martes, 30 de abril de 2013

LA VIRGEN DE CONSOLACIÓN DE JEREZ DE LA FRONTERA:

RETABLO DE LA VIRGEN DE CONSOLACIÓN DE JEREZ


LA VIRGEN DE CONSOLACIÓN DE JEREZ DE LA FRONTERA, JOYA DE SANTO DOMINGO.

LA IMAGEN DE LA VIRGEN SOBRE CARRETA Y BUEYES


Esta bellísima imagen tiene su historia que remonta a los años 1282, en el golfo de rosas  (Gerona). Micer Domenico Adorno, que venía navegando con seis navíos de mercadurías hacia España, se encuentra de repente con una gran tormenta que de ninguna manera estaba prevista, fue de repente y por sorpresa, ante el miedo de que los navíos se fueran a pique pidió a toda la tripulación del suyo que de rodillas orasen con devoción a la Santísima virgen María, de la que era fiel devoto, y cesando la tormenta un joven que subió a lo alto de la gavia ve que un fuego viene hacia los barcos.
Micer Domenico sube a una barca pequeña con unos compañeros y va en dirección del fuego misterioso, al acercarse ven una barquita reluciente que en su interior tiene una pequeña imagen de la Virgen María. Llevada a bordo, en sueños por la noche escucha decir a la Virgen que la lleven a Jerez, al Convento de los predicadores, que quiere ser CONSUELO DE LOS JEREZANOS. Así que toman rombo al Puerto de Santa María de Cádiz, y de ahí a Jerez con tan preciada carga en una carreta de bueyes.
Llegados a Jerez se informan sobre el Convento de los predicadores y confundido el informante les mandan en dirección del convento de San Francisco.
Pero al pasar frente a Santo Domingo la carreta se detiene y la pareja de jóvenes bueyes no dan un paso hacia delante, quitando peso tampoco, quitando a la Virgen sí, entonces informan a los frailes de ese Convento y aclarada la confusión colocan en el templo de Santo Domingo la preciosa imagen, que por siglos ha sido patrona de Jerez y en la actualidad es la coopatrona de las Ciudad..
Por este motivo en el medallón de plata de su altar tiene grabada la barca y la imagen está sobre la carreta con los dos bueyes.

MESA DE ALTAR DE LA VIRGEN DE CONSOLACIÓN

MEDALLÓN CENTRAL DONDE APARECE LA VIRGEN EN LA BARCA.

jueves, 25 de abril de 2013



Mosaico de la Virgen del Rocío


Después de un agradable viaje en tren desde Granada a Dos Hermanas y desde aquí a Jerez, tras saludar a la Comunidad de Dominicos y asignarme habitación, me dediqué un buen rato a visitar la Iglesia y el antiguo Convento y hacer muchas fotografías para tener un buen recuerdo de estas maravillas que guarda esta preciosa Ciudad vinculadas con nuestra Orden de Predicadores.

Fue grato saber que en la Procesión Magna de hace unos días participara la Virgen de Consolación, que es una joya y que está en su preciosa capilla en el templo de Santo Domingo.

La visita al convento antiguo fue una auténtica sorpresa, pues no me dolió lo poco que pagué por la visita al encontrarme la maravilla que encierra, con razón dicen que es el claustro más bonito de toda Andalucía y es que no es para menos. Dentro uno puede cerrar los ojos y ver ya no lo que la actualidad te presenta, pues está todo el interior transformado de amplios salones que utilizan para grandes exposiciones, sino que con un poco de conocimiento puedes ver lo que no está a la vista: los confesonarios que daban del claustro al Templo, los salones que eran dependencias de servicio del mismo en tiempo de los frailes y parte de lo que serían al celdas de los Dominicos que aquí vivieron. Otras muchas dependencias han desaparecido o están en manos privadas, cercanas al Convento y otras como la gran Sala del Capítulo afortunadamente se conserva como dependencia del actual convento de los frailes Dominicos.






Esta tarde, festividad de San Marcos daré comienzo la predicación de el Triduo y Función Principal a Nuestra Señora del Rocío, razón por la que estoy en Jerez estos cuatro días.
 




 

martes, 23 de abril de 2013

MAÑANA DÍA 24: A JEREZ DE LA FRONTERA.





