miércoles, 17 de enero de 2018

YO: SACERDOTE:


La obra del sacerdote es la obra de Jesús, quien quiere destruir a un sacerdote quiere destruir a Jesucristo, a su obra; todo lo que yo como sacerdote que soy hago lo hago como obra de Jesús. Yo no me puedo dividir, una parte de mi es sacerdote, otra parte es laica, no. Soy por entero desde la ordenación sacerdotal, por la Unción, por la imposición de las manos del Obispo consagrante y del Presbiterio, del Señor.  Todas mis obras están encaminadas a la MISIÓN que Él que me llamó,  me encomendó al Servicio de la Palabra del Evangelio y a la celebración de LOS SACRAMENTOS, principalmente, siendo más sacerdote que nunca, cuando celebro el Santo Sacrificio de la Santa Misa.

Por eso ten mucho cuidado a la hora de hablar con demasiada ligereza de un sacerdote, de un obispo o del mismo Papa, todos somos “un cristo en la tierra”, pero el consagrado lo es por derecho propio de aquel  que lo llamó Él mismo para su servicio, para ser él, para la Misión. Y por desgracia en estos días ya ni siquiera se respeta al Papa, cada cual juzga, compara con el anterior, critica, insulta, calumnia, difama… si esto hacen con el Papa que no harán con los Obispos, Presbíteros, Diáconos, Religiosos, Religiosas…


Que no nos falte nunca el juicio, no el de juzgar a otros, que eso le corresponde a Dios, el sano juicio para no malograr la vida por culpa de una lengua demasiado ligera. El que tenga oídos que oiga.

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