jueves, 25 de junio de 2015

Ayer, 25 de Junio.





Celebrábamos el cumpleaños 845  de nuestro Padre y fundador, SANTO DOMINGO DE GUZMÁN. VIVE en nosotros, con nosotros y por nosotros, no se ha ido, “desde el cielo os seré de más utilidad” nos dijo antes de morir. Y es que hay personas que nunca mueren, están siempre presentes, se dieron tanto que permanecen para siempre.
El año que viene, 2016, se cumplirán los 800 años de la FUNDACIÓN DE LA ORDEN DE LOS PREDICADORES. En su inicio como sacerdote fue solo un sueño, parecía un sueño imposible, gracias a su ímpetu, confianza en el Señor, tesón, confianza en los otros y tantas otras virtudes lo pudo ver como una realidad muy pronto, y no solamente lo vio como realidad, pudo ver sus frutos, vio el crecimiento de la Orden por toda Europa, vio a esos jóvenes preparados en las mejores Universidades de Europa abrazar su hábito, su carisma, su ilusión y hacerla ilusión de ellos para ser evangelizadores y discípulos del Señor.
800 años en el 2016, una gran fecha la fundación de la Orden  el día 22 de Diciembre de 1216 aprobada por el Papa Honorio III.
Preparémonos interiormente –es el mejor camino- para poder exteriorizar luego nuestro jubileo y nuestro gozo por tan gran acontecimiento. Sepamos estar más cerca que nunca de nuestro amado Padre fundador para caminar siguiendo sus propios pasos y no los nuestros, es él quien ha dado ánimo y compañía a la Orden en estos casi 800 años, la fuerza del Espíritu Santo nos ha asistido gracias a su legado, seguir e imitar su personalidad es ya todo un mérito, un camino, una vocación. Que no nos sintamos envejecidos por tener 800 años, ni cansados, y mucho menos faltos de ilusión y de esperanza. Que aunque en algunas zonas de Europa pesemos por tiempos de crisis la Orden está joven, viva, animada, y se rejuvenece con tantos jóvenes llenos de AMOR, ILUSIÓN y ESPERANZA aquí y en todo el mundo, dispuestos no a dar el todo por el todo, están dispuestos a DARSE TOTALMENTE Y SIN RESERVAS por el gran legado que nuestro Padre fundador nos ha dejado. La clave de ese legado está en CONTEMPLAR PARA DAR EL FRUTO DE LO CONTEMPLADO. Si no leemos y releemos la Palabra de Dios, si no meditamos esta Divina Palabra, si no conocemos a Cristo el Señor ¿cómo podremos darlo a conocer a los demás?, Eso, contemplad para sé poder dar desde la VIDA y la predicación el fruto de lo contemplado.

Aunque este mensaje no llegó ayer, -no pude entrar en Internet en todo el día- hoy nos sea de utilidad para agradecer a Dios el don de la VIDA siempre FECUNDA de nuestro PADRE Santo Domingo de Guzmán.

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