Mañana si Dios lo permite salgo para Jerez de la Frontera, donde predicaré un triduo a la Hermandad del Rocío durante los días 25, 26 y 27, más la Función Principal de Instituto el Domingo día 28 en la misa de Una. Regresaré a Granada, Dios mediante el día lunes 29 por la tarde.
Este Convento de Jerez fue fundado por el Rey Alfonso X El Sabio, y pertenecía en un principio al Convento de los Dominicos de Corias (Cangas del Nancea, Asturias).
Con la Desamortización perdimos el actual convento que tiene el claustro, quizás, más bello de Andalucía, y los frailes en la actualidad habitan uno mucho más reducido que está junto a la Iglesia y da su fachada a la Alameda Cristina. En el templo de santo Domingo, que es precioso y espero sacar muchas fotografías, tiene su sede Canónica la Hermandad del Huerto de los Olivos y la Hermandad del Rocío, así como la Archicofradía del Santo Rosario (de los Montañeses).
En este convento viví yo dos años, cuando regresé de Puerto Rico (22 años) en el año 1999 y fui asignado a la Provincia Bética.


viernes, 19 de abril de 2013

EVANGELIO DEL V DOMUNGO de Pascua, Ciclo C





28 de Abril de 2013.

El mandamiento nuevo de Jesús: amar al prójimo como Jesús nos amó,
Juan 13,31-35

Cuando salió Judas del cenáculo, Jesús dijo: -Ahora es glorificado el Hijo del hombre y Dios es glorificado en él (si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará).
Hijos míos, me queda poco por estar con vosotros.
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado. La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros. Palabra del Señor.



“Alguien en una ocasión preguntó: ¿Hay algo más hermoso en la vida que el amor de una pareja de jóvenes cogidos de la mano con amor puro camino hacia el matrimonio?
Una señora contestó: Sí, hay algo más hermoso. Es la visión de un hombre y una mujer ancianos haciendo su viaje final juntos. Sus manos débiles pero todavía unidas, sus caras arrugadas pero todavía radiantes, sus corazones cansados pero todavía amándose.
Pues sí señor, Un amor viejo, pero no cansado, un amorque ha durado  toda una vida, es más hermoso que un amor joven, un amor que comienza, un amor que empieza a dar sus pasos juntos.”


Es la invitación de hoy para todos nosotros por parte del Señor, invitación a amarnos de corazón, a vivir en el amor, en un amor regalado, pues un amor con condiciones ya no es amor, es otra cosa: "La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros." Y nada más, solamente AMOR. Con amor llegamos a Dios, Dios es AMOR y para amarnos nos ha llamado a la existencia, por AMOR nos ha creado y por AMOR nos quiere para sí.
Cristo se nos hace presente en aquellos que somos sus seguidores de muchas maneras: presente en la Palabra que proclamamos cada domingo, presente en la Eucaristía que celebramos todos los días, en todas partes, en Catedrales preciosas, en iglesias monumentales, en capillitas sencillas, en el hogar de un enfermo, en el descampado con un grupo de personas; presente en la Madre Iglesia que todos formamos; presente en los hermanos de la comunidad parroquial, o de una Cofradía, o la Comunidad Religiosa; Presente allí donde hay dos o tres que se reúnen en su nombre; presente en nuestros corazones, presente en nuestro amor, sí, cada uno de nosotros manifestamos al mismo Cristo cuando amamos, cuando somos capaces de amar de corazón; presente si se da en nosotros una entrega generosa hacia los demás; presente en nuestra dedicación por los demás. Esta presencia la vemos nosotros, los que de alguna manera somos los “iniciados” en los caminos del Señor y aun así cuánto nos cuesta reconocer a Jesús que nos habla, que nos alimenta, y nos edifica como piedras vivas de la iglesia. Somos muchas veces sordos y ciegos en el camino de la vida, en nuestro camino hacia la eternidad.
Existe una lengua universal que todos pueden leer y entender, que todos pueden –podemos- hablar: la lengua del amor. Y no cualquier amor. Porque en esto del amor todos sabemos distinguir entre los amores que matan y el amor que salva, entre los amores de cama y el amor de la cruz, entre los amores de aventuras y el amor para siempre, entre amores que esclaviza y el amor que se da. Y aún así en todo amor hay una chispa de Dios. Donde hay amor ahí está Dios. Pero ojo, si hay intereses por medio ya está peligrando el verdadero amor. Si das una limosna por amor, pero vas tocando la trompeta para que vean lo bueno que eres, ya el amor se ha diluido, acabado, agotado, se ha convertido en vanagloria, en otra cosa, pero no en amor del bueno.


