho pues la Palabra proclamada en este segundo domingo de adviento nos llena de esperanza y nos da muchas claves para vivir plenamente el encuentro lleno de luz con Jesús que viene a nosotros, que camina a nuestro encuentro para llenarnos de su paz y de su amor.


Que paséis un feliz domingo, día del Señor, y que de Él recibáis toda clase de bendiciones, que de verdad Él esté con vosotros, esté en vosotros.

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