domingo, 26 de agosto de 2012

¿Dónde iremos, Señor? Sólo tu tienes Palabras de VIDA ETERNA.

Sólo tu tienes Palabras de Vida Eterna


Hoy la segunda lectura de la misa nos habla de un tema que muchos entienden anticuado por no decir erróneo, “La mujer que se “someta” a su marido como al Señor y el marido que “ame” a su mujer.
Ese sometimiento no indica una superioridad ya que el núcleo de la unión no está en ningún tipo de sometimiento sino en el amor, en un amor libre pero un amor entregado y tantas veces cargado de sacrificios. Si este amor es para toda la vida sí que precisa ser sometido, no el amor, sino la voluntad, ya que esta en tantas ocasiones nos llevaría por caminos egoístas y particulares, que en la vida de familia no puede ser así, se someten tantas cosas en los hijos que aman a sus padres, tantas voluntades, tantos deseos, se someten igualmente tantas acciones que quisieran realizar los padres, las madres, los hijos… es un sacrificarse, un donarse por el bien de la pareja, por el bien de la familia. Sí, todos se tienen que “someter” por una idea plena: El amor de la Familia.
Si no se da este sometimiento a ese “yo” de cada uno, la vida matrimonial sería un fiasco.
En cuanto al Evangelio vemos que el anuncio de la Nueva Vida en Jesús no es tan fácil, no es un campo de rosas, o bien si las hay, y sí las hay, están cargadas de espinas.
Ya no es el entender o no entender eso de “comer mi Cuerpo y beber mi Sangre”. Es el Evangelio entero, es el tener coraje para seguir a Jesús con todas las consecuencias, es el arriesgar tantas comodidades de la vida por una causa noble, grandiosa, total.
Quienes descubren a este Jesús se dan cuenta de que merece la pena renunciar a todo si es necesario por Él y por su Reino, o como diría el otro no merece la pena, merece la ALEGRÍA.
En definitiva si ponemos sobre la mesa la multitud de posibilidades que la vida nos presenta, los posibles caminos que el mundo nos ofrece, o el mismo “enemigo” sentiremos una angustia total que nos llevará a hacernos esta pregunta: ¿A dónde ir Señor fuera de ti? Sólo tú das pleno sentido a nuestras vidas, sólo contigo nuestra vida transciende, pasa de esta simple mortalidad para llegar a la inmortalidad que tu nos ofreces en tu Reino.


En este dificil camino del Evangelio no tengais miedo, acercaros a Ella, la Madre del Cielo, que de su mano llegamos seguros al Hijo, a Jesús.

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