Dice San Agustín: «Por eso, en la Iglesia, todos los miembros tienen entre sí una mutua solicitud: si sufre uno de los miembros, todos los demás sufren con él, y, si es honrado uno de los miembros, se alegran con él todos los demás. Es porque escuchan y guardan estas palabras: Os doy el mandato nuevo: que os améis mutuamente, no con un amor que degrada, ni con el amor con que se aman los seres humanos por ser humanos, sino con el amor con que se aman porque están deificados y son hijos del Altísimo, de manera que son hermanos de su Hijo único y se aman entre sí con el mismo amor con que Cristo los ha amado, para conducirlos hasta aquella meta final en la que encuentran su plenitud y la saciedad de todos los bienes que desean. Entonces, en efecto, todo deseo se verá colmado, cuando Dios lo será todo en todas las cosas».

lunes, 15 de abril de 2013

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL CUARTO DOMINGO DE PASCUA. Ciclo C.:






DOMINGO DEL BUEN PASTOR:

Lectura del santo Evangelio según San Juan 10, 27-30

En aquel tiempo, dijo Jesús:
–Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre.
Yo y el Padre somos uno.



En el evangelio de este IV Domingo de Pascua, Jesús es presentado por los primeros cristianos como el Bueno Pastor. Y en realidad sí que lo es,  pues Él nos conoce, nos quiere, nos llama por nuestro nombre, sabe de nuestras penas, de nuestros desvaríos, de nuestras traiciones cuando nos alejamos de la seguridad del aprisco del rebaño a causa de nuestros pecados, pero cuando estamos en paz con Él le seguimos y apreciamos su voz. Es más, sabemos que dio su vida por nosotros, cargó con nuestros pecados y asumió la Cruz de nuestras miserias y vergüenzas, derrochó su amor apostando por la humanidad, por los hombres y mujeres de todos los tiempos, también los de nuestro tiempo, por nosotros Es un Pastor Bueno, porque da la vida por sus ovejas.
Juan nos habla con frecuencia de este tema: "vida eterna". Esta es la vida que Jesús, el Pastor, da a cuantos creen en él y le siguen. Es por tanto, la vida que se recibe por la fe. Juan escribe su evangelio para que, creyendo en Jesús, tengamos vida eterna.
 Para Juan la "vida eterna" se inicia ya en este mundo. No es algo que llega el día de nuestra muerte. El polo opuesto de la vida eterna que comienza con la fe es la "muerte eterna", que comienza con la incredulidad. El que cree ya está salvado, el que no cree él mismo se ha condenado, todo se decide con la fe o con la incredulidad. Creer es vital para alcanzar la vida eterna que nos ofrece en buen Pastor.
Jesús está convencido de que nada ni nadie puede apartar de sus brazos a los que son "suyos" y a los que él ama. A aquellos que él ha llamado a la Salvación. Esto también lo afirma el Apóstol San Pablo cuando nos dice: “¿Quien me apartará del amor de Dios?, Pues estoy completamente convencido de que ni la vida ni la muerte, ni el presente ni el futuro, ni las fuerzas, ni lo alto ni lo bajo, en fin, ninguna criatura podrá separarnos del amor que Dios nos tiene en Jesucristo nuestro Señor" (Rom 8, 38)” Si crees en Jesús ya estás en sus manos, La muerte no tiene dominio sobre ti, la has vencido, has alcanzado la Victoria siguiendo al Pastor. No quiere esto  decir que el cristiano puede estar seguro con  tener fe, sino que la fe misma es seguridad en Dios. La fe te garantiza el camino hacia Dios. Pero ahora cada uno de nosotros hemos de manifestar a Dios nuestra fe en las acciones diarias de ese caminar nuestro hacia Él. Si nuestras acciones no van en la línea del Evangelio, si van en contra, si son egoístas, viles, raquíticas, por más fe que tengamos no podemos estar en “línea” con Dios, pues estamos, por nuestras acciones fuera del plan del Evangelio de Jesús.


Apropósito de este Buen Pastor os voy a contar una historia: “Un día un cordero estaba muy molesto, eso de estar siempre vigilado por el pastor y sus perros le molestaba mucho, preferiría estar libre, sentirse libe, ir a donde quiera y cuando quiera, pero no podía ser, eran las normas del pastor… ese día enfadado da con la cabeza en una tabla del cercado, y ve sorprendido que la tabla se levanta, coloca otra vez la cabeza en la tabla y aprieta poco a poco, hasta que la tabla se levanta dejando el espacio suficiente para poder escaparse.
Una vez libre salta y brinca lleno de júbilo, por fin experimenta la libertad, hasta que tiene una extraña sensación, cree que unos ojos oscuros y malos le están siguiendo, acelera el paso y los ojos les siente más cercanos, ya desesperado se ve perdido, hasta que en el preciso momento que el lobo se iba a lanzar sobre él, llega el pastor que con una mano le coloca sobre sus hombros, experimentando un gran alivio al verse seguro.
Cuentas las ovejas, las más veteranas, que nunca entendieron la actitud del pastor, pues éste intrigado lo mismo que ellas por donde se había escapado el corderito rebelde, después de recorrer y analizar todo el cercado, dio con la tabla que se levantaba, pero cosa curiosa, el pastor nunca puso un clavo en esa tabla, siempre la dejó así, sin embargo el corderito rebelde nunca más quiso experimentar una nueva escapada de la seguridad del rebaño.
Y la realidad es hermanos y hermanas que si Dios nos “ata” de alguna manera es motivado por la fuerza de su amor, por eso Él nos ata, si nos ata  con lazos de amor.
Granada, 15 de Abril de 2013.
Fr. Francisco E. García, O.P.


