sábado, 29 de septiembre de 2012

DEL EVANGELIO DE ESTE DOMINGO





LA RIQUEZA DE LA PALABRA:

Cada semana esta Palabra de Dios nos llena de su riqueza y nos da sabiduría para entender la vida y comprender a los demás de otra manera, al estilo de Jesús.
En estos días me han invitado a participar en una “pelea” entre creyentes y ateos en Facebook, en la que no he querido tomar parte, ya que considero que no sirve para nada. El que es creyente ha de intentar atraer a todos a la fe, pero no con argumentos más o menos buenos, sino con buenas acciones.
Por desgracia conozco personas creyentes que son o han sido un desastre como seres humanos, líderes políticos de comunión diaria que han masacrado pueblos con su tiranía, y conozco personas ateas que dan su vida por amor y por la dignidad de la persona humana, principalmente por los pobres y abandonados.
Por lo tanto uno puede preguntarse ¿Quién tiene la fe verdadera?, no, no se trata de discursos sino de acciones. Por las teorías no se donde se pueda llegar, pero por las acciones, si se llega a los más pobres, se está llegando a ese rostro velado pero sin duda rostro de Dios en cada pobre, en cada desechado de la humanidad, rostros de niños, de jóvenes, de hombres y mujeres, de ancianos despreciado por los poderosos.
Por eso en la Palabra de este domingo el Señor nos advierte que no hay una exclusiva dentro de la Iglesia para manifestar a Dios y darlo a conocer, que otras personas de otras creencias, de diversas culturas e incluso declarados no creyentes pueden hacer esos milagros tan necesarios hoy en día como es multiplicar panes y peces y llevar socorro al necesitado, en resumen llevar el mensaje de Jesús con sus acciones.
Por otra parte El Evangelio nos llama a tomarnos la vida de cristianos más en serio, mucho más radicalmente cuando nos dice eso de si tu mano o tu pie o tu ojo te hace pecar…. Nos dice que tenemos que  ver la vida y caminar por la vida y actuar en la vida con otros píes, otras manos y otra mirada más certera, más evangélica, más al estilo de Jesús.

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