miércoles, 12 de marzo de 2014

CHARLA CUARESMAL (Para la Hermandad de la Santa Cena Sacramental y nuestra Madre de la Victoria.



La Cuaresma, tal como la vivimos ahora es parte de un proceso de mucho tiempo, pero que arranca principalmente sobre el año 325 y con el Concilio de Nicea. ¿Y antes?, antes no, no se celebraba nada más que el Domingo, el día del Señor. En esos primeros siglos sen mantenía muy vivo el recuerdo de la FE de las primeras Comunidades, y su estilo, principalmente su estilo, era otra cosa muy distinta a la que vivimos ahora. La Comunidad cristiana, dispersa y siempre rodeada de pueblos paganos, con cantidad de dioses, como con los romanos y griegos que tenían uno para cada cosa, vivían su fe sencilla sin grandes preocupaciones que no fuera agradar a Dios y mantener la memoria de Cristo crucificado por los pecados de la humanidad y resucitado para gloria de Dios y alegría nuestra, por eso solamente celebraban el domingo, se reunían en las casas, o en algún lugar apartado o escondido si había persecución, como en las Catacumbas romanas en tiempos de la gran persecución, y se esmeraban en vivir la vida basada en el amor, principalmente en el amor, ¡hay que ver como se aman¡ decían de ellos los paganos.
Los Apóstoles fueron dejando sucesores por todas las regiones donde habían Cristianos, y estos sucesores escogían a líderes cristianos que eran amados y estimados por su conocimiento de la TRANSMISIÓN ESCRITA Y ORAL del Maestro y les imponían las manos, y así ordenaban presbíteros o diáconos según la necesidad del pueblo, escogiendo hombres célibes o casados  indiferentemente, de buena reputación ellos y sus esposas e hijos que mantuvieran encendida siempre la llama de la Fe recibida.
Con el crecimiento del número de los Cristianos, y al hacerse común en las distintas Comunidades Cristianas, una vez que en el Concilio de Nicea fijaran  se celebrara la fecha de la Pascua –que antes no se celebraba- para el domingo siguiente al plenilunio de Primavera (por esta razón la cuaresma y Semana Santa no cae todos los años en la misma fecha), acostumbró la Iglesia a bautizar a los nuevos convertidos en esta fiesta de la Pascua, y vio la necesidad de imponer un tiempo de preparación para los nuevos aspirantes a Cristianos (Catecumenado de adultos) de 40 días, Esta preparación, que acompañaba toda la Comunidad Cristiana, y las costumbres penitenciales, es decir, la confesión, que tampoco era como ahora la celebramos nosotros dio origen a la práctica de la Cuaresma.

¿Qué es para nosotros la Cuaresma?:

Es un camino, caminamos hacia la Pascua, La Pascua es la FIESTA, la Vigilia Pascual es como la fiesta de las fiestas, la madre de todos los domingos del año, por decirlo de alguna manera, en este camino de preparación cada Cristiano celebra todos los Misterios de la Redención de Cristo: su entrega, traicionado por los suyos, vendido por un puñado de monedas por uno de sus Apóstoles, abandonado por casi todos, entregado al populacho, condenado a muerte por el Imperio Romano, crucificado, muerto en la cruz y resucitando para nuestra salvación.

Nosotros en este tiempo de camino que es la Cuaresma y su meta que en la cincuentena Pascual, intentamos por medio de la práctica cuaresmal en poner más atención de la que ponemos durante el tiempo ordinario de cada año en asimilar el Misterio de Cristo, Misterio de Salvación para nosotros. Pero hemos de ser conscientes de que este CAMINO, siempre con la cruz, siempre subida hacia el Calvario, no es un camino en soledad. La Comunidad está unida, tenemos que estar todos unidos y la Comunidad unida a Cristo. Cristo camina con nosotros el camino de la Cuaresma. Por eso tenemos que tener unas ciertas actitudes que nos hagan mejores cristianos, y más que mejores cristianos que seamos en nuestro obrar otros Cristos presentes en nosotros en nuestro tiempo, para traer luz a este mundo de oscuridad.

Para lograr esto “arrancamos” con la imposición de la ceniza. Esta imposición es una llamada a la toma de conciencia de lo caduca que es nuestra existencia: “Recuerda que eres polvo y  en polvo te has de convertir”. También es un rechazo explícito al pecado: “Conviértete y cree en el Evangelio” esta conversión no es otra cosa que una renuncia del mal del corazón del hombre y una opción voluntaria al bien que nos ofrece el Señor en su Evangelio.
Pero si somos buenos cristianos no podemos quedarnos en vivir una vez al año un simple “signo” o señal externa, o recuerdo histórico o una simple etapa religiosa. Precisamos una auténtica SEÑAL de que queremos cambiar, de nuestro arrepentimiento, de abrazar la Gracia que Dios nos otrorga por medio de los Sacramentos de la Iglesia. Confiamos en el Señor, confiamos en la Iglesia que es MADRE y es maestra y nos enseña, pero por encima de todo confiamos en la MISERICORDIA DE DIOS NUESTRO SEÑOR.

¿Cómo hacemos este recorrido cuaresmal?

Como queda dicho es un camino de conversión, pero tenemos que valorizar la expresión “conversión, que para desgracia nuestra la tenemos desvalorizada. Jesús dice: si el grano de trigo no cae en tierra y muere queda infecundo. Por eso convertirse es dejarse uno plenamente confiado morir en Cristo para resucitar en Él. Es pues la conversión un proceso de vida-muerte-VIDA.
Una vida caduca, llena de defectos y penalidades, una entrega que conlleva sufrimiento, es una experiencia de muerte, pero muerte confiada, y una promesa de Vida Eterna, una vida para siempre con Dios y en Dios.