domingo, 14 de abril de 2013

SANTO DOMINGO Y EL ROSARIO

IMAGEN DE SANTO DOMINGO

HIMNO A SANTO DOMINGO:

Novas athléta Dómini
Collaudétur Dominicus,
Qui rem confórmat nómini,
Vir factus evangélicus.

Consérvans sine mácula
Virginitátis lilium,
Ardébat quasi fácula
Pro zelo pereúntium.

Mundum calcans sub pédibus
Accínxit cor ad proélia,
Nudus occúrrens hóstibus,
Christi suffúltus grátia.

Pugnat verbo, miráculis,
Missis per orbem frátribus,
Crebros adiúngens sédulis
Fletus oratiónibus.

Sit trino Deo et símplici
Laus, honor, decís, glória,
Qui nos prece Dominici
Ducat ad caeli gáudia. Amen.
 
ALTAR DE SANTO DOMINGO DE LOS DOMINICOS DE GRANADA

"Hablar con Dios de los hermanos y a los hermanos hablar de Dios."
Pedirle a Dios por los hermanos, por el pueblo cristiano, por las situaciones de conflicto, por los Cristianos perseguidos, por los martirizados en el S. XXI; y en nuestras oraciones y predicaciones y conversaciones cotidianas con la gente hablar de Dios, de su Amor, de las maravillas que realiza en nosotros, de la esperanza en la vida futura que Él nos ofrece. De los corazones generosos que lo dan TODO, dan la vida por amor a Cristo y a la Iglesia, sí, nuestra Iglesia, tan santa y en la humanidad nuestra en ocasiones pecadora, pero que camina con esperanza para salir de las miserias del mundo y por el Evangelio de Jesús llegar a la deseada santidad.
Santo Domingo de Guzmán con su amor a María y con su práctica piadosa de la lectura asidua de los Santos Evangelios y el rezo repetido de jaculatorias a la Santísima Virgen María, y con la cuerda de nudos, ya existente en su tiempo entre cristianos y musulmanes, fundó el Rosario, que posteriormente los Dominicos se encargarían de darle la forma, aunque variable en ocasiones, en la actualidad se reza enumerando los Misterios o bien haciendo una lectura bíblica, más perecido a la costumbre de santo Domingo.
Pero que Santo Domingo fundó el Rosario, al menos si tenemos que creer a los Papas, yo no tengo duda alguna.
Decía el Papa Benedicto XIV: "¿Qué mayor valor que la autoridad de Pontífices como León X, Pío V, Gregorio XIII, Sixto V, Clemente VIII, Alejandro VII, Inocencio XI, Clemente XI, Inocencio XIII, y otros más? Porque a la verdad todos ellos atribuyeron el origen del Rosario a Santo Domingo".
¿Tanto papa puede estar equivocado?.
 
RETABLO DE LA VIRGEN DEL ROSARIO DE GRANADA
 

viernes, 12 de abril de 2013

CAMINAMOS HACIA PENTECOSTÉS:





Aún con los recuerdos del inicio de la Pascua ya vamos camino de la fiesta del Espíritu Santo. Este Espíritu ANIMA a la Iglesia con vitalidad siempre nueva, está en todos los que ponen su corazón a disposición de la Gracia de Dios.

Muchas veces me pregunto como nos verá Dios, como contemplará al ser humano, y pienso que nos ha de ver como una llama, cuando estamos llenos del Espíritu, y como un carbón humeante cuando estamos en pecado.

Junto a los que por voluntad de su Divino designio ejercemos algún ministerio en la Iglesia (llamas o carbones igual que todos), siempre hay grandes corazones (siempre llamas) que sirven a Dios sirviendo a la Iglesia. En las fotos que pongo a continuación aparecen estos servidores, en este caso concreto los jóvenes de la Archicofradía, Jorge Nicolás García, José Antonio Palma y Héctor Olmedo preparando la Vigilia con las Madres Dominicas, y  espero, que estén y estemos también preparando los corazones para la Gran Vigilia de Pentecostés. Fiesta del inicio de nuestra Santa Madre la Iglesia.


