sábado, 6 de enero de 2018

DOMINGO DEL BAUTISMO DEL SEÑOR: Ciclo B.


“UN MESÍAS QUE SE VACÍA PARA DARNOS VIDA PLENA”

“Tú eres mi Hijo, mi preferido, a quien amo”, son las palabras que resuenan en nosotros en este día, que parece que nos han arrancado de cuajo las fiestas de Navidad con esta fiesta del Bautismo, cuando contemplamos a Jesús ya con treinta años.

Juan no hace otra cosa que anunciar lo ya anunciado por los Profetas, muy concretamente por Isaías, que hoy escucharemos en la primera lectura, cuando nos anima a fijarnos, a poner todos los sentidos en el “enviado por Dios para ser el Salvador del mundo”.

Si nos quedáramos aunque solamente fuera con la primera lectura ya habríamos sacado “tema” de meditación para largo tiempo pues comienza diciendo que fijemos nuestra mirada en el Siervo, y ¿quién es este siervo?, nos dejó claramente estas palabras: “No he venido a ser servido, he venido a servir”. Él es pues el siervo en quien nosotros tenemos que fijarnos, es nuestro modelo de vida, nuestro ejemplo a seguir, nuestro orgullo y nuestra meta, Él y solamente Él.

Este Siervo vino en silencio en la fría noche de la Navidad. Sin hacer ruido, sin gritar, sin imposiciones fue anunciando un Evangelio no de conversión, como el de Juan el Bautista, su anuncio era más bien una nueva forma de vivir, de ver la vida con otro color, de hacer las cosas con otro sentido, de amar, pero amar hasta el límite, por encima de todo, por encima de intereses, de perjuicios, de enemistades, un amor que todo lo abarca, lo invade, lo penetra, un amor que te lleva quizás a la muerte y te entregas a ella con alegría pues sabes que mueres por amor como nos dejó escrito nuestro Maestro y como Él murió por todos y cada uno de nosotros.

Este cambio se puede dar en nosotros gracias a que siguiendo al Profeta Isaías el Señor nos ha llamado con justicia, nos ha tomado de la mano, luego no estamos solos, no caminamos el camino de nuestra vida en soledad, por muy tristes y solos que nos encontremos, si miramos bien dentro encontraremos que seguimos tomados de su mano.

Y por último el Profeta nos da la clave de la MISIÓN A LA QUE HEMOS SIDO LLAMADOS: No es otra que hacer lo que el hacía, Ser ALIANZA, vivir en unidad, luchar por la unidad, todo el que divide es del diablo, el que es de Dios busca siempre la unidad; nos llama a ser LUZ DE LAS NACIONES, para vencer la oscuridad, para que esta no reine, para que el mal no se expanda, para que seamos antorchar o estrellas que guíen, que den seguridad, alegría, verdad, contra tanta mentira, tanto odio y tanta violencia que tiene nuestro mundo.

Así podremos ser útiles ante tantos hermanos que viven en cautiverio, aprisionados por la fuerza del mal, encadenados por el odio, y que ansían la libertad verdadera que no es otra que la que nos ofrece Dios.

Por último, hermanos no olvidemos que nuestra aventura de cristianos comenzó el día de nuestro bautizo, no desperdiciemos tanta GRACIA que DIOS ha depositado en cada uno de nosotros, no echemos en saco roto lo que con tanto sacrificio Jesús nos legó para que seamos en verdad felices y viviendo esa felicidad que de Él procede alcancemos la VIDA ETERNA.

Que paséis un feliz Domingo, día del Señor, que vuestros corazones estén repletos de la paz del Señor.


Fr. Francisco García, O.P. 

1 comentario:

  1. Con el bautismo comienza una nueva etapa en la vida de Jesús. Quada lejos su infancia; su huida a Egipto, su vida sencilla en Nazaret que sólo la podemos intuir por algunas pequeñas referencias.
    Lo primero que hace es ir a buscar a Juan el Bautista que estaba anunciando la llegada de Alguien muy poderoso que bautizaria con el Espíritu Santo.Al recibir el bautismo de agua se produce una manifestación divina. El cielo se abrió...; se abre la frontera entre el mundo divino y el mundo terrenal Y Jesús es el responsable porque, aunque es un Hombre que vive entre los hombres, está lleno del Espíritu Santo. La voz del cielo revela su identidad y la misión de Jesús: Es el hijo de Dios y baja como Siervo del Señor, porque la voz del cielo evoca los cantos del Siervo que leíamos en el libro de Isaías. Él tomará sobre Sí los pecados del mundo. Y busca entre los hombres trabajadores, sencillos de costumbres para que le ayuden en su misión salvadora. Los Apóstoles fueron generosos ante la llamada de Dios. Pedro, Andrés, Juan y Santiago, ya conocían a Jesús pero respondieron a la llamada sin condiciones, sin reservas, sin cálculos. Jesús sigue buscabdo, nos necesita a todos y, muchos le responden con una entrega total en un celibato apostólico y Cristo será el centro de sus vidas. En medio de nuestro trabajo, de nuestros quehaceres, nos invita Jesús a seguirle para ponerlo en el centro de la propia existencia , para servirle en la tarea de evangelizar el mundo.. Desde el momentoen que nos atrevemos a poner a Cristo como centro de nuestra vida todo lo que hagamos quedará afectado por esa decisión. A partir de ahí, todo lo que hagamos nos sirve para nuestra santificación. Nuestro trabajo, realizado en la Presencia del Señor es oración...Cuando guiso, cuando plancho, cuando limpio la casa, si lo hago bien, lo estoy convirtiendo en una oración muy grata a Dios.¡ALABADO SEA DIOOS!

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