martes, 8 de abril de 2014

SEMANA DE PASIÓN:



Estamos en la semana de Pasión, las lecturas del Oficio de esta mañana, lo mismo que las de la Misa nos recuerdan el poder de la Pasión del Señor. Nos dice San León Magno, Papa, en sus sermones: ”Que nuestra alma iluminada por el Espíritu de verdad reciba con puro y libre corazón la gloria de la Cruz que irradia por cielo y tierra, y trate de penetrar interiormente lo que el Señor quiso significar cuando, hablando de la pasión cercana, dijo: Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Y más adelante: Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré? Padre líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora, Padre, glorifica a tu Hijo”


Preparémonos a celebrar la Pasión del Señor con sumo fervor, recordando que de ese leño de la CRUZ procede la salvación de la humanidad, que no pasemos por alto tan grande sacrificio de Jesús, la fuerza de su amor redentor, el amor a los hombres, que con la Pasión, muerte y resurrección borra los pecados de los hombres para hacernos retornar a su gracia divina. Un corazón contrito y arrepentido nunca lo desprecia Dios. O como dice el Papa Francisco con tanta insistencia: “Dios no se cansa nunca de perdonar”, no nos cansemos ni dejemos para más adelante –a ver si ese más adelante no nos da tiempo a encontrar- el arrepentimiento y el confesar nuestros pecados. Ahora es el tiempo propicio. Ahora es el tiempo de la Misericordia.

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