sábado, 14 de noviembre de 2015

Anoche, después de ver las noticias de la tele, sobre las 2:30 de la madrugada, escribía yo:


LO QUE MÁS SE TEMÍA HA SUCEDIDO:
Además de la nefasta organización terrorista al planificar siete atentados a la vez en el centro de París, -uno de ellos en el campo de fútbol donde jugaban las selecciones de Francia y Alemania y arbitraba un trío español- cosa que demuestra la mala intención y el deseo de hacer el mayor daño posible y matar el mayor número de personas...
El infierno si existe, y se ha manifestado esta noche en París, y concretamente en la Discoteca Batacán, cuando se han hecho realidad los peores auspicios al inmolarse los terroristas y acabar con la vida de las aproximadamente cien personas que allí se encontraban, que me imagino eran gente joven, y que el fanatismo religioso ha segado sus vidas como campesino que pasa el dalle y corta la hierba.
Cuando ha entrado la policía ha encontrado un campo de sangre y desolación.
Son casi las 2:30 de la mañana e imposible poder dormir con este dolor, esta impotencia, este malestar ya que lo que ahí ha sucedido puede suceder aquí y en todas partes, estamos en un mundo de locos, de descerebrados, de fanáticos sin principios, sin valores, sin vida. Muertos que matan, muertos que no viven sumergidos en sus odios y que no quieren dejar vivir a los demás.
Desde estas pobres líneas suplico una oración por el eterno descanso de los fallecidos y por los heridos, los traumatizados, los asustados, los afligidos, los desesperados que seguramente son muchos, pues hay heridas que no se dejan ver pero que duelen y duelen mucho. Y otra oración por la PAZ en el MUNDO. Tenemos derecho a vivir en paz.

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