sábado, 4 de octubre de 2014

DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A

Es el Señor quien lo ha hecho



Lectura del libro de Isaías 5, 1-7

Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña. 
Mi amigo tenía una viña en fértil collado.
La entrecavó, la descantó, y plantó buenas cepas;
construyó en medio una atalaya y cavó un lagar.
Y esperó que diese uvas, pero dio agrazones.
Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, 
por favor, sed jueces entre mi y mi viña. 
¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? 
¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones?
Pues ahora os diré a vosotros lo que voy a hacer con mi viña: 
quitar su valla para que sirva de pasto, 
derruir su tapia para que la pisoteen. 
La dejaré arrasada: 
no la podarán ni la escardarán, crecerán zarzas y cardos; 
prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.
La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel; 
son los hombres de Judá su, plantel preferido.
Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; 
esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 6-9

Hermanos:
Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta.
Y lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra.
Y el Dios de la paz estará con vosotros.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 33-43

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
- «Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondan. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo."
Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia."
Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?»
Le contestaron:
- «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos.» 
Y Jesús les dice:

- «¿No habéis leído nunca en la Escritura:

"La piedra que desecharon los arquitectos 
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente"?

Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.»
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UN CORAZÓN AGRADECIDO:

 Dios ha puesto todo de su parte, ha apostado por el hombre, desde la Creación del Mundo le ha colocado en el mejor puesto, le ha destacado por encima de todo lo creado, le ha mimado, todo lo ha sometido a su juicio, ha preparado un pueblo para manifestarse primero a ese pueblo y luego a tola la humanidad y finalmente, cuando la desobediencia del hombre había roto la alianza con Dios, Dios mandó a su propio Hijo para redimir a la humanidad. ¿Que más se puede esperar por parte de Dios con relación al hombre?. 

Ya la primera lectura nos habla de ese lamento de Dios, que esperaba una respuesta  y actitud del hombre más humano y más cariñoso por parte del pueblo judío al plan de Dios, ese pueblo que era su viña y que en vez de dar uvas dulces le da uvas amargas.
El Apóstol nos invita a sacar todo lo bueno que hay en nosotros mismos para que sea la ofrenda agradable que podamos presentarle a Dios, toda esa bondad que Él quiere del hombre creado a su imagen y semejanza tiene que manifestarse en la Comunidad cristiana para que así vuelva a Él como ofrenda. En el Sacramento de la Eucaristía tenemos que completar la fuerza de este Sacramento con nuestra entrega, con nuestro corazón, con nuestro ser ofrecido a Dios con sincero corazón para que su acción amorosa esté siempre con nosotros, no podemos estar constantemente pidiendo a Dios por nosotros si no somos capaces de ofrecerle a Él todo lo bueno, lo agradable, lo bondadoso que está latente en nuestro corazón, Él da si tu das, si nosotros damos.

El tema de la lectura del Evangelio, parecido al de la primera lectura nos indica que "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente" y nos interroga: ¿Es realmente para nosotros el Señor el centro de nuestra vida?, ¿estamos dispuestos a renunciar a tantas cosas para poder adherirnos a Él? O le tenemos como “poderoso” que puede solucionar nuestros problemas y sacarnos de nuestros males. Si momos del Señor tenemos que serlo con todas las consecuencias y si somos hijos de la Iglesia tendremos que ser responsables en nuestra vida y aceptar lo que eso conlleva, de lo contrario a nosotros los cristianos nos puede pasar lo que le pasó al pueblo ELEGIDO por Dios, que Dios le quitó la herencia para dárselo a otro pueblo, a nosotros.

1 comentario:

  1. Nuestra alegría no es solamente porque hoy es el día de San Francisco de Asís y es tu Santo; también estoy feliz por el Señor que se nos ha revelado , porque se nos hace presente en tantas personas y, de tantas maneras para invitarnos siempre a participar del Reino de los Cielos.Un abrazo muy cordial. MªJosé Bermúdez

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