Cuando yo era joven y vivía en Villava (Navarra), durante los tres años hacíamos la “Javierada”, era un recorrido a píe desde Villava al Castillo de Javier, hacíamos noche en Sangüesa, allí nos quedábamos, en marzo creo que era, en la fría iglesia del pueblo, otros más afortunados en pajares con el calorcito que daban los animales y otros en portales, cada uno donde podía. Pero eran miles de personas de todos los lugares de Navarra que hacíamos este recorrido. No podía hacerse sin más, antes, durante cierto tiempo tenías que realizar unas buenas caminatas para estar en forma, y otra parte importante para poder llegar bien al Castillo de Javier era el equipo que portabas.

El equipo que el Señor nos pide portar para el viaje de la Cuaresma es: El Ayuno, la Abstinencia, la limosna. La oración y la Formación Cristiana.

El Ayuno: no es el comer menos ni por agrado a Dios ni por satisfacción nuestra, no es el ayuno del enfermo que ha de comer menos cantidad por motivos de salud, tiene que tener un dimensión social y caritativa, como menos para dar de lo mío a los demás. Me quito para no dar migajas, dar lo que me he privado.

La Abstinencia: Hoy en día aún en medio de la crisis económica estamos saturados de todo, tenemos amplitud de manjares en los supermercados que se nos meten por los ojos, y tenemos una grave necesidad, el autocontrol. Muchas veces compramos más por la vista que por la necesidad. La Abstinencia tiene que estar orientada hacia esto, a saber auto controlarnos, a saber prescindir, a tomar opciones más económicas pero también, como en el caso del ayuno, con un fin cristiano y social, de lo contrario no tiene sentido, es como la persona ricachona que llega el Viernes Santo y se escandaliza porque su criada ha comido ese día una hamburguesa, pero ella “cumplidora” mandó a su criada que le cocinara una hermosa langosta. ¿Qué puede tener este hecho que agrade a Dios?.

La Limosna: En las Sagradas Escrituras vemos que Dios mandó al pueblo Judío dar el diezmo de bienes. Es la limosna por tanto un gesto de nuestro agradecimiento a Dios de quien nos viene todo don. Y un gesto también en reconocer la dignidad de la persona humana, de que Dios está en el pobre, el afligido, el necesitado de cualquier cosa material o humana. La generosidad es una acción común en el buen cristiano. Recordar la historia de Caín y Abel, Dios bendecía a uno por ser generoso mientras que negaba los frutos de la tierra al otro por su corazón raquítico.

La Oración: Algunos me diréis, ¿por qué no la oración lo primero?, pues no, de que nos sirve orar si nos estamos cercanos al sufrimiento de nuestro prójimo, no tiene sentido el querer acercarnos en diálogo fraterno con nuestro Dios que está en el cielo si no somos capaces de estar cercanos con nuestro prójimo que está a la vuelta de la esquina. Si tenemos ante Dios solucionado todo lo que es relativo a nuestro sentido social y cristiano, entonces, sólo entonces, podemos llegar a Dios. Recuerda: “Si tienes algo contra tu hermano –y el pasar de su dolor o de su hambre ya es tener algo contra él- deja tu ofrenda y soluciona tu problema con tu hermano y luego ven y presenta tu ofrenda ante Dios”.

La Formación: Nuestra sociedad es una sociedad formada, yo diría que muy formada, hoy tenemos a personas ocupando los más bajos escalafones de los servicios públicos a personas con títulos universitarios, son muchos los que tienen oportunidades de formación social, profesional y religiosa que antes la gente no tenía. Pero, ¿Qué formación religiosa y espiritual tenemos?, algunos, quizás la mayoría se conforman como sola y única formación los tres años (que no son tres, son un día a la semana de parte de esos años) de la catequesis que recibieron cuando se prepararon para la Primera Comunión. Que tristeza, dedicar al conocimiento de Dios y a la Doctrina de la Iglesia tan poco tiempo.
Las Hermandades tienen como norma general la vivencia activa de la Formación, es una más de sus leyes, pero bien poco se practica, en definitiva, a la hora de la verdad nos damos cuenta que nadie puede amar lo que no conoce, y si no conocemos de Jesús nada más que cuatro cosas que creemos esenciales, nuestro amor a Él es raquítico. A más conocimiento más fuerza de amor por nuestra parte. Santo Tomás de Aquino, a su muerte, consideraba “paja mojada” todo su saber, siendo consciente que a más estudio sobre Dios más necesidad de estudio tenía para acercarse a Él.

Granada, 7 de Marzo de 2014.

Fr. Francisco E. García Ortega, O.P.


Nota: Corresponde este escrito a la charla de formación que di a los Hermanos de la Cena Sacramental de Granada, pero pensando que si después del trabajito de prepararla fue escuchada por una parte no muy numerosa, quizás por este medio pueda servir su lectura a otros hermanos de la Hermandad que no asistieron o no pudieron asistir, que de todo hay en la viña del Señor, o no quisieron asistir, y sí pueden leer en sus casas tranquilamente en un ratito de descanso de sus afanes cotidianos. Que sea de utilidad y más en este tiempo que estamos tan de “camino”.

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