JESÚS, ÚNICO SEÑOR DE NUESTRAS VIDAS:





Él nos hace a todos nuevos.
La resurrección de Jesús señala al futuro absoluto, pero señala también al presente histórico. Jesús es ya Señor de nuestras vidas, el  Señor de la familia que CREE, que ESPERA EN ÉL, que AMA.
Nosotros los creyentes en el resucitado debemos vivir ya como resucitados en las circunstancias y condiciones de nuestra historia. Esta vivencia se ha de manifestar en la Comunidad Cristiana principalmente, pero también en cada una de nuestras acciones diarias, en lo cotidiano de nuestra vida. Si vemos o escuchamos las noticias, nos daremos cuenta de que a nuestra sociedad le falta mucho aún por acercarse a la realidad del Resucitado, está anclada en el pecado, en la filosofía de la muerte, del mal, así responde con tanto odio y tanta violencia, en el hogar, en la calle, en las instituciones políticas, económicas, sociales…
 Tenemos que experimentar la siempre novedosa llamada de atención del Resucitado, el señorío actual de Jesús se muestra en que existan los hombres nuevos, si no nos dejamos transformar por Cristo en hombres nuevos no experimentaremos esta resurrección de Cristo. Este ser Nuevo “El hombre nuevo que adquirimos por el Bautismo nos facilita que Jesús sea ya ahora el único Señor de nuestras vidas.
Es triste, muy triste, pensar, que en ocasiones, cargados  ya de años, que va pasando la vida y nos acercamos a la muerte y no podamos vivir esta experiencia luminosa a la que nos invita Jesús resucitado, que no es otra que a participar activamente en la gloria que su resurrección nos da. Sí, va pasando la vida, va llegando la muerte… ¿Qué has acumulado?, ¿qué tesoros has guardado?, ¿qué llevas a su encuentro en tus manos?.

Granada, 12 de Abril de 2013
Fr. Francisco E. García, O.P.

Pila bautismal de Santo Domingo de Granada en la noche de la Vigilia Pascual.

martes, 9 de abril de 2013

DOMINGO TERCERO DE PASCUA. Ciclo “C”:





Lectura del santo Evangelio según San Juan 21, 1-19

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice:
–Me voy a pescar.
Ellos contestaban:
–Vamos también nosotros contigo.
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice:
–Muchachos, ¿tenéis pescado?
Ellos contestaron:
–No.
El les dice:
–Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro:
–Es el Señor.
Al oir que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces.
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice:
–Traed de los peces que acabáis de coger.
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice:
–Vamos, almorzad.
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da; y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
Después de comer dice Jesús a Simón Pedro:
–Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?
El le contestó:
–Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Jesús le dice:
–Apacienta mis corderos.
Por segunda vez le pregunta:
–Simón, hijo de Juan, ¿me amas?
El le contesta:
–Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
El le dice:
–Pastorea mis ovejas.
Por tercera vez le pregunta:
–Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó:
–Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.
Jesús le dice:
–Apacienta mis ovejas.
Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió:
–Sígueme.




COMENTARIO AL EVANGELIO:

En este tercer Domingo de Pascua Jesús sigue apareciéndose a sus discípulos. Estos estaban en las tareas que habitualmente realizaban antes de conocer a Jesús. Podríamos decir que no ha sucedido nada desde que fueron llamados por el Señor para ser sus Apóstoles, que la muerte de Cristo ha borrado todo ese tiempo pasado con Él y les ha retornado a los trabajos y quehaceres de antaño. Que esa muerte del Señor ha apagado de sus vidas todo ese inmenso soplo de gracia y de amor que el Señor prendió en sus corazones. ¿Dónde queda aquí la experiencia de la boda de Caná de Galilea? ¿o la experiencia de la resurrección de la hija de Jairo?, ¿dónde las vivencias de aquellos milagros del Señor?. ¿Dónde la alegría de la Transfiguración antes de la Pascua?, ¿Y los comunicados de las mujeres que anunciaron la Resurrección?, ¿Dónde las apariciones del Señor a los Once?.  Han retrocedido, se han acomodado a la vida ya sin Cristo, parece que han abandonado.

