sábado, 21 de abril de 2012

¿TIEMPO DE LÁGRIMAS?:


Nos adentramos en el mes de Mayo, es un mes cargado, en primer lugar por las bodas, que retornan con fuerza, por la salida de la Virgen del Rosario al centro del Barrio perchelero, a la Plaza de Doña Trinidad, donde como todos los años celebraremos la Eucaristía el sábado día 5 de Mayo, saliendo de Santo Domingo a las 18:30 horas para festejar y recordar el día de la Rosa, festejo que mirando a tiempos pasados tenemos constancia que sobre el 1540 ya se celebraba esta fiesta en Málaga. Revivimos la historia y de ella aprendemos a tener tesón y esperanza.
El día 8 que es martes tenemos dentro de la Misa otra gran celebración, que es hermosa y llena de vida, la Unción comunitaria de los enfermos, de las personas mayores, de aquellos que creen tener algún riesgo grave o una pronta operación, es una fiesta de alegría, no de derrota, o de cara al final, es una fiesta de la Misericordia Divina, de la confianza en el Señor, de saber llegados a una edad (la edad de las sorpresas) saber ponernos en las manos de Dios y confiar en el, sin tener que renunciar al natural apego a este mundo, pero sabiendo que avanzamos hacia la eternidad. Terminada la celebración religiosa en la sacristía o en el Salón de la Parroquia el Grupo de Pastoral de Santo Domingo organiza otra celebración para compartir y degustar la cantidad de cosas ricas que preparan.
Luego está también en este mes las primeras comuniones, día de ilusión para los niños de la catequesis, para las catequistas y para el párroco.
Pero hay más celebraciones. Yo celebro el 17 de Mayo el 25 aniversario de mi ordenación de Presbítero, pero por caer en semana la Comunidad quiere pasar esta celebración al próximo domingo, quizás a la misa de las 12, eso está en manos de una comisión que lógicamente a mi no me dicen nada. Pero que espero sea algo parecido a esto que os estoy contando.
Es también el mes de la despedida, a falta de hablar con el Sr. Obispo de la Ciudad sigo en la idea que la Parroquia la entregaré entrando en el mes de Junio, a primeros, para quedar yo libre y organizar mi vida en la medida que me dejen organizar algo a mí. Digo lo de tiempo de lágrimas pues es natural que una despedida da pena, uno se encariña, pero a la larga descubrirá la feligresía que es un don y un bien para la Parroquia, Uno después de 5 años predicando todos los días en las misas me tienen que saber hasta dónde están los acentos, el cambio siempre es bueno, renueva las ideas y estoy seguro que aquel que me sustituya hará las cosas mejor que lo que lo he hecho yo, pues en definitiva no es Pachi ni  Pablo, ni Apolo el que actúa, es el Señor, y El es eterno y está en todos.

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