sábado, 13 de enero de 2018

SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO DEL CICLO B


“VENID Y VEREIS”

El tema de este segundo domingo del tiempo ordinario, después de celebrar el pasado el Bautismo del Señor, es, y no podría ser de otra manera el domingo de la LLAMADA. En la primera lectura nos introduce al Evangelio con la llamada de Samuel, el Profeta. Y nos “marca” la actitud o respuesta que el viejo Elí enseña al joven Samuel cuando el Señor es el que llama: “Habla, Señor, que tu siervo te escucha”.
Esa actitud ha de ser la nuestra ante el Señor, primero actitud de PERMANENCIA, estamos con el Señor, somos de él, nos familiarizamos con él. En segundo lugar de ESCUCHA, COMO Eliseo estamos atentos a la VOZ DEL SEÑOR. Dios no es mudo, ni sordo ni está alejado, Dios siempre se ha querido acercar al HOMBRE, comunicarse con él, decirnos muchas cosas, pero él no está en el ruido, en el terremoto, en el huracán, está en el susurro, en el silencio, en el murmullo y tenemos que estar muy avispados si de verdad queremos escucharle, si ciertamente estamos interesados en dialogar con él y él con nosotros.
Por último no es estar con la disposición de buscar al Señor, es estar con la convicción que estamos aquí para “Hacer su voluntad”, es la enseñanza de Elí a su jovencito discípulo, que en esta semana hemos escuchado en las misas su historia y hoy volvemos a escuchar para aprender de él a tener actitud de pertenencia y escucha.

San Pablo a los Corintios nos habla de lo maravilloso que es a los ojos de Dios nuestro cuerpo, y por tanto, lo nocivo que nos resulta el pecado, pero de entre todos los pecados el que más nos daña este cuerpo que es TEMPLO DE DIOS Y MORADA DE SU ESPÍRITU es la fornicación.
Por eso tenemos que esforzarnos en permanecer puros ante Dios que todo lo ve y todo lo sabe, no por apariencias, por quedar bien con los otros, lo hacemos como regalo, como sacrificio ofrecido a Dios.
En el Evangelio de San Juan se nos vuelve a repetir el tema de la llamada del Señor. Pero para sentir esta llamada tiene que haber un reconocimiento, y en el Evangelio es Juan quien reconoce al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y lo manifiesta, de modo de que quien escuchan esta manifestación de Juan siguen al Señor, sienten su llamada.

¿No sientes curiosidad por Jesús? VENIZ Y VERÉIS. Él está constantemente llamando a la vida, a la paz, a la ilusión, al servicio de los demás en distintos puestos de trabajo o profesiones y al servicio de Dios en la vocación religiosa y sacerdotal, solamente nos queda venid a Él y VER con los ojos de la fe, del corazón, del amor y crear espacios en nuestra vida de pertenencia. No somos de nosotros, no nos mandamos, pertenecemos a alguien que es muy superior a nosotros, a nuestro Dios y creador, a Él tenemos que escuchar, servir, amar y obedecer. Que seamos fieles a su Palabra que las Sagradas Escrituras nos anuncia y sobre todo a la Palabra encarnada, hecha hombre nacida de María Virgen y que vino para mostrarnos al Padre, enviarnos al Espíritu Santo y quedarse con nosotros en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía.

Que paséis un feliz Domingo, día del Señor.

Fr. Francisco García, O.P.

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