El evangelio de Juan aprovecha la incapacidad de los discípulos para el cambio y nos cuenta este relato lleno de emoción en donde Jesús vuelve a empezar. Lo trágico de todo esto es que ellos ya habían visto al resucitado y sin embargo no pueden con su incredulidad, con el asombro de lo sucedido. A pesar de haberlo visto vivo, deciden volver a lo de antes. Como si todo lo que Jesús dijo, no valiera para nada, fuera algo que ya no está, que se perdió. Pese a todo, a la ceguera de sus Apóstoles, al no terminar de reconocerle, Jesús sigue haciendo normal su relación con sus amigos. Aunque ahora sea ya el resucitado. Él no es alguien que vivió con ellos sino alguien que está con ellos. Esa presencia activa de Jesús les ayuda a confiar, a creer, a echar las redes en el sitio que él les indica; les anima a no darse por vencidos a pesar de no haber tenido una fe suficientemente fuerte para terminar de creer y de amar como Jesús les había enseñado, y les animará a tomar la comida que el mismo Jesús les ofrece al concluir la faena de esa pesca milagrosa. Este gesto, el de repartir el pan y el pescado ha de traer a la memoria de los Apóstoles otro recuerdo, otra cena.

Pero nosotros no podemos rasgarnos las vestiduras, a nosotros también nos pasa algo parecido, no sólo con Jesús, sino con las demás personas. Con la misma Iglesia. Nos aferramos a nosotros mismos y nuestras –muchas veces falsas actitudes o costumbres, ritos, maneras de vivir nuestro Evangelio- y no el Evangelio del Señor,  que dejamos atrás la novedad de la buena noticia. Tampoco nos sirven tanto nuestras experiencias apostólicas, nuestras caridades o acciones cotidianas, pues vamos siempre en dirección a eso, a lo nuestro y no en dirección a Él, al Señor, que es el que nos llama, el que nos invita a su mesa, el que nos ofrece su banquete.

Las preguntas de Jesús a Pedro marcan el camino del Señor. A Pedro, que lo traicionó, que lo negó, Jesús no le echa en cara nada; sólo le pregunta sobre su amor. Pedro responde diciendo: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Así por tres veces, como aquellas tres veces de la traición. Hay que hacer como Jesús: crear situaciones favorables para que las personas nos digamos, de verdad, que nos queremos. Que al final de nuestras vidas seremos juzgados solamente de esta materia: El Amor. Ese amor dado, trillado, molido.

Cuando visitas un río, en su interior, entre el alboroto de sus aguas te encuentras muchas clases de piedras, algunas grandes, otras no tanto, otras pequeñas, éstas últimas suelen ser muy redondas. Es la causa de la fuerza del agua, que las ha arrastrado kilómetros y kilómetros, gastando sus filos, limando con otras piedras sus asperezas, dejándolas suaves, agradables al tacto, bonitas. Cantos Rodados. Así tenemos que ser nosotros, como estos cantos rodados, con la fuerza del amor limar las asperezas para ser para el otro eso que Dios espera de cada uno de nosotros, una experiencia de amor regalado.


lunes, 8 de abril de 2013

¿EN QUE IGLESIA CREER?




Cuando en el tiempo presente uno goza la experiencia, después de un invierno tan duro, al vivir en estos dos días los aires de primavera que nos llegan, me pregunto: ¿por qué razón algunos se empeñarán en negar a la Iglesia que se goce de los nuevos aires de primavera que siempre trae la presencia de un nuevo Pontífice?
Me está decepcionando Facebook con los comentarios ruines y tremendos que algunos que se definen a sí mismos como “Tradicionales” hacen sobre el nuevo Papa Francisco, con lo fácil que es dejar que haga, darle tiempo, confiar en él, que por alguna razón el Espíritu Santo le ha puesto al frente de nuestra Santa Madre la Iglesia. Mal ejemplo y mal favor se están haciendo así aquellos que escriben estos comentarios, y aquellos que administrando su propio muro permiten que otros escriban comentarios viles. Pues si eso es lo que entienden por una “Iglesia Tradicional” yo cada día me alejo más de ella.
Yo creo en una Iglesia que conserva los valores recibidos, pero que cree, que espera, que aguarda; una Iglesia que por encima de todo Ama, y quien ama no critica, o no busca destruir con su crítica mezquina; una iglesia que es capaz de experimentar ese amor que hemos recibido de Dios.
Creo en la Iglesia que potenció una justicia Social como la del Papa León XIII, creo en una Iglesia sufriente por la injusticia de las guerras y luchadora contra ellas, como la del Papa Pío XII, en una Iglesia abierta a la fuerza del Espíritu y del Amor como la de Juan XXIII, en una iglesia luchadora y universal, abierta al mundo, caminante y peregrina, como la Iglesia de Pablo VI, en una Iglesia de sonrisa y bondad que nos mostró en breve espacio de tiempo el gran Juan Pablo I, creo en la Iglesia de la nueva Evangelización del Amor, en la del anuncio de que "no tengais miedo" que potenció el Papa Juan Pablo II, en la hermosa Iglesia de la Fe que nos ha transmitido con tanta entrega, humildad y bondad en Gran Papa Benedicto XVI.
¿Por qué no voy a poder creer ahora en la Iglesia de la Caridad que quiere transmitirme el buen Papa Francisco?.
Fr. Francisco Garcia, O.P.

