sábado, 20 de enero de 2024

 LA CUARESMA ESTÁ A LA PUERTA:



No hace mucho que estábamos en la Navidad del Señor, pero este año parece que la liturgia da poco respiro para preparar la entrada a la CUARESMA, ciertamente no hay mucho que preparar para la gente de a píe, pero en el mundo cofrade, de las Hermandades de Semana Santa, si que apremia el tiempo para preparar tantas cosas que tienen que estar disponibles para sus dos próximos acontecimientos más inmediatos y que son los dos que constituyen su razón de ser como cofrades: los Cultos de la Hermandad y la Estación de Penitencia (Procesión).


Para ellos y para todos la Santa Cuaresma es un tiempo de gracia, un regalo de la Iglesia que nos ofrece la posibilidad de tener una digna y austera preparación para celebrar LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Y SU GLORIOSA RESURRECCIÓN. Ese es el punto, el norte, la meta, para que atisbemos y acertemos en nuestro cometido de cristianos que nos marcará el miércoles de ceniza, nos signará, nos señalará como penitentes que aguardan la Pasión y la Resurrección.


Mientras tanto gocemos este maravilloso tiempo ordinario de la liturgia para ir conociendo de mano del Evangelio la historia y la manifestación de Cristo, como obró, su actuación, su búsqueda de los discípulos, los milagros, el SENTIR de éstos milagros, la falsedad de quienes deberían tener más conocimiento, la hipocresía de los que por oficio y vocación tenían que ser más sinceros, más buenos, más comprensivos, más cercanos a Dios.



martes, 2 de enero de 2024

 LA BENDICIÓN QUE NOS TRAE EL DULCE NOMBRE DE JESÚS.



El día 3 de enero celebramos El Dulce Nombre de Jesús. Esta devoción fue entregada hace siglos por el Papa a la Orden de los Predicadores como reparación contra las blasfemias contra Jesús y su Santo Nombre.


Pobre Jesús, creo que las blasfemias son algo muy malo, pero creo que hay otras acciones que son más cotidianas y peores, la Ignorancia, el desprecio, el olvido, la ingratitud...


Terminamos de celebrar la Navidad, miles y miles, millones lo han celebrado, pero ¿cuantos lo han celebrado con Jesús?, celebramos su cumpleaños pero dejamos fuera de nuestra casa al homenajeado, ¿puede haber un contrasentido mayor que éste?.


Dulce Nombre de Jesús, bendícenos y acompáñanos en nuestras vidas para que caminemos la peregrinación de la vida de tu mano y así lleguemos a puerto seguro. 

 ¡¡¡ FELIZ AÑO 2024!!!




El Señor nos llama a la felicidad, por eso nuestro deseo de paz y felicidad para todos en el año que comienza. Pero por desgracia vemos muchos signos tan opuestos a este sincero deseo que nos tiene que hacer pensar.


La guerra en Ucrania sigue un año más, tanta desolación, tanto crimen, tanta injusticia, tantas víctimas inocentes... pasarán los años y como con otras guerras podremos preguntarnos: ¿quien ganó?, nadie, en una guerra todos pierden, solamente deja desolación, angustia, pobreza, miseria, hambre, tristeza, y sobre todo mucho llanto,


Pero la guerra en la tierra de Jesús nos muestra con más fiereza las garras del odio y del aniquilamiento del pueblo de Palestina, ¿acaso solamente mueren soldados de Israel y militantes de Jamás?, No. Mueren niños, michos, no cientos, miles. Mueren ancianos, mueren mujeres, mueren enfermos hospitalizados, mueren los inocentes.


¿Y qué pasa en el resto del mundo?, cuanta crispación causada por los políticos, por los que tenían que trabajar por todos, enfrentando a los pueblos en bandos, cuanto odio y desprecio en las Cámaras que tenían que ser el ejemplo de las naciones... No, no podemos seguir así, vamos hacia el mal, hacia lo aborrecible, hacia lo que atenta contra la verdad, la libertad, la paz, el amor fraterno, la caridad. vamos pero que muy mal.


¿Qué podemos esperar?, aguardamos la pronta aparición gozosa del Salvador, que vendrá de nuevo en Gloria y Majestad, pero mientras llegue este gran acontecimiento tenemos que luchar en la guerra contra el mal y sus secuaces. Luchar para hacer un mundo más humano, más justo, mas y mejor habitable.


¿Qué va a quedar para los niños de hoy?, ¿que esperanza tienen?, esa es la cuestión. destruir es muy fácil, pero reconstruir es un asunto casi imposible en un mundo como el nuestro. una casa, un barrio o una ciudad sí podría ser si es que hay dinero para eso pues este mundo está cada día más empobrecido, menos los magnates de las guerras que se lucran con las ventas de armamento... Pero, ¿y las vidas?, de las personas, de los animales, de la naturaleza, eso ya no tiene retorno.


Y queda lo peor, amenazan con armamento poderosísimo y capaz de acabar con este mundo... el día que esto suceda quedará, si queda algo, un resto del pueblo,


¿Que nos queda a nosotros? Orar, inclinar nuestra rodilla ante quien todo lo puede para que doblegue los corazones de piedra y los convierta en corazones de carne y así la bendición de LA PAZ se haga realidad en nuestro mundo.


No creas que es que estoy pesimista hoy, simplemente no me gusta nada, pero nada todo lo que veo, oigo, leo o escucho aquí o allá.


Oremos por la paz. Es apremiante, orar por la paz.