Imagen del Dulce Nombre de Jesús, de la Iglesia de Santo Domingo de Granada, atribuida a Torcuato Ruíz del Peral (1706-1773) |
La devoción al Dulce Nombre de
Jesús en Andalucía (en Archidona concretamente) podría datarse perfectamente en el año de 1547, puesto que
ya para entonces era norma obligada en la Regla de los Dominicos, según Bula de Gregorio X
dada en el año 1274 el II Concilio de Lyón, que les obligaba a tenerle una
especial veneración y a levantarle en cada uno de sus conventos una Capilla
para su Culto.
S.S.Pío IV (1559-1565) una vez
finalizado el Concilio de Trento, publicó la Bula "Iniuctum Nobis" fechada el 13 de
abril de 1564, mediante la que autorizó y puso bajo su protección a todas las
cofradías del Dulce Nombre, aprobando sus constituciones y pasando a ser
Pontificias Archicofradías del Dulce Nombre de Jesús.
S.S. Pío V (1566-1572) mediante la Bula “Decet Romanum
Pontificem” fechada el 21 de junio de 1571, confirmó y autorizó la creación e
institución de estas cofradías "en la Iglesia Universal,
a la religión de la Orden
de Santo Domingo".
S.S. Gregorio XIII (1572-1585)
confirmó sus privilegios, e instituyó la fiesta del Santo Rosario, cuya devoción
ya habían predicado los Dominicos.
Al comenzar el pontificado de S.S.
Sixto V (1585-1590) y con fecha de 20 de junio de 1586, una cédula dada en Roma
facultaba al Dominico P. Alejandro Revi del Convento de la Orden de Predicadores de
Archidona para la fundación de varias Cofradías de ese nombre, entre ellas la Cofradía del Dulce Nombre
de Jesús de la vecina ciudad de Antequera. ("Efemérides Históricas de
Málaga y su Provincia" de Díaz Escobar y Díaz Serrano).
Imagen del Dulce Nombre de Jesús de la Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Málaga, talla de Juan Vega, de hace unos años. |
Hace ya mucho tiempo, siglos,
el Papa dio a nuestra Orden la devoción al Dulce Nombre de Jesús, que desde la
Archicofradía se venera en todo el mundo, allí por donde la Orden ha pasado, con un
propósito: Orar para contrarrestar el daño que hace a nuestro mundo las
blasfemias contra el nombre de Dios. Hoy tenemos que añadir también las
mentiras y leyenda negra contra la Santa Madre Iglesia, que aunque como hombres que
somos no estamos exentos de pecados y de escándalos, los que así actúan nunca
opacarán a la inmensa mayoría de fieles cristianos que relucen por su santidad
de vida, por su entrega a Dios y a la Iglesia y por su amor y dedicación a un trabajo
constante por el bien social, como Santa Isabel, Reina de Hungría, cuya fiesta
hoy celebramos. Una cosa será el socialismo, pero otra muy distinta es el
trabajo social que la Iglesia
siempre ha desarrollado y sigue en nuestros días por medio de Manos Unidas, Caritas,
Vera Paz y tantas ONGs que tiene por todo el mundo, dependientes de diversas
Ordenes y Congregaciones Religiosas, y por el trabajo fiel y solidarios de
miles y miles de Parroquias, con sus comedores sociales, y su amor a esta pobre
humanidad.
¡Dulce Nombre de Jesús,
perdona y protege a los que te aman y a los que te odian en este mundo!
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