LA REFORMA:




A lo largo de los siglos en la Historia de nuestra Santa Madre la Iglesia, cuando las cosas han ido muy mal en la Curia y en la misma institución eclesiástica se ha recurrido a las Órdenes Religiosas para comenzar una reforma seria, a fondo, eficaz.
Esto es lo que muchos Cardenales de la Iglesia han debido ver como necesidad ante los graves problemas sucedidos en los últimos años. Y quizás sea la razón por la que pensaron en el Papa actual como la persona idónea para este cambio que ha de ser radical y directo.
Siempre se ha escuchado que el gran Papa de la Iglesia Juan Pablo II ha sido más hacia fuera, y que con tantas salidas tenía la casa más abandonada.
El Papa Benedicto no cabe duda ha sido un gran Papa, dicen y es cierto que es el Papa de de Fe, ha empezado en su Pontificado a hacer esa gran reforma interior, pero no ha tenido el tiempo necesario ni las fuerzas suficientes para ella, por eso con su gesto de gran humildad se retiró para seguir dando a la Iglesia algo que muchos ya no valoran, pero que es imprescindible, la oración constate.
El Papa Francisco ha visto que no están los tiempos para escándalos, ni para permitir desviaciones que lleven a otras rupturas, están los tiempos para volver al Evangelio de Jesús y para buscar ya no solamente la unión de las Iglesias Cristianas, sino la unión o acercamiento  entre otras creencias, buscar en todas ellas pues seguro que hay más motivos que nos unan que aquellos que nos separen. Esto no es nada novedoso, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI lo supieron hacer con un gran espíritu de amor fraterno y cordialidad. Y el Papa Francisco no se queda atrás en esta lucha de acercar posturas y limar asperezas para lograr una unidad más plena y eficaz.
Quiera Dios que cuente con corazones dispuestos para trabajar en esta línea, no solamente entre los católicos, sino también entre los distintos credos cristianos. Pero para lograr esta unión hay que pasar por la tan deseada Reforma y hay que valorar el Concilio Vaticano II, valorar y estudiar, que a muchos parece que ya se les ha olvidado o ni siquiera han pasado por él, es la impresión que dan.


sábado, 6 de abril de 2013

YA HOY SALIMOS DE LA OCTAVA, PERO SEGUIMOS EN LA PASCUA:



Adios a la Octava.
Pascua es el “paso de Dios”, Dios nunca está allá, alejado, oculto, lejano al hombre, a sus problemas, a sus necesidades, Él se nos muestra cercano, interesado por nosotros, su cielo es también el corazón del hombre, y más aún el corazón del que está más solo, del que sufre, del abandonado por todos. Dios no abandona a nadie, a todos ama y a todos perdona, así es el amor si es amor verdadero, como el de Él.
Es el paso de la esclavitud a la libertad, de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida… Cristo es nuestra Pascua. Si no tenemos viva en nuestro interior esta experiencia pascual nuestra vida no ha experimentado la Resurrección de Cristo.
Por eso este tiempo debe ser tiempo de alabanza, de profunda alegría, de gozo interno y externo, (Aleluya), tiempo de acción de gracias, de apertura y encuentro con el Señor que vive y vivifica… Es tiempo de luz, de nueva vida, de alegría compartida… Si crees que vives la Pascua bien viviéndola tu solito no vives nada, estás muy equivocado. La Pascua se vive en Comunidad, en asamblea, en familia. La vivimos la Comunidad cristiana al completo.

II Domingo de Pascua: Ciclo “C”




Lectura del santo Evangelio según San Juan 20, 19-31

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos.
Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
–Paz a vosotros.
Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
–Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
–Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidos.
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
–Hemos visto al Señor.
Pero él les contestó:
–Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
–Paz a vosotros.
Luego dijo a Tomás:
–Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
Contestó Tomás:
–¡Señor mío y Dios mío!
Jesús le dijo:
–¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su Nombre.




