jueves, 11 de diciembre de 2014

DOMINGO III DE ADVIENTO. CICLO B.



Profeta Isaías.


 

“Estad siempre alegres… No apaguéis el Espíritu…”



Lectura del libro de Isaías 61, 1-2a. 10-11

El Espíritu del Señor está sobre mí, 
porque el Señor me ha ungido.
 
Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren,
 
para vendar los corazones desgarrados,
 
para proclamar la amnistía a los cautivos,
 
y a los prisioneros la libertad,
 
para proclamar el año de gracia del Señor.
 
Desbordo de gozo con el Señor,
 
y me alegro con mi Dios:
 
porque me ha vestido un traje de gala
 
y me ha envuelto en un manto de triunfo,
 
como novio que se pone la corona,
 
o novia que se adorna con sus joyas.
 
Como el suelo echa sus brotes,
 
como un jardín hace brotar sus semillas,
 
así el Señor hará brotar la justicia
 
y los himnos ante todos los pueblos.
 


Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5, 16-24
Hermanos:
Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros.
No apaguéis el espíritu, no despreciéis el don de profecía; sino examinadlo todo, quedándoos con lo bueno.
Guardaos de toda forma de maldad. Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.
El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.

Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 6-8. 19-28

Surgió un hombre enviado por Dios,
que se llamaba Juan:
éste venía como testigo,
para dar testimonio de la luz, 
para que por él todos vinieran a la fe. 
No era él la luz, 
sino testigo de la luz.
Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran:
– «¿Tú quién eres?»
Él confesó sin reservas:
– «Yo no soy el Mesías.»
Le preguntaron:
– «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?»
El dijo:
– «No lo soy.»
– «¿Eres tú el Profeta?»
Respondió:
– «No.»
Y le dijeron:
– «¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?»
Él contestó:
– «Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías.»
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:
– «Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan les respondió:
– «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.»
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.
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Juan el Bautista.

FR. FRANCISCO E. GARCÍA, O.P. – COMENTARIO:

Una llamada a la Alegría, de hecho el Evangelio en siempre la “Alegre Noticia de Jesús a los Hombres”, una noticia que nos habla de salvación, de opción fundamental por parte de Dios por el HOMBRE, de confianza, de amor, gran amor de un Dios que está siempre en camino hacia el corazón del hombre, hacia su Pueblo elegido, hacia su Iglesia.

Pero esta actitud de Dios para con nosotros requiere una respuesta de las mismas características, también nosotros tenemos que estar siempre en camino hacia el Señor, Él no nos quiere paraos, quietos, aguardando, no, tenemos que estar siempre activos, siempre en acción pues no caminamos solos, el Espíritu del Señor está también sobre nosotros y actúa en nosotros para llevar la salvación, somos los enviados del Señor, nos envía para trasmitir su paz, su amor, sus inquietudes, su deseo de perdonar al que falla, mostrar amor al abandonado, consolar al triste, llevar esperanza al que la vida le ha hecho perderla, esa MISIÖN que asumió Jesús y anunció con estas mismas palabras del libro de Isaías es ahora nuestra MISION, tenemos que ser cada uno un Cristo anunciando al mundo la nueva buena, la noticia eterna, la Salvación del hombre. Dios no quiete una humanidad condenada al fracaso y poseída por el mal, quiere una humanidad redimida, radiante, gozosa, esperanzada, pues él es el salvador del mundo, el que está en camino y viene a salvarnos, ¿cual ha de ser entonces nuestra actitud?.

La segunda lectura nos da el toque que marca este tercer domingo, un toque de “alegría” y es que no es para menos, Dios viene, y ese encuentro merece la pena vivirlo y celebrarlo con un corazón alegre. Pero una alegría basada en Dios, no una alegría como las que viven los que solamente están apegados al mundo. Llegan las navidades, todo es luz, colorido, fiesta, alegría, gozo, regalos, comidas, es más que una fiesta, son las fiestas de la Navidad, pero estas fiestas del mundo tienen un vacío, un pego, una ausencia, les falta el ingrediente más importante, les falta Cristo. ¿Se puede celebrar el cumpleaños de Jesús sin Jesús?, no tiene sentido, por so las Navidades no tienen sentido para una parte muy grande de nuestra sociedad, y no tienen sentido por querer celebrarlas sin Jesús, sin Él no hay auténtica celebración, no hay Navidad.

Al igual que Juan cada uno de nosotros tenemos que ser TESTIGOS DE LA LUZ,  ¿tu eres testigo de la luz?. La pregunta clave que le hacen a Juan, Juan nos la hace a cada uno de nosotros: ¿Quién eres?, realmente ¿gritas en el desierto de nuestro mundo? O eres de los que permanecen mudos ante las situaciones de injusticia, de apatía ante el sufrimiento humano, ante el desvío de tanto corazón que se pierde por falta de luz, luz, luz, tenemos que ser trasmisores de esta LUZ que es Cristo, para aniquilar las tinieblas, para conducir al mundo por la sendas, a veces complicadas de la vida, pero que conducen al encuentro con el Dios del amor y de la misericordia. Hemos sido afortunados, no recibimos el simple bautismo de agua en el Jordán que hacía Juan, hemos sido bautizados con agua u Espíritu Santo como el mismo Juan anunció que pasaría cuando llegase el Hijo de Dios.

No podemos cargar en cestas de mimbre el agua de la Salvación, pues la perderíamos por el camino, tampoco podemos hacerlo en sacos rotos, tenemos que ser nosotros ese recipiente que vacío de todo lo que no es útil ni beneficioso para nuestra Vida plena se deje llenar de la Gracia de Dios, de la fuerza de su Espíritu Santo para que seamos hombres y mujeres que aportemos salvación al mundo, que seamos parte de la Luz y no tiniebla, que seamos otros CRISTOS en este mundo del siglo XXI tan necesitados de la VERDAD del Evangelio de Jesús.

1 comentario:

  1. Padre Pachi; Si viene Dios, el mundo se estremece de alegría; y yo me vuelvo loca de alegría, porque , Dios me ama a mí en Jesucristo, me llama por mi nombre; me perdona , me cura, me salva de mi miseria y sin sentido. Viene a llenarme de Paz y de Amor. Viene a regalarme fermento y semilla. Viene a vestirme de Dios.
    Que Dios te lo pague, tus Reflexiones le hacen bien a mi alma.Un abrazo. Mªjosé.

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