El evangelio de Juan nos traslada a un día como hoy, ocho días después de la pascua. Con este segundo Domingo de Pascua concluimos los solemnes días de la Octava, pero aún nos queda un amplio recorrido de camino pascual hasta llegar a la fiesta de las fiestas. Pentecostés.
Tomás, Apóstol de Jesús, ha quedado en la historia marcado como el más incrédulo, el que duda, una duda triple, (1) duda de la Resurrección de Jesús y (2) duda de la veracidad de sus propios hermanos que le dicen que el Señor ha Resucitado, también, por supuesto (3) duda de la Comunidad creyente que ya ha experimentado la Resurrección y así se lo han comunicado a los Apóstoles.

 Este evangelio que leemos en este segundo Domingo de Pascua nos anima a creer, a reafirmar nuestra fe en el Señor, en el Evangelio de Jesús, en la tradición de la Madre Iglesia. Tenemos que acoger y aceptar la buena noticia que recibimos de Jesús: con su triunfo sobre la muerte el mal es ya  vencido por el Señor. Ese mal que quiere aniquilar el amor en el mundo, destruir la paz, romper los corazones, el mal que lleva al hombre a la violencia (lo vemos ahora con toda su fuerza y claridad en la actitud de Corea del Norte). Mal que nos conduce al odio que arranca la paz de los corazones y los transforma en corazones de piedra en vez de corazones de carne, un mal que llena nuestra humanidad de mentira, de maldad, de pecado. Pero todo esto fue vencido por Jesús, en su Cruz, el Crucificado nos hace a nosotros vencedores de esta maldad del hombre si nos acogemos a su Amor y a su Misericordia, si amamos y somos misericordiosos con los demás.

Para llegar a esta actitud de amor y de fe hemos de comenzar diciendo  como Tomás cuando estuvo cara a cara ante Jesús en el Cenáculo y le dijo esta preciosa afirmación que purifica y cura todas sus dudas e incredulidades anteriores: ¡Señor mío y Dios mío!.

Es enriquecedor el diálogo de Jesús y Tomás. Muchas veces aplicamos también nosotros el dicho: “Ojos que no ven corazón que no siente”. Pobre Tomás. “porque no he visto, no creo”. Cuentan que cuando el astronauta ruso regresó de aquel primer viaje a las estrellas, dijo: “Anduve por el cielo y no he visto a Dios”. Pobre hombre, en su incredulidad tan parecido a Tomás. Y es que fuera de la comunidad no se ve a Jesús Es en la comunidad donde se percibe la presencia del Señor. Es allí donde se realiza el seguimiento de Jesús. La comunidad no es optativa. Es parte esencial del mensaje cristiano, en cada una de las apariciones de Jesús que hemos escuchado en la Palabra en estos días de la Octava Jesús manda a aquel a quien se aparece ir a la COMUNIDAD Y ANUNCIAR SU RESURRECCIÓN.

En nuestra vida cristiana nuestro problema es más cercano al problema de Tomás de lo que podemos imaginar; este problema es si basamos o no nuestra fe sobre el testimonio apostólico de la Iglesia. O nosotros nos vamos poco a poco creyendo un nuevo “credo” hecho a nuestro gusto y medida que creemos nos hace la vida más fácil y nos engaña y así engañamos y vivimos una fe distorsionada, errónea y equivocada. Caemos en simpleces tan grandes como en dudar incluso del Papa por el mero hecho de que deje de dormir en el Palacio Apostólico, o de usar tal o cual ropaje litúrgico, nos vamos a lo que no tiene importancia, como sucede ahora con cierto grupo “tradicionalista de la Iglesia” y no vemos el por qué de sus actitudes que están basadas no en la tradición de unos pocos siglos, y sí en el mismo Evangelio de Cristo el Señor. ¿Dónde está pues la importancia?, ¿dónde encontrar los auténticos valores?.

Esta es la clave de nuestro Credo. Ir al Evangelio, al NUCLEO, no perdernos por las ramas. Porque a través del Evangelio se nos ha transmitido el Resucitado. Quizás por esto Jesús hace inmediatamente la afirmación por primera vez en el Evangelio de “Bienaventurados aquellos  que crean sin haber visto”. Por eso tenemos que creer, pero creer en Él y en su Evangelio, no en prácticas, costumbres, que son modas y como tales pasan, Vuelvo a resaltar la necesidad que hay hoy en día, sobre todo en los seminarios donde están calentando las cabezas de los jóvenes seminaristas con tradiciones ya pasadas, el volver al Concilio Vaticano II, el estudiar y enseñar sus Decretos, sus Documentos, sus Constituciones para redescubrir la Iglesia del Siglo XXI. Y no anclarse en el pasado o quedarse en Trento.


Granada, 6 de Abril de 2013.
Fr. Francisco E